Lo que le falta al fútbol femenino en Colombia
El éxito de las selecciones de Colombia en los mundiales, sin duda, ayuda a que sigan mejorando las condiciones de las mujeres en el balompié. Sin embargo, su rendimiento no oculta lo que hay que mejorar a nivel nacional.
Andrés Osorio Guillott
Lo dijo Catalina Usme el domingo pasado cuando Colombia logró un triunfo histórico por 2-1 frente a Alemania por la segunda fecha del grupo H del Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda: “En la experiencia que he tenido en el fútbol la victoria es muy linda, pero tiene dos momentos, uno de ellos es muy peligroso porque quizá te lleva a imaginarte cosas que no han sucedido”.
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Lo dijo Catalina Usme el domingo pasado cuando Colombia logró un triunfo histórico por 2-1 frente a Alemania por la segunda fecha del grupo H del Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda: “En la experiencia que he tenido en el fútbol la victoria es muy linda, pero tiene dos momentos, uno de ellos es muy peligroso porque quizá te lleva a imaginarte cosas que no han sucedido”.
Una frase que tomó más sentido el jueves, cuando el combinado nacional cayó 1-0 con Marruecos, y que si bien no le arrebató a Colombia el primer lugar del grupo y la clasificación a octavos de final, sí nos hizo saber a todos que no hay rival fácil ni en este ni en cualquier otro torneo, pues las sorpresas siempre están a la orden del día, factor que, dicho sea de paso, hace que este deporte sea tan atractivo.
La frase de Catalina Usme nos puede llevar a pensar en el fútbol femenino de Colombia más allá de los buenos resultados que ha mostrado esta selección, como los del año anterior de la selección sub-17, subcampeona del mundo, y la sub-20, que llegó a cuartos de final.
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Lo que decimos en el comedor en nuestras casas, en las calles, en las oficinas e incluso en las gradas de los estadios, es que los resultados que han obtenido las mujeres en el deporte, pero en este caso en el fútbol femenino, son un logro de ellas y para ellas. El ejemplo de gallardía y de convicción es de admirar, pues no es un secreto y sí más bien un comentario repetitivo que todo lo que han conseguido ha sido con las uñas, pero también con el corazón y la certeza de que no solo se exige con palabras, sino sobre todo con hechos. Y si hay algo que en esta disciplina han logrado evidenciar es que no hay mejor lugar para hablar que la cancha.
Pero que se repita el comentario no significa que este pierda valor, pues precisamente en la insistencia y/o persistencia ha estado también el secreto para que sus condiciones y reconocimiento hayan crecido. Sin embargo, los logros deportivos son más que los administrativos y es ahí cuando hay que parar el balón y pensar antes de la siguiente jugada. Parar el balón y no dejarse seducir por el éxito, pues aún hay mucho camino por recorrer.
Los objetivos cumplidos del fútbol femenino, pero en este caso de la selección, no son un reflejo de lo que pasa a nivel nacional, de los vacíos que aún persisten en la estructura del proyecto y en los retos que se deben cumplir si queremos que haya un equilibrio y sobre todo un escenario digno entre lo deportivo y lo administrativo para las mujeres.
Hay mejoras, pero entre más se puedan disminuir los errores, mucho mejor. Por ejemplo, en el informe de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) de la Liga Femenina 2023, se lee: “Las cifras que arrojó el tema contractual mostraron un importante progreso debido a un mayor compromiso de la mayoría de los clubes participantes en la edición 2023 de la Liga Femenina. Mientras que en la temporada 2022 siete equipos de los 17 participantes formalizaron contratos con la totalidad de su plantilla (41 %), en 2023 fueron 10 de 17 (59 %) los clubes que establecieron contrato de trabajo a todas las futbolistas inscritas en la competición”.
En el mismo informe, sobre el final, se presentan las estadísticas que comparan cifras con respecto a las ligas que se han hecho desde 2017. Así, por ejemplo, en este 2023 participaron las mismas futbolistas que en la primera edición, es decir, 406, aunque fueron inscritas 437. En la Liga en la que más futbolistas participaron fue en la de 2018, cuando se registraron 514.
En cuanto a partidos jugados, tanto en la Liga 2022 como en la de 2023 se registraron la mayor cantidad de juegos disputados: 150. La cifra más baja fue en 2021, cuando apenas hubo 56 compromisos. Y aunque este año se incumplió una vez más la promesa de hacer una Liga que dure un año, la edición que dejó a Santa Fe como campeón este 2023 duró 126 días, siendo la más larga. La más corta fue en 2020, cuando el torneo duró 57 días.
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En cuanto a equipos participantes, no se ha podido superar la cifra de 2018, cuando 23 clubes disputaron la Liga Femenina. En 2022 y 2023 se han mantenido 17 equipos en competencia. Cuando empezó el torneo en 2017, compitieron 18 escuadras.
Andrés Usme, extécnico del América femenino, ahora entrenador de la selección de Ecuador femenina y hermano de Catalina Usme; Yinaris García, técnica del Júnior femenino; Carmen Rodallega, entrenadora del semillero de fútbol femenino Luis Carlos Sarmiento Lora y exjugadora, y Michelle García, asesora para la equidad de género del Ministerio del Deporte, fueron entrevistados por El Espectador para hablar de los retos y vacíos que aún persisten, pero que pueden solucionarse gracias al impulso de los logros deportivos y el reconocimiento que han adquirido las mujeres en el fútbol en los últimos años.
El progreso de la futbolista colombiana se ha evidenciado precisamente en los mundiales. Y el ejemplo más concreto fue la victoria contra Alemania en la actual Copa del Mundo, pues física, táctica y técnicamente jugaron de igual a igual frente a una selección que ha ganado dos veces este certamen. Al respecto, Andrés Usme comentó: “La futbolista colombiana es muy completa física, técnica y tácticamente. En todos los aspectos ha mejorado muchísimo. Lo que falta son las condiciones, que se mejoren las condiciones en las cuales se disputa la liga profesional, las condiciones en la selección para que puedan seguir evolucionando. Eso es lo más importante. Más allá de todos los espacios que conciernen al fútbol y que tienen que seguir creciendo. Es una selección con una mentalidad fuerte que sale a competir y ese ya es un gran avance, además de la parte física, que ha mejorado muchísimo”.
Yinaris García hizo énfasis en que a los dirigentes del fútbol colombiano les hace falta “voluntad y gestión. Propuestas han tenido y los logros de las selecciones mayores y juveniles han mostrado que nos merecemos más, y también la misma competencia de la liga, que ha mejorado. Pero, definitivamente ese poco tiempo de competencia, o la forma en la que se diseña, va más allá de recursos, va muy de la mano de la falta de voluntad de hacer algo realmente acorde con lo que necesitan las chicas y todos los que trabajamos con el fútbol femenino. A las jugadoras, precisamente por eso, les falta todavía tener una visión más global y profesional. Lo hemos visto en algunas. En las que han salido, en las que han hecho proceso con la selección y se relacionan con lo que pasa en el mundo”.
Tanto Usme como García concuerdan en que lo hecho por la selección no es necesariamente un reflejo de las condiciones que se viven en el fútbol femenino a nivel nacional. El ahora entrenador de la selección de Ecuador femenina dijo: “Esto no pasa solamente ahora. Las jugadoras colombianas, antes de que existiera la liga profesional, ya iban a mundiales y a Juegos Olímpicos. Ya hacían grandes cosas en estos torneos. Obviamente la liga ayuda a que tengan continuidad y mejor competencia, pero la estructura tiene que cambiar. Por ejemplo, a nivel de Federación y en el apoyo a los diferentes proyectos en categorías juveniles, como una Liga que de cuenta del buen fútbol femenino que hay en el país y que sea de todo el año. Que las jugadoras puedan estar contratadas todo el tiempo y que tengan condiciones para desarrollar su profesión. Seguramente, conjugando todo eso más el talento que hay en el territorio, se tendrán muchos más logros de los que se han tenido hasta el momento”.
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Y García, por su parte, afirmó: “Muchas personas creerían que sí, que el resultado de lo que pasa con nuestra selección es así, pero yo creo que si algo aporta no es mucho. Esta es una generación que hace muchos años ha venido trabajando con las uñas, con más corazón y garra que realmente con un apoyo sólido. Una Liga que te da cuatro meses de competencia para afrontar un Mundial, no es ideal. El esfuerzo que han hecho algunos clubes de seguir en competencia después de la liga, o jugadoras que han logrado salir del país y mantenerse con ritmo de competencia, han hecho que esta selección mantenga un nivel competitivo como hasta ahora. En algunas partes del país se ha venido trabajando mejor en ese proceso formativo y eso es lo que ha nutrido a las selecciones sub-17 y sub-20, pero si hablamos realmente de la liga, y que sea una consecuencia directa, creería que no”.
Los entrevistados concuerdan en que uno de los puntos que deben fortalecerse es el de las divisiones menores. Por ejemplo, Carmen Rodallega, entrenadora del semillero Carlos Sarmiento Lora, señaló: “Hace falta competitividad, torneos en diferentes categorías del fútbol femenino. Sabemos que en la Dimayor no hay un torneo a nivel nacional en categoría sub-15, que es la más cercana al sub-17 para ser de la selección de Colombia. Ahí posiblemente estamos perdiendo mucho proceso para que las deportistas puedan desarrollar mejor sus condiciones y tomen a futuro mejores decisiones cuando estén dentro del campo”.
Yinaris García, quien precisamente trabajó con divisiones menores en Alemania, donde se formó como entrenadora, opinó: “Es cierto que las divisiones menores han mejorado, han crecido de alguna manera en estructura en algunas partes del país, como en el Valle del Cauca o el interior, pero si las comparamos con los procesos o con el trabajo formativo de la Costa, todavía vemos muchas deficiencias, poco apoyo y poca organización para darle realmente la evolución o el camino ideal para llegar a la profesional. Nos falta una idea más global de lo que queremos con el fútbol femenino y que asimismo sea equilibrado en todas las regiones del país”.
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El otro punto del que se sigue hablando es el de la inversión, y del trabajo que se hace en lo público y lo privado para apoyar y mejorar las condiciones del fútbol femenino y dignificar la profesión. Sobre esto, Michelle García, asesora para la equidad de género del Ministerio del Deporte, contó: “Nuestra hoja de ruta es el Conpes 4080 –política pública de equidad de género para las mujeres enfocada hacia un desarrollo sostenible del país–, que es el que está enfocado en la equidad de género interseccional, que busca desarrollar tres acciones específicas para implementar en el deporte femenino. Desde el Ministerio venimos desarrollando para el fútbol femenino unas mesas regionales para el desarrollo de esta disciplina. Lo que hicimos fue recoger todos los insumos que podíamos de las diferentes regiones a las cuales llegamos y crear un plan estratégico para poder trabajar en contrarrestar problemáticas. Ese plan se va a implementar en el segundo semestre de este año y adicionalmente tenemos un plan estratégico que se llama ‘Más mujeres en el deporte’, en el que el objetivo es poder ir a las diferentes regiones que tenemos mapeadas y hacer un trabajo de sensibilización y formación en temas como violencias basadas en género, equidad de género, entre otros, en el sector del deporte. Ahí tenemos dos áreas: una es el establecimiento del fútbol basados en la sentencia 212 que falló hace unos años por las desafortunadas declaraciones de (Gabriel) Camargo (expresidente del Deportes Tolima), y la otra es en todos los actores del sistema nacional del deporte”.
En cuanto al apoyo de la empresa privada, que sigue siendo un pilar importante para el progreso y respaldo del proyecto del fútbol femenino, Yinaris García aseguró: “Falta mostrarles a ellos un proyecto atractivo en el tiempo, en calidad y en su estructura. Pienso que al final esto es un ciclo. Si la Dimayor o los dirigentes tuvieran voluntad de hacer un torneo o una Liga como realmente se merece el fútbol femenino, todos aquellos que han tenido la curiosidad o han querido aportar para que esto crezca, irían a acompañar la Liga. Lo que pasa es que nadie va a apostar por un proyecto de tres o cuatro meses en el que todavía no se sabe cómo va a ser su estructura . Es muy cambiante e inestable, siempre a última hora se definen ciertas cosas y esto no es nada llamativo para el sector privado”.
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