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Natalia Gaitán no se rinde ante un nuevo sueño mundialista

La defensa colombiana habló sobre su vida personal y deportiva, sin dejar a un lado su presente tras volver de una lesión en su rodilla izquierda.

Natalia Giraldo González
30 de diciembre de 2021 - 02:00 a. m.
Natalia Gaitán lleva más de diez años en el fútbol profesional. Actualmente es jugadora de Sevilla.  / Kevin C. Cox - Getty Images
Natalia Gaitán lleva más de diez años en el fútbol profesional. Actualmente es jugadora de Sevilla. / Kevin C. Cox - Getty Images
Foto: Getty Images - Kevin C. Cox
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La usual capitana de la selección de Colombia femenina, que volvió a agarrar ritmo tras superar una ruptura de ligamento cruzado en su rodilla, habló sobre sus expectativas deportivas.

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Natalia Gaitán Laguado es una defensa central colombiana que ha pasado la mayor parte de su vida preparándose en diferentes aspectos para reflejar lo que es hoy en día. Desde sus inicios supo que el deporte estaría presente, sobre todo cuando veía a su papá y hermano jugar fútbol.

“También quería hacer lo mismo, imitarlos y sentir esa pasión, al final el juego en sí fue lo que me atrajo. No sé si ya venía de serie, pero el fútbol se convirtió en una pasión grande, hoy en día es una herramienta de trabajo y de estudios”, expresó Gaitán.

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Muchas de las historias de las mujeres futbolistas en este país están permeadas por algún tipo de rechazo por querer practicar una disciplina que ha sido dominada en gran parte por hombres, pero para esta jugadora eso no fue un problema. “A mi mamá le preocupaba mucho que me hiciera daño jugando contra niños y que pudieran burlarse de mi, al final cedió y ahora es la fan número uno al lado de mi papá”, dijo Gaitán.

Sin esperarlo recibió su llamado a la selección de Bogotá a los 13 años, y desde ese momento se enfocó de una manera más profesional en la disciplina. No pasaron más de dos años y la selección nacional la buscó. “Fue decir ¡uy, juepucha!, el fútbol tiene más cosas y supe que quería ser profesional, ir a un Mundial, representar a Colombia, hacer todo lo que estuviera a mi alcance para conseguir esos sueños”.

Desde la profesionalización del fútbol femenino colombiano, en 2017, el deporte tomó más protagonismo no solo a nivel de afición, sino de consolidación de los clubes, patrocinios y en el deseo de las mismas jugadoras, pero el factor que las hace acreedoras de dicho estatus sigue en el limbo.

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“En ese momento no había jugadoras profesionales de contrato, había en cuanto a quienes querían buscar nuevos rumbos y dedicaban su tiempo exclusivamente a jugar fútbol. Hoy en día es un conjunto de muchas cosas, y para mí ser profesional no es estar vinculada al 100 % con un contrato laboral, pero sí es parte de, porque al final es tu trabajo y, por ende, necesitas una retribución económica para poder vivir”, recalcó la central.

Natalia Gaitán es una de las jugadoras que han vivido el proceso de gloria de la selección de Colombia tanto en participaciones nacionales como internacionales, pero con un diferencial, la banda de capitana en su brazo.

“Somos una generación privilegiada, porque nos juntamos muchas jugadoras con talento y con una mentalidad diferente, esa sub-17 y sub-20 son el resultado de lo que ha sido la selección en los últimos 10 años, hemos cambiado la imagen del fútbol femenino”.

Ella sabe que los diferentes momentos de esta generación de futbolistas está acompañada por hitos deportivos, “el Suramericano Sub-17 en Chile, cuando quedamos campeonas fue el primer paso de decir aquí estamos para grandes cosas, después fuimos cuartas del mundo, luego clasificamos a un Mundial por primera vez y llegó una primera clasificación a Olímpicos. Cada año que pasaba desde 2008 se iba haciendo historia”.

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Para Gaitán, la capitanía ha sido un aspecto latente en su historia con la selección: “En lo que he vivido, en el país es el entrenador quien escoge a la capitana, es tener el respaldo y la confianza de los cuerpos técnicos, pero sin lugar a dudas el de las compañeras”.

Pocas veces se pone la lupa en los momentos complejos, y asumir la capitanía lo fue por un tiempo, “entre los Panamericanos de Toronto 2015 y los Olímpicos de 2016 fueron muchos meses de convivencia, y es bueno para cualquier grupo tener un espacio de tranquilidad, de bajar para volver a subir, porque mantenerse arriba es lo que queremos, pero durante tanto tiempo es imposible”.

Son más de 10 años al servicio del fútbol como una filosofía de vida, así como la transición de la disciplina en un país que le ha costado aceptarlo: “Ha sido un proceso bonito, de vivenciar en primera página. Para mí la clave está en decir que no tuve referentes, pero espero ser la referente de muchas niñas”.

El fútbol femenino en Colombia tomó un rumbo complejo y difícil en 2019, luego de que varias jugadoras decidieran hablar sobre diferentes asuntos que las estaban afectando, desde vetos hasta la falta de pago.

“Fue un proceso de años, la mayoría empezamos muy niñas en selección y muchas veces ciertas cosas se convirtieron en una normalidad de lo que pasaba. Cuando fuimos a otras ligas, notamos que había otros métodos que funcionaban mejor y podían dar otros resultados, también vimos que gracias a lo que hicimos teníamos una base de cómo exigir de buena manera mejores condiciones”. afirmó Gaitán.

“La comunicación que se tiene con la Federación es mejor que la que se tenía hace unos años, y es más directa. Aún hay temas que quisiéramos que se desarrollaran mejor y los tratamos en conversaciones privadas, sabemos que cambiar requiere un proceso, pero ojalá se vieran más indicios de esto”.

A solo unos días de terminar 2021, Gaitán no fue convocada en los últimos partidos de la selección, pese a estar en condiciones aptas y con una continuidad en el Sevilla, equipo en el que juega. “No he tenido ninguna complicación y estoy con toda la ilusión de poder volver a la selección, de contribuir y aportar con mi experiencia. Tengo todavía sueños que cumplir con ellas, realmente espero poder estar y tener la camiseta puesta”.

Ad portas de una Copa América Femenina 2022 en el país, sumado a un Mundial en Australia y Nueva Zelanda en 2023, la cuota soñadora de esta jugadora sigue viva.

“Quiero volver a un Mundial y ganar una Copa América, sé que la del próximo año será muy bonita. Tenemos la mística para poder ganarla, así como las condiciones. Hemos aprendido mucho en el proceso y sería una gran experiencia ir a la cita de 2023, sería una época y un año para ir cerrando ciclos y ver otros horizontes”.

Su balance con Sevilla es positivo. “Tremendo, el año pasado jugué dos partidos, me lesioné en el tercero y estuve toda la temporada fuera, pero volver a debutar después de casi 10 meses fue muy bonito”.

Todo el proceso que ha atravesado la presente selección Colombia femenina sin el recambio generacional ha estado ante los ojos y los pies de esta jugadora, que ahora espera fervorosamente su llamado para seguir haciendo historia con el “3” en su espalda.

Natalia Giraldo González

Por Natalia Giraldo González

Estudiante de antropología con énfasis en salud y estudiante de comunicación social con énfasis en periodismo. Directora de Fútbol Local.@NatyGiraldo7ngiraldo@elespectador.com

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