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En la lista de 28 convocados de Reinaldo Rueda sobresale un nombre, sobre todo porque no lo conoce la inmensa mayoría del país: Juan Ferney Otero. Un chocoano de 26 años que juega como extremo por cualquiera de los dos costados en el Santos Laguna de México.
Otero pasó por el Pereira, Santa Fe y Fortaleza, muy joven dio el salto a Europa para jugar en el Deportivo La Coruña B. Y luego regresó a Fortaleza, club que lo vendió a Estudiantes de Argentina, equipo en el que se dio a conocer con algunas buenas actuaciones.
Allí disputó 44 partidos con un saldo de 12 goles, suficiente para dar el salto al Amiens de Francia. Allí estuvo tres campañas, hasta que regresó esta temporada con el Santos Laguna de México, donde tuvo algunas buenas actuaciones con sus gambetas, recuperaciones y desbordes en el último cuarto de cancha.
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“Tenía que salir de Sipí. Había ido hasta Medellín, me probé en Envigado y quedé en el plantel. Pero no tenía presupuesto. Entonces, volví al pueblo y me dediqué a buscar oro para poder sostenerme fuera de casa”, le contó Juan Ferney Otero a El Espectador hace un par de años. Era un cazador de tesoros. Metía su delgado cuerpo en un hueco, bajaba con una pala y rescataba pepitas.
“Había gente que se ocupaba de prestar la retroexcavadora y ahí estábamos mi papá y yo para encontrar el oro. Lo que sacábamos era para nosotros. Y de eso vivíamos”, recuerda.
Otero cambió el barro de las canchas duras de Sipí por el oro y regresó a Medellín. “Había representantes del Pereira y en el primer entreno me vieron y me llevaron para allá. Después, recalé en el sub-20 de Santa Fe. Pero como no me daban la posibilidad de jugar en Primera, le dije a mi representante que me buscara club. Y me fui a Fortaleza”, narra el atacante.
Fue en el club que hace de local en el estadio de Techo donde comenzó a explotar su fútbol. Ascendió a Primera División y pronto partió a Europa. Jugó en la filial B del Deportivo La Coruña. “En España me fue muy bien, hice como 20 goles. Querían que me quedara, pero yo prefería jugar en Primera. Así que volví a Fortaleza”, recuerda. Hasta que llegó Estudiantes a su vida. Iván Ramiro Córdoba lo recomendó, Verón vio un video y no dudó en incorporarlo.
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“Cuando me dijeron que iba a ser compañero de Verón, no lo podía creer. Y mi familia tampoco. Para mí fue un orgullo. Tiene mucha humildad. Él me dio un gran consejo y estoy muy agradecido. A mí no me gustaba el gimnasio, pero Sebastián me decía: ‘Hacé pesas 20 minutos antes del entrenamiento y vas a ver que te vas a sentir fuerte’. Le hice caso. Antes me encalambraba, ahora no. Y bajé cinco kilos”.
Sobre sus referentes, Otero, hace un par de años habló de tres hombres que ahora serán sus compañeros en la selección. “Siempre miraba a (Juan Guillermo) Cuadrado. (Radamel) Falcao y (Luis) Muriel. Son muy potentes. Y Cristiano Ronaldo me encanta. No nació con el don de (Lionel) Messi, pero trabaja para ser mejor. Soy hincha del Real Madrid”.