Queiroz rompió el silencio: acusa a Álvaro González de su “cajón”
El exentrenador de la selección colombiana fue tajante al decir que el dirigente le hace daño al fútbol colombiano. Esta fue la carta que escribió el portugués.
Tras las dos fatídicas goleadas sufridas ante Uruguay y Ecuador, Carlos Queiroz dejó su cargo como seleccionador en Colombia sin dar muchas palabras. No dijo qué pasó adentro, no confirmó un supuesto “cajón” por parte de sus jugadores. Mantuvo sus códigos y se fue. Hoy por hoy, es el DT de Egipto, reciente subcampeón de la Copa Africana. Sin embargo, tras unas declaraciones del dirigente Álvaro González, presidente de Difútbol, en las que cuestiona su profesionalismo, el portugués le contestó a través de una carta publicada en Marca Claro en la que confirmó lo que todos sospechaban: los jugadores se le pararon para que dejara su cargo.
Esto había dicho González Alzate. “Nunca en ninguna reunión ni oficial ni extraoficial se ha tocado ese tema. El profesor Queiroz, luego de los catastróficos resultados en las dos primeras fechas de la Eliminatoria para Catar 2022, se ausentó totalmente del Comité Ejecutivo y sin que nadie se lo exigiera presentó su renuncia ante el presidente de la Federación. Y como era de esperarse, pues se le aceptó”.
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Y esta fue la respuesta de Carlos Queiroz:
Tras las recientes declaraciones del vicepresidente de la Federación Colombiana, Álvaro González Alzate, publicadas en Marca Colombia, me corresponde, en nombre de la verdad, y por respeto a mi staff, a los demás dirigentes del Fútbol Colombiano y para todos los hinchas de la tricolor, utilizar el derecho de réplica para aclarar lo siguiente:
Nunca he presentado una solicitud de renuncia a mi rol como entrenador de la Selección Colombia, quedando esto claramente evidenciado en los documentos de indemnización que la Federación Colombiana propuso firmar, para garantizar mi destitución.
Mi salida de la selección Colombia o “Cajón” fue, como es bien sabido, el resultado de un trabajo fino realizado por el propio González Alzate, figura con un vasto y reconocido currículum que trabaja detrás de bambalinas en el Fútbol Colombiano, que aprovechando el poder y los votos que maneja ejerce presión, inclusive sobre sus pares, para alcanzar sus intereses personales. Y no es de extrañar, por tanto, que esta figura no asuma su responsabilidad, cuando fue él la primera persona en exigir mi dimisión a Ramón Jesurun.
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Las declaraciones del señor Alzate, son falsas y mentirosas, revelando su carácter y personalidad. En ningún momento, mi persona y mi staff desaparecimos y dejamos de tomar contacto con el personal de la Federación o del Comité Ejecutivo. En todo caso el señor González Alzate fue quien desapareció y dejo de tomar contacto con sus pares. Imagino que por este motivo no sabría que la sede en Bogotá estaba cerrada por cuestiones sanitarias, y que el staff estaba trabajando dentro de un hotel en Bogotá para tratar de evitar tomar contactos innecesarios que perjudicaran a la selección.
Este señor no tiene la autoridad para poner en duda o criticar mí profesionalismo y el de mi staff. Quien me conoce sabe lo que es trabajar con exigencia, a todos los niveles. Nunca, en ningún momento, hemos dejado de asumir nuestras responsabilidades y mucho menos en el simple contacto con el Comité Ejecutivo. La afirmación de ese hecho, tan irrelevante como falsa, es ingenua y ridícula.
Todas las personas directamente relacionadas a la selección en el día a día pueden dar fe que todo el cuerpo técnico y jugadores, dentro y fuera de la cancha, siempre trabajaron con total dedicación y profesionalismo, aun cuando las condiciones de salud y seguridad sanitaria no eran las más adecuadas, exponiéndose al riesgo que el Covid generaba.
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A tal punto que un miembro del staff, en pleno ejercicio de sus funciones, contrajo Covid, quedando aislado en un cuarto de hotel de Bogotá y sin apoyo, mientras el resto del staff salía hacia Barranquilla para cumplir con los compromisos del mes de noviembre. Al regresar a Bogotá nos encontramos con una persona en un estado de depresión importante, sumando a esto la decisión de la Federación de echar al cuerpo técnico, empeoraron la situación, llevando Des McAleenan a terminar con su vida.
Mientras viva, también mantendré vivo el recuerdo de Des McAleenan. Y todos los que de alguna manera lo apoyaron, o no lo hicieron, tendrán que lidiar con su propia conciencia.
Finalmente, quiero expresar mis mejores deseos de éxito a la Selección Colombiana, a sus jugadores, al cuerpo técnico y a toda la afición. Espero sinceramente que puedan tener éxito y que puedan superar todas las adversidades. Incluso las que les ponen los cobardes que, dado este tipo de expedientes e intereses personales, deberían preocuparse más por apoyarlos”.
Tras las dos fatídicas goleadas sufridas ante Uruguay y Ecuador, Carlos Queiroz dejó su cargo como seleccionador en Colombia sin dar muchas palabras. No dijo qué pasó adentro, no confirmó un supuesto “cajón” por parte de sus jugadores. Mantuvo sus códigos y se fue. Hoy por hoy, es el DT de Egipto, reciente subcampeón de la Copa Africana. Sin embargo, tras unas declaraciones del dirigente Álvaro González, presidente de Difútbol, en las que cuestiona su profesionalismo, el portugués le contestó a través de una carta publicada en Marca Claro en la que confirmó lo que todos sospechaban: los jugadores se le pararon para que dejara su cargo.
Esto había dicho González Alzate. “Nunca en ninguna reunión ni oficial ni extraoficial se ha tocado ese tema. El profesor Queiroz, luego de los catastróficos resultados en las dos primeras fechas de la Eliminatoria para Catar 2022, se ausentó totalmente del Comité Ejecutivo y sin que nadie se lo exigiera presentó su renuncia ante el presidente de la Federación. Y como era de esperarse, pues se le aceptó”.
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Y esta fue la respuesta de Carlos Queiroz:
Tras las recientes declaraciones del vicepresidente de la Federación Colombiana, Álvaro González Alzate, publicadas en Marca Colombia, me corresponde, en nombre de la verdad, y por respeto a mi staff, a los demás dirigentes del Fútbol Colombiano y para todos los hinchas de la tricolor, utilizar el derecho de réplica para aclarar lo siguiente:
Nunca he presentado una solicitud de renuncia a mi rol como entrenador de la Selección Colombia, quedando esto claramente evidenciado en los documentos de indemnización que la Federación Colombiana propuso firmar, para garantizar mi destitución.
Mi salida de la selección Colombia o “Cajón” fue, como es bien sabido, el resultado de un trabajo fino realizado por el propio González Alzate, figura con un vasto y reconocido currículum que trabaja detrás de bambalinas en el Fútbol Colombiano, que aprovechando el poder y los votos que maneja ejerce presión, inclusive sobre sus pares, para alcanzar sus intereses personales. Y no es de extrañar, por tanto, que esta figura no asuma su responsabilidad, cuando fue él la primera persona en exigir mi dimisión a Ramón Jesurun.
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Las declaraciones del señor Alzate, son falsas y mentirosas, revelando su carácter y personalidad. En ningún momento, mi persona y mi staff desaparecimos y dejamos de tomar contacto con el personal de la Federación o del Comité Ejecutivo. En todo caso el señor González Alzate fue quien desapareció y dejo de tomar contacto con sus pares. Imagino que por este motivo no sabría que la sede en Bogotá estaba cerrada por cuestiones sanitarias, y que el staff estaba trabajando dentro de un hotel en Bogotá para tratar de evitar tomar contactos innecesarios que perjudicaran a la selección.
Este señor no tiene la autoridad para poner en duda o criticar mí profesionalismo y el de mi staff. Quien me conoce sabe lo que es trabajar con exigencia, a todos los niveles. Nunca, en ningún momento, hemos dejado de asumir nuestras responsabilidades y mucho menos en el simple contacto con el Comité Ejecutivo. La afirmación de ese hecho, tan irrelevante como falsa, es ingenua y ridícula.
Todas las personas directamente relacionadas a la selección en el día a día pueden dar fe que todo el cuerpo técnico y jugadores, dentro y fuera de la cancha, siempre trabajaron con total dedicación y profesionalismo, aun cuando las condiciones de salud y seguridad sanitaria no eran las más adecuadas, exponiéndose al riesgo que el Covid generaba.
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Mientras viva, también mantendré vivo el recuerdo de Des McAleenan. Y todos los que de alguna manera lo apoyaron, o no lo hicieron, tendrán que lidiar con su propia conciencia.
Finalmente, quiero expresar mis mejores deseos de éxito a la Selección Colombiana, a sus jugadores, al cuerpo técnico y a toda la afición. Espero sinceramente que puedan tener éxito y que puedan superar todas las adversidades. Incluso las que les ponen los cobardes que, dado este tipo de expedientes e intereses personales, deberían preocuparse más por apoyarlos”.