Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
No hubo, nunca más, uno como él. Era único en su clase.
Freddy Rincón tenía porte, un físico privilegiado y una contextura de futbolista de élite; era bueno defendiendo y también atacando; tenía remate, fuerza, cabeceaba y su visión en la cancha partía de su buena técnica; se desdoblaba por todo el campo y llegaba al área rival con la misma facilidad con la que se paraba en su propio terreno.
Mire: Última hora: murió Freddy Rincón, luto en el fútbol colombiano
Rincón entró a la historia del fútbol nacional por un gol icónico. Una referencia inédita para el balompié colombiano cuando el equipo de Francisco Maturana le plantó cara a los que serían campeones del mundo en Italia 90, de forma invicta, y les empató 1-1, cuando todos presagiaban una derrota.
De la imagen de Freddy Rincón, celebrando con los dos puños cerrados, en alto, y la boca abierta, llena júbilo, la selección nacional empezó a construir su historia contemporánea. Y el Coloso de Buenaventura fue uno de los referentes que le mostró nuestro fútbol, la calidad de nuestros jugadores al mundo.
No es gratuito que Freddy Rincón fue el primer colombiano que llegó a Real Madrid. Ni tampoco que vistió la 10 con la camiseta del Santos de Pelé, su ídolo de infancia, o la celeste del Napoli de Pelusa, Diego Armando Maradona.
Rincón fue uno de nuestros primeros grandes talentos de exportación internacional, el primer crack de mostrar ante el mundo.
También: Freddy Rincón, una máquina de buen fútbol
Y por todo eso nunca nadie pudo reemplazarlo. Era único. De su generación íconos hubo varios, estuvo Carlos Valderrama, René Higuita, Adolfo Valencia y Faustino Asprilla. Cuatro pesos pesados en la década de los 90. A todos, sin que eso demerite su valor, Colombia pudo encontrarles recambio. Pasó el tiempo, llegaron otros referentes y la selección, siempre más importante que los nombres, siguió su historia con otras figuras como Mario Yepes, Falcao García, Juan Cuadrado y James Rodríguez.
No obstante, como Rincón no hubo ningún otro. El fútbol colombiano no volvió a dar un jugador con sus características. Era una máquina, un tanque, un portento.
Jorge Luis Pinto, su primer entrenador cuando debutó en Santa Fe, asegura que es el jugador más completo de nuestra historia. Hacía de todo. Por eso, explicó Faustino Asprilla, fue un jugador irremplazable. “Sus condiciones eran diferentes, casi únicas. Jugaba bien donde lo pusieran, de marca o de ataque. Eso no es común y para él era normal”.
Por eso, como Rincón no ha existido ninguno más. Por eso, la ausencia de Freddy Rincón pesa tanto para nuestro balompié. Por eso, ahora que la muerte ha llegado, la imagen de su leyenda, esa del gol contra Alemania, está más presente que nunca. Y se reproducirá para siempre en nuestra memoria para que el recuerdo de Freddy Rincón no muera. Por eso, el 19 de la selección de Colombia es irremplazable.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador