La selección femenina no pierde su sueño olímpico: la luz entre la tormenta
Después de casi remontar un 3-0, Colombia perdió en su debut de París 2024 contra las locales. En los próximos días tendrá revancha y las futbolistas esperan no bajarse del bus tan temprano. Vienen duelos claves.
Fernando Camilo Garzón
La zona mixta, tras el partido que Colombia perdió en el debut de los Olímpicos contra Francia, por 3-2 en Lyon, era un desfile de caras largas. Ninguna de las jugadoras quería hablar, aunque casi todas pararon entre disgustos, rezongos y cansancio. Solo Linda Caicedo siguió de largo. Salió cojeando, golpeada por las inclementes patadas de las francesas, directo al tobillo. Había tristeza en algunas de las futbolistas y en otras, rabia.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
La zona mixta, tras el partido que Colombia perdió en el debut de los Olímpicos contra Francia, por 3-2 en Lyon, era un desfile de caras largas. Ninguna de las jugadoras quería hablar, aunque casi todas pararon entre disgustos, rezongos y cansancio. Solo Linda Caicedo siguió de largo. Salió cojeando, golpeada por las inclementes patadas de las francesas, directo al tobillo. Había tristeza en algunas de las futbolistas y en otras, rabia.
Catalina Usme fue de las primeras jugadoras que dio la cara por la derrota. Vino directo a hablar con los periodistas, después de encontrarse con Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, y darle un largo abrazo. “Cata”, le dijo escuetamente el dirigente, que le dio sus brazos luego de una mirada que cargaba como con sentido pésame.
Antes, Ángelo Marsiglia, el DT de la selección femenina, había pasado también por los micrófonos de la zona mixta y había expresado su desazón por la derrota: “Duele perder de esta forma”, empezó diciendo, pero se paró de inmediato. Pasó saliva y por un momento parecía que se iba a quebrar. Pero no, lo que tenía era la piedra afuera: “¡Regalamos el primer tiempo! Quisimos hacerlo mejor en el segundo y pienso que merecimos más”, siguió, pero paró de nuevo. Se tomó lo que debía y remató: “Tengo es rabia por cómo se jugó hoy. Las que tuvimos no las metimos y así es difícil”.
Marsiglia resumió la derrota como una caída mental: “El asunto está en la cabeza. No solo sucedió hoy. Esto mismo nos pasó con Estados Unidos y Brasil. Cuando tenemos rivales grandes, nos la tenemos que empezar a creer. En el segundo tiempo demostramos que somos capaces. Pero, así hay que jugar todos los partidos. Los errores en este escenario son caros y tenemos que aprender para el siguiente partido”.
Usme, que vino después, como capitana que es de la selección femenina, opinó parecido. Primero, lamentándose por la derrota y, al rato, enfocando más lo que viene que lo que ya pasó. ¡Ya para qué! “Para seguir adelante y confiar en este proceso. Nosotras hemos venido en un crecimiento bastante importante y eso también hay que rescatarlo. Competir a este nivel es bastante apasionante e interesante porque es duro y te lleva a tener que dar más de lo que has dado al final. Ahora hay que rescatar lo bueno y seguir dando lo mejor. Ya rompimos el hielo, ahora nos toca pensar en lo que viene”.
El pánico escénico sí se vio en la cancha de Lyon. El quiebre fue traumático para Colombia, que entró dormida a su primer encuentro olímpico. La selección no hallaba el primer pase y, anulado su espíritu creativo, se sometió por completo a las intenciones francesas. De ahí que Marsiglia se lamentara del primer tiempo regalado.
Colombia abusó del pelotazo ante una Mayra Ramírez, de buen nivel hasta la expulsión en el segundo tiempo, que estaba tan sola y sin el balón, como estaba Linda Caicedo. Con sus dos armas principales desconectadas del equipo, la selección entró en un desespero irreconocible. Solo la entrada de Manuela Paví en la segunda parte le daría un vuelco al equipo. Luego del 3-0 parecería que sí se podía remontar, pero toda ilusión se fue del todo cuando una tarjeta roja acabó los planes.
“Era el debut de varias. Recuerdo la primera vez que debuté en unos Juegos Olímpicos y tampoco fue un momento fácil. Creo que al final del primer tiempo no fuimos el equipo que veníamos siendo, pero rescato sin duda alguna lo que pasó en el segundo tiempo que para nosotras fue de resaltar. Ya pasó lo que iba a pasar, ahora hay que seguir”, dijo Usme.
Esa “novatada” se vio en la cara de Katherine Tapias, la arquera de la selección, que en la zona mixta también casi se quiebra, al sentirse responsable de más de un gol. Igual, Daniela Arias, que aseguró que no le tenía miedo al entorno, pero la selección entró dormida y ahí pagó.
Colombia debe mejorar muchas cosas, para seguir ilusionado con París 2024. El equipo sí debe pasar la página y enfocarse en Nueva Zelanda, que este domingo será el rival a vencer. Un triunfo las pone casi en segunda ronda y con esa mentalidad debe ir la selección a buscar su lugar en cuartos. Los Juegos Olímpicos son vertiginosos y, rápido, las futbolistas tendrán una nueva chance. En ellas está depositada esa esperanza, pero tendrán que jugar mucho mejor que lo hicieron este jueves. Esa es la deuda que deben saldar.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador