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El contrato era claro: si Colombia no clasificaba al Mundial de Catar, el vínculo con Reinaldo Rueda se daba por terminado. Por eso, aunque les cedió la pelota a los directivos en su última rueda de prensa, diciendo que “ellos harán la evaluación”, el entrenador vallecaucano, a falta de confirmación oficial, dejará de ser el entrenador de la selección.
(Aquí, toda la información deportiva)
Y la pregunta del millón, sin conocer cuándo sería el próximo partido oficial de Colombia, es quién asumirá el puesto de seleccionador. Y la peligrosa tentación, tal cual hace cuatro años, de dejar pasar el tiempo... de ahorrarse una plata.
Tras la salida de José Pékerman, Carlos Queiroz se demoró siete meses en llegar y Arturo Reyes fue el técnico interino. Medio año perdido, millones y millones ahorrados. ¿Pasará lo mismo ahora?
Luego de su participación en Rusia 2018, la Federación Colombiana de Fútbol recibió casi US$14 millones, una bolsa considerable que dejará de recibir en sus arcas por el fracaso en las eliminatorias. ¿Cuánto están dispuestos a dar los directivos?
Lo primero, la búsqueda será hacia un entrenador extranjero. Juan Carlos Osorio es el único técnico colombiano con la espalda, trayectoria y vigencia para dirigir a la selección, pero sufre el pico más bajo de su carrera. Y no es un hombre que genere unidad en todos los sectores en un momento tan delicado. La postura parece clara: vendrá alguien de afuera.
Rueda, que en Chile percibió el sueldo más alto en la historia del equipo austral (US$3,5 millones anuales), recibió en Colombia un poco más de US$3 millones, casi lo mismo que Carlos Queiroz. José Pékerman estaba por la misma línea, aunque las cifras en el fútbol son difíciles de confirmar.
En la actualidad, el entrenador libre con mayor cartel y capacidad para asumir el timón de la selección colombiana es Marcelo Bielsa, un hombre que ya rechazó hace 15 años ese cargo. La principal barrera es económica, pues en el Leeds de Inglaterra percibía 8 millones de libras esterlinas anuales (US$13 millones), una cifra galáctica para la Federación Colombiana de Fútbol.
Eso sí, para muchos, por valores, carácter, filosofía y conocimiento del entorno suramericano, es la llave para cambiar la cultura del fútbol colombiano. Y la otra pregunta: ¿estará él interesado en el cargo? Al ver el capital humano y técnico de los futbolistas podría ilusionarse, pero el historial de los directivos y su estilo de gestión lo podrían alejar de esa posibilidad. Aunque en el entorno del fútbol no se ve un mejor candidato que él.
Si el cuándo no se responde pronto, hay dos hombres que podrían ser tentados por la Federación Colombiana de Fútbol: Tite y Ricardo Gareca. El primero ya confirmó que no seguirá al frente de Brasil luego del Mundial de Catar, mientras el segundo no lo ha hecho, pero parece un secreto a voces que el argentino quiere buscar nuevos aires. Con Tite la principal “X” que hay que despejar es la de su estilo. Brasil clasificó a Catar con el mayor registro de puntos (45) de una selección en la historia de las eliminatorias, pero las críticas hacia sus formas son el detonante de su futura salida. El brasileño ha optado por el juego de posición en su equipo, un estilo de juego más europeizado que va en contravía de la esencia del jugador brasileño -¿también colombiano?- de libertad, intuición y expresión individual.
Gerardo Martino, de discreta eliminatoria con México, también es uno de los posibles candidatos después del Mundial. Otro hombre que estuvo en la baraja de posibilidades antes de la llegada de José Pékerman.
En una tercera línea figuran nombres como Sebastián Beccacece, Ariel Holan y Renato Gaucho. Los nombres son variados, pero ninguno colombiano. Algo que expone la escasez de renovación de entrenadores con el cartel internacional para asumir el cargo. Luis Amaranto Perea, uno de los llamados a tomar ese testigo, no tuvo un paso positivo en el Júnior de Barranquilla.
Para saber el quién hay que resolver primero las respuestas del cuánto y el cuándo. Pero a nivel deportivo todos los caminos llevan a Marcelo Bielsa. ¿Suena imposible? Un tipo que podría revolucionar no solo la cultura del fútbol colombiano, sino la cultura de nuestro país. Esa es la cualidad más potente que lleva en su hoja de vida.