Manuela Vanegas: la historia de la inesperada goleadora de Colombia

Minuto 90 + 6, tiempo de reposición. Marcador: Colombia 1, Alemania 1. Segunda fecha del grupo H del Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda 2023. Leicy Santos, la 10 de la selección, cobra el tiro de esquina. El balón baja muy cerca al punto de penalti. Manuela Vanegas salta, cabecea la pelota y la coloca sobre el palo izquierdo del arco alemán. ¡Gol! El equipo nacional rompe el invicto de las alemanas, que no perdían en fase de grupos desde 1995, cuando Suecia les ganó 3-2. Además, se convirtió en la primera escuadra suramericana en ganarles en una Copa Mundo de mayores. Hicieron historia.

Minuto 90 + 6, tiempo de reposición. Marcador: Colombia 1, Alemania 1. Segunda fecha del grupo H del Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda 2023. Leicy Santos, la 10 de la selección, cobra el tiro de esquina. El balón baja muy cerca al punto de penalti. Manuela Vanegas salta, cabecea la pelota y la coloca sobre el palo izquierdo del arco alemán. ¡Gol! El equipo nacional rompe el invicto de las alemanas, que no perdían en fase de grupos desde 1995, cuando Suecia les ganó 3-2. Además, se convirtió en la primera escuadra suramericana en ganarles en una Copa Mundo de mayores. Hicieron historia.

El gol no fue casualidad. En zona mixta, la defensa, nacida en Copacabana (Antioquia), aseguró al Gol Caracol que “Alemania es potencia en juego aéreo, pero Manuela Vanegas también es potencia en juego aéreo. Es algo en lo que trabajo muchísimo”. Y confesó que no es la primera vez que anota un gol después de un centro de Leicy, que la interrumpió en plena entrevista para decir que “cuando vamos a cobrar un tiro de esquina, a Manuela le gusta que lo haga a perfil cambiado. Sabe que la busco, porque es una de las mejores rematadoras, por cómo se levanta y busca el balón”.

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El tanto contra Alemania no es la única anécdota que hace de Manuela una jugadora clave del equipo colombiano en la Copa Mundo. En la primera fecha, durante el duelo ante Corea del Sur, de un remate suyo surgió el penal que les permitió abrir el marcador a las dirigidas por Nelson Abadía. Además, en este encuentro fue la jugadora que más duelos ganó. Y, frente a las bávaras, fue la encargada de hacer el pase a Linda Caicedo para el primer gol, lo que la hace además influyente en el ataque, aunque no sea ese su verdadero rol.

Manuela, de 22 años, comenzó en este deporte por la influencia de su padre, Héctor, quien la llevaba a sus entrenamientos junto a su hermano Frank. Inició como arquera, primero en microfútbol y luego en fútbol 11. “A ella le encantaba ponerse los guantes y tapar. Pero lo hacía como un juego. Realmente comenzó en esta posición porque la puso allí Carlos Arenas, el entrenador de escuela de fútbol Cefuco, su primer equipo”, recuerda su padre, Héctor Vanegas, presidente de este club ubicado en Copacabana.

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Arenas recuerda que, por su edad, ella no podía jugar los torneos, por lo que empezó a probar todas las posiciones en la cancha. “Un día nos quedamos sin arquera y me dijo que quería tapar. Le dije ‘vaya y tape, mija’”, dice y señala que el saque de arco lo hacía muy bien y se tiraba de forma adecuada en cada uno de los remates.

Manuela Vanegas: la arquera que no fue

Como la mayoría de futbolistas, su primer club era de solo hombres. “Estuvo con nosotros dos años en los torneos y su disciplina la llevó a que se destacara dentro de la cancha”, comenta Herminia, una de las dueñas del equipo, quien la considera como una hija. Su estatura y habilidades la afianzaron en el arco. Una posición en la que estuvo hasta los diez años, según cuenta su padre. “A veces, hacía medio tiempo como defensa, pero se enfocó en ser la guardameta titular”, añade.

Gloria, su madre, no aceptaba que su hija jugara fútbol, pero con el tiempo comprendió y cedió a las pretensiones de Manuela, que, por recomendación de Herminia, llegó a Formas Íntimas, el principal equipo femenino de Antioquia. Disputó varios torneos como portera. De hecho, en 2013, además de coronarse campeona del Ponyfútbol, recibió un reconocimiento por ser la guardameta que recibió menos goles. También compartía el arco con una de sus referentes, Sandra Sepúlveda, quien está entre las 23 jugadoras que disputan el mundial de 2023.

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Un día, Luz Marina Zapata, coordinadora de formación de este club, la ubicó como defensa central. “Le decía a Liliana Zapata, mi socia, que la sacáramos del arco, porque nos iba a dar mucho como defensa”, cuenta. Fue su apuesta para la siguiente edición del torneo y Manuela respondió. Su papá se acuerda de que, en aquella copa, marcó cinco anotaciones.

Manuela Vanegas, la consagración de la defensora de la selección de Colombia

Poco a poco, Manuela Vanegas cumplió sus sueños, como el de ser convocada a una selección de Colombia. Fue a la categoría sub-17, con solo 15 años. Aunque su padre no recuerda el debut, en su memoria guarda el duelo frente a Paraguay cuando marcó su primer gol con la tricolor en el Suramericano Sub-17, que se disputó en 2016 en Venezuela. “Era un compromiso del cuadrangular final. Anotó de cabeza y a pesar de que perdimos 2 a 1, en la casa lo celebramos como su hubiésemos ganado el torneo”, cuenta Héctor.

Además de pulirse como una de las mejores defensas —y de jugar en la selección de Colombia—, en Formas Íntimas, Manuela encontró en Luz Marina Zapata a una mentora. “Fue una conexión desde el primer día. Creció un amor muy bonito entre nosotras, el cual todavía perdura”, asegura la formadora.

“Antes de ese partido contra Alemania, de este Mundial 2023, le dije que tenía que estar tranquila. Solo me respondió que íbamos a ganar con gol de ella. Y así fue”, anota.

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Luz Marina también estuvo presente en la llegada de Manuela Vanegas al fútbol profesional, gracias a una alianza entre Envigado y Formas Íntimas. Uno de los principales recuerdos que tiene de aquella época fue un partido, en 2018, frente a Nacional, cuando se convirtió en la primera jugadora en tapar un penalti en la Liga Profesional Femenina de Colombia: “Ya era central. Expulsaron a la arquera, la segunda guardameta entró en pánico y Sandra Sepúlveda, que era la titular, estaba lesionada. Manuela, sin miedo, pidió los guantes”.

Sin embargo, confiesa que uno de los momentos más difíciles en la carrera de la antioqueña fue en 2018, previo a la Copa Libertadores Femenina. Había sido contratada por Huila para disputar esa edición del torneo, pero, en un entrenamiento, al recibir el pase de una de sus compañeras apoyó mal el pie izquierdo. El diagnóstico: fractura del quinto metatarsiano. La lesión la dejó fuera del campeonato. Y ese año, Huila levantó la copa.

Después de su recuperación, Formas Íntimas hizo una alianza con Independiente Medellín, el equipo de sus amores, y comenzó a ser parte de la plantilla. Zapata recuerda la emoción de la jugadora y la disciplina que tenía en cada entrenamiento para convertirse en la mejor central del equipo de la montaña. Dos goles de cabeza de Manuela le dieron un tiquete para la final a Medellín, que terminó siendo subcampeón.

Ese mismo año se colgó la medalla de oro de los Juegos Panamericanos. En este torneo tuvo una actuación destacada, pues anotó el segundo gol en el partido frente a México y se encargó de patear uno de los penaltis en la final contra Argentina. Su disciplina y talento la llevaron en 2020 a la liga española, cuando fue fichada por el Espanyol. Luego, pasó a Real Sociedad, donde se ha consolidado como futbolista. En España, de hecho, la conocen como la defensa que marca goles.

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Álvaro Cano, quien la entrena cada vez que viene a Colombia, asegura que la habilidad en la cancha que la hace única es la de patear muy bien con ambas piernas. Esto se debe a un trabajo de simetría bilateral que ha desarrollado, sin afectar los hemisferios, con la pierna derecha y la izquierda. “No es más que una respuesta motora eficaz a un pensamiento táctico”, explica.

Hoy, Herminia, desde Copacabana, asegura que verla jugar no es apto para hipertensos y que sufre cada vez que le pasa algo en la cancha. “Cuando le pusieron esa banda en la cabeza frente a Corea del Sur —luego del choque con una jugadora asiática—, solo rezaba para que no fuera nada grave”, cuenta. Su padre, por su parte, le dice que le cumplió el sueño a esa niña que escribía en las hojas de los cuadernos sus mayores sueños: ser muy buena en el colegio, ser muy buena jugadora, llegar al fútbol profesional y jugar con la selección de Colombia.

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