¿James Rodríguez es la pieza que le faltaba a Rueda para llegar a Catar 2022?
El cucuteño llega a una selección que adolece de variantes ofensivas y que necesita un eje en el medio del campo para conectar a un equipo desbalanceado.
Fernando Camilo Garzón
Es difícil, en el fútbol y en la vida, hablar de soluciones absolutas. Todo debe mirarse según el contexto. El regreso de James Rodríguez a la convocatoria de la selección de Colombia ha ilusionado a muchos seguidores del combinado nacional, que ven en el volante del Al-Rayyan de Catar la respuesta a los graves problemas ofensivos del equipo de Reinaldo Rueda.
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Rodríguez, histórico de la Tricolor, será sin duda una pieza clave para ajustar las funciones en ataque del equipo y, con buena fortuna, permitirá liberar y ordenar otras piezas que no han terminado de encontrarse en el esquema planteado por el entrenador vallecaucano. Sin embargo, James no será la solución a todos los problemas del equipo, que necesita brindarle soluciones y espacio al 10 para que él pueda manejar los tiempos del equipo.
Cuando estalló la polémica entre Rodríguez y Rueda por la no convocatoria del jugador a la Copa América, el entonces futbolista del Everton de Inglaterra dijo que a él podían criticarlo por muchas cosas, pero que en la selección siempre había jugado bien. Y que eran contados los partidos en los que no había rendido al máximo.
Una verdad de peso, que, no obstante, no era suficiente para guardarle un lugar en la convocatoria, según Rueda. Sobre todo porque venía sin ritmo, con lesiones acumuladas y su futuro no estaba del todo claro. Razones había, sin duda. Ahora, un poco más asentado y con la necesidad que tiene Colombia de sumar de a tres para llegar a Catar, Reinaldo Rueda decidió echar mano de un arma que podría serle muy beneficiosa en el tramo final de la Eliminatoria y que hasta el momento había ignorado.
Más: El regreso de James: los convocados de Colombia para las Eliminatorias
James Rodríguez llega a un equipo sin gol, la mayor falencia de la selección. Sobre todo, la función del ex Real Madrid será la de servir de engranaje. Conectar el medio campo con los delanteros. Nutrir de ideas a un colectivo con pocas opciones de ataque.
Es necesario recordar que Colombia esta urgida de puntos y que debe ganar todos los partidos de local y rascar algunos puntos en sus visitas a Brasil, a Argentina y a Venezuela. Y para esa misión James Rodríguez será una pieza clave, no solo por su capacidad, también por su liderazgo dentro de la plantilla.
La presencia de Rodríguez, por un lado, podría quitarle el peso de la condición de jefe de filas a Juan Guillermo Cuadrado y liberarlo para que encuentre un mejor acomodo en la cancha. Ojalá, Rueda no ancle a James, como lo hizo con Juan Fernando Quintero, a la zona derecha del campo, ubicación que obstaculizó la proyección del jugador de Juventus en los últimos partidos.
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Y, por el otro lado, el 10 del Al-Rayyan podrá hacer brillar aún más, por ejemplo, a un Luis Díaz que en los últimos partidos lució opaco, sobre todo por la falta de sociedades. Todo eso teniendo en cuenta que se espera que con la llegada James, delanteros como Duván Zapata, Miguel Ángel Borja y el propio Radamel Falcao, otro líder con peso propio, tengan más oportunidades de cara al arco.
Esos son algunos de los movimientos claves que James Rodríguez podría aportarle al equipo de Rueda, teniendo en cuenta, como ya fue dicho, que su llegada no representa una solución mágica a los problemas estructurales del equipo.
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La selección tendrá que jugar más suelta, sin que recaiga sobre James el peso de toda la fase ofensiva, situación que sería un error estrepitoso. En cambio, el volante sí puede ser la ficha que faltaba en el rompecabezas y, sin duda, su presencia en el conjunto da un punto más a la esperanza de que Colombia juegue su tercer mundial consecutivo. Hay equipo y ya se sumó el hombre que faltaba, el que todos esperaban. Ahora, que hable el juego.
Es difícil, en el fútbol y en la vida, hablar de soluciones absolutas. Todo debe mirarse según el contexto. El regreso de James Rodríguez a la convocatoria de la selección de Colombia ha ilusionado a muchos seguidores del combinado nacional, que ven en el volante del Al-Rayyan de Catar la respuesta a los graves problemas ofensivos del equipo de Reinaldo Rueda.
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Rodríguez, histórico de la Tricolor, será sin duda una pieza clave para ajustar las funciones en ataque del equipo y, con buena fortuna, permitirá liberar y ordenar otras piezas que no han terminado de encontrarse en el esquema planteado por el entrenador vallecaucano. Sin embargo, James no será la solución a todos los problemas del equipo, que necesita brindarle soluciones y espacio al 10 para que él pueda manejar los tiempos del equipo.
Cuando estalló la polémica entre Rodríguez y Rueda por la no convocatoria del jugador a la Copa América, el entonces futbolista del Everton de Inglaterra dijo que a él podían criticarlo por muchas cosas, pero que en la selección siempre había jugado bien. Y que eran contados los partidos en los que no había rendido al máximo.
Una verdad de peso, que, no obstante, no era suficiente para guardarle un lugar en la convocatoria, según Rueda. Sobre todo porque venía sin ritmo, con lesiones acumuladas y su futuro no estaba del todo claro. Razones había, sin duda. Ahora, un poco más asentado y con la necesidad que tiene Colombia de sumar de a tres para llegar a Catar, Reinaldo Rueda decidió echar mano de un arma que podría serle muy beneficiosa en el tramo final de la Eliminatoria y que hasta el momento había ignorado.
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Es necesario recordar que Colombia esta urgida de puntos y que debe ganar todos los partidos de local y rascar algunos puntos en sus visitas a Brasil, a Argentina y a Venezuela. Y para esa misión James Rodríguez será una pieza clave, no solo por su capacidad, también por su liderazgo dentro de la plantilla.
La presencia de Rodríguez, por un lado, podría quitarle el peso de la condición de jefe de filas a Juan Guillermo Cuadrado y liberarlo para que encuentre un mejor acomodo en la cancha. Ojalá, Rueda no ancle a James, como lo hizo con Juan Fernando Quintero, a la zona derecha del campo, ubicación que obstaculizó la proyección del jugador de Juventus en los últimos partidos.
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Y, por el otro lado, el 10 del Al-Rayyan podrá hacer brillar aún más, por ejemplo, a un Luis Díaz que en los últimos partidos lució opaco, sobre todo por la falta de sociedades. Todo eso teniendo en cuenta que se espera que con la llegada James, delanteros como Duván Zapata, Miguel Ángel Borja y el propio Radamel Falcao, otro líder con peso propio, tengan más oportunidades de cara al arco.
Esos son algunos de los movimientos claves que James Rodríguez podría aportarle al equipo de Rueda, teniendo en cuenta, como ya fue dicho, que su llegada no representa una solución mágica a los problemas estructurales del equipo.
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La selección tendrá que jugar más suelta, sin que recaiga sobre James el peso de toda la fase ofensiva, situación que sería un error estrepitoso. En cambio, el volante sí puede ser la ficha que faltaba en el rompecabezas y, sin duda, su presencia en el conjunto da un punto más a la esperanza de que Colombia juegue su tercer mundial consecutivo. Hay equipo y ya se sumó el hombre que faltaba, el que todos esperaban. Ahora, que hable el juego.