James Rodríguez, el ‘10′ que siempre aparece para la selección de Colombia
A pesar de las críticas de algunos, James Rodríguez sigue demostrando su papel determinante en la historia de la selección de Colombia. Es el gran líder del equipo de Néstor Lorenzo y fue la figura en el debut de la tricolor en la Copa América.
Fernando Camilo Garzón
Habría que retroceder el tiempo, tres años antes del partido que este lunes Colombia le ganó a Paraguay por 2-1, para ir hasta la Copa América que se disputó en Brasil, en plena pandemia, en 2021. Al mando de la selección en ese torneo estaba Reinaldo Rueda, que había emprendido un conflicto, sin aparente razón, contra James Rodríguez. Lo había dejado, siguiendo el clamor de muchos, por fuera de la convocatoria del combinado nacional que encaró esa competencia.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Habría que retroceder el tiempo, tres años antes del partido que este lunes Colombia le ganó a Paraguay por 2-1, para ir hasta la Copa América que se disputó en Brasil, en plena pandemia, en 2021. Al mando de la selección en ese torneo estaba Reinaldo Rueda, que había emprendido un conflicto, sin aparente razón, contra James Rodríguez. Lo había dejado, siguiendo el clamor de muchos, por fuera de la convocatoria del combinado nacional que encaró esa competencia.
El cucuteño, lejos de sus mejores años, venía en un bajón futbolístico. Como fue su constante en las temporadas más recientes, su irregularidad no le permitía mantenerse en ningún equipo y las lesiones habían sido un lastre que le impedía tener continuidad. Sin embargo, con la camiseta de la selección de Colombia, y no es muy diferente de lo que pasa ahora (en el presente), James Rodríguez rendía como en sus tiempos más brillantes. Al ponerse la amarilla, el ‘10′ de la selección, el capitán natural del equipo (junto a Falcao García), rendía como siempre. Nadie puede decir que, con Colombia, el jugador surgido del Envigado F.C. no ha estado a la altura de su condición de referente.
Por eso, en esa Copa América de 2021, sorprendía tanto la determinación de Rueda, que justificó su decisión diciendo que necesitaba jugadores al 500%, dando beneplácito a aquellos que exigían renovación en el combinado nacional e ignorando las cualidades futbolísticas de un jugador que, como lo muestra la evidencia, es indispensable para la selección de Colombia.
La jugada, en un principio, le salió al entrenador. Su equipo no convencía, pero sacó los resultados en el torneo. Tercer lugar de la Copa, eliminado en semifinales por el campeón Argentina, parecía que Colombia tenía el rumbo claro para Catar 2022.
A James Rodríguez, la estrategia de Rueda lo hirió. Días antes del torneo, en un Instagram Live con Teófilo Gutiérrez y Camilo Zúñiga, el cucuteño se fue lanza en ristre contra el estratega vallecaucano: “Hay que dejar claro que yo no estaba mal, que yo estaba para jugar la Copa América. Fue una decisión del cuerpo técnico, yo no lo comparto porque me faltaron al respeto”.
De las decenas de frases polémicas que dijo, que se hicieron muy virales en aquel entonces, la que más cundió fue la siguiente: “Hay muchos que decían que yo no estaba bien. Les recuerdo a esos que me dicen que yo estaba mal: en los 80 partidos que jugué en la selección habré jugado qué… cinco o 10 mal. ¿Y los otros 70, qué? Que dejen la huevonada, con todo respeto”. Más allá de las formas, el capitán del combinado nacional tenía razón en sus palabras. La determinación de dejarlo por fuera del equipo, por rendimiento, era inexplicable. Y fue el paso del tiempo el que demostró la equivocación de Rueda, la de haber intentado alejar a James Rodríguez del equipo.
Cuando las cosas se complicaron en la clasificación a Catar, el entrenador, desesperado, apeló al mítico 10 colombiano para salvar el tiquete al mundial. Sanadas las diferencias, James volvió al equipo para intentar evitar que el barco se hundiera. Sin embargo, ese grupo estaba demasiado roto. Hoy, que Colombia ve con optimismo el futuro de su nueva camada, resulta curioso pensar en el pasado, cuando hace apenas dos años ninguno de los jugadores servía. Muchos decían que no teníamos futuro. Fueron días oscuros los de esa etapa en la selección. Era un equipo sin ideas, con un grupo resquebrajado, que se había alejado de sus referentes, su afición y sus esperanzas.
Fueron las palabras de James Rodríguez, en el último partido de la eliminatoria contra Venezuela —cuando se consumó la eliminación del Mundial de Catar—, las que pusieron cierre a una etapa para el olvido: “Nos quedamos afuera de una Copa del Mundo y asumimos la responsabilidad. Hemos perdido puntos en casa. Quedamos fuera del Mundial con los jugadores que tenemos, no es nada justo, pero hay que seguir trabajando para los próximos cuatro años”.
La redención de James Rodríguez con la selección de Colombia
Volvemos al presente, los días brillantes de la selección de Colombia. El momento actual de James Rodríguez con la tricolor dista mucho de ese pasado inmediato, cuando Reinaldo Rueda estaba a cargo del combinado nacional. La clave, como ha quedado demostrado, ha sido el cambio en la dirección técnica del equipo.
Con la llegada de Néstor Lorenzo, exasistente de José Néstor Pékerman, muchas cosas mejoraron en la selección de Colombia. Primero, se restableció la unidad del grupo. Después, se empezó a trabajar una idea común. El argentino consolidó una base de nombres y le dio confianza a los hombres que mejor se adaptaron a sus conceptos. Aunque los pedidos de renovación, un viejo lugar común de los críticos, nunca cesaron, el estratega hizo oídos sordos, cerró el equipo, protegió a los suyos y consolidó un grupo que va por buen camino.
En esa estructura, James Rodríguez es crucial. Por un lado, su papel en la cancha es determinante. Lo demuestra en cada juego, como en el más reciente durante su estreno en la Copa América con Paraguay. El ‘10′ dicta los tiempos, mueve el equipo, dirige la orquesta y es el eje de la selección. Todas las ideas pasan por sus pies, como lo demostró con las dos asistencias que le dieron la victoria al combinado nacional contra los guaraníes este lunes. Los dos pases a gol fueron caviar. Sobre todo, el primero. Enganche, visión y precisión, cualidades intactas de un jugador que, vistiendo los colores del equipo de todos, no pierde vigencia. Con Colombia siempre aparece.
Párrafo aparte, por otro lado, vale la mención al valor que el cucuteño tiene como líder. Hace mucho tiempo, James Rodríguez dejó de ser el de las polémicas. Su presente futbolístico no es el mejor en São Paulo. Todavía, la continuidad a nivel de clubes le cuesta. Las lesiones siguen siendo un martirio, pero ahora poco se habla de indisciplina. Sus problemas empiezan a ser achaques del tiempo. Normal en cualquier carrera. Y la suya empieza a tocar los últimos compases. En la selección se nota esa experiencia, su capacidad de liderazgo en el campo, su entrega en cada balón y en la presión alta del equipo. James es uno más del grupo y, por eso, es clave para Néstor Lorenzo y para el equipo colombiano.
El correr de los partidos en la Copa América demostrará si tiene para aguantar el ritmo de una competición tan vertiginosa. En menos de un mes, el capitán de la selección se verá sometido a un nivel de juegos que, hace rato, sus piernas ya no aguantan. En la gestión de sus minutos también estará la capacidad del cuerpo técnico, que tendrá que cuidar a uno de sus futbolistas diferenciales. En la cabeza de James Rodríguez, y su capacidad para ver y entender el juego, están buena parte de las oportunidades de la selección de Colombia. La esperanza de lograr el título pasa por ahí. Así como en la electricidad de Luis Díaz o la armonía de un grupo que tiene soñando a todo un país. Ya se dio el primer paso, vienen los demás.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador