Se escapó una posibilidad de tener asientos de primera clase a Catar
Colombia igualó sin goles ante Ecuador, en un partido que tenía que ganar en Barranquilla, pero sigue en una condición favorable en la tabla. Por ahora...
Thomas Blanco
Queda un calor en la garganta, por lo que significaba una victoria en Barranquilla: un camino despejado a Catar. Y por cómo se fue. Pero los ecuatorianos, bestia negra de este equipo en el último año, dinamitaron el juego en la segunda parte. Y Colombia encadenó su tercer empate sin goles al hilo en esta triple fecha de Eliminatorias tras igualar con Ecuador. La situación en la tabla, teniendo en cuenta el fixture, aunque el próximo rival es Brasil, sigue siendo próspero. Pero a estas alturas también hay que reconocer que los demás resultados siguen conspirando a favor del equipo de Reinaldo Rueda, quien dirigió su partido 15 en esta nueva era con la selección, con un saldo de apenas cuatro victorias.
La de ayer se fue con muchas chispas tras un gol anulado por el VAR de Yerry Mina al minuto 99′ en la última jugada del partido porque la pelota le había pegado previamente en su mano. De manera no intencional y de espaldas al balón, pero los parámetros no aplican igual en las dos áreas. Las manos de un atacante son sancionadas casi siempre. El central del Everton se vio favorecido de esa interacción para hacer su control. El tanto, por más piedras que lleve el río, está bien anulado.
Lea: ¿Por qué anularon el gol de Yerry Mina frente a Ecuador?
Tras una primera parte valiente, intensa y aplicada de los ecuatorianos en la marca, cerrando las líneas de pase de Colombia, obligándolo a tener una mayor paleta de colores, la hicieron ver mal. Fueron mejores. Pero en la segunda parte, conscientes de que el empate era un negocio para ellos, una patada para nosotros, le pusieron una granada al juego. No se jugó fútbol, se fumaron el partido liderados por el portero Alexander Domínguez. Y esas esquirlas del saber que en cualquier segundo, con cualquier choque o salida de la pelota del campo se frenaría el juego, hicieron que Colombia buscara el empate “como sea” desde el minuto 75′ y no pudiera cruzar el limbo de jugar. bien. A pesar de que Gustavo Cuellar, que estaba de cumpleaños, ingresó a darle ritmo al juego del equipo. No hubo forma ni voluntad del rival de jugar a la pelota.
La ventana de esta triple fecha no termina siendo buena por no ratificar con un triunfo la gallardía del equipo en el pasado duelo ante Brasil, pero no es mala. En la segunda parte del juego le dieron vuelta a un partido que empezó contra las cuerdas en Montevideo y en el que Zapata malogró una posibilidad clarísima de marcar. Lo mismo sucedió ante Brasil para tambalearle un invicto de seis años en las Eliminatorias.
Mire: La información de la selección de Colombia en El Espectador
Reinaldo dijo en la previa que alineaba la visión de Francisco Maturana de que un club o selección lograba su pico de rendimiento cerca al partido 19 o 20, todo con la bondad de contar con una nómina estable. No la ha tenido del todo, pero ha sí ha gozado de un grueso de jugadores para estabilizarla. Y aunque el partido de Chile de septiembre fue un punto muy alto, al igual que el segundo tiempo ante Brasil, siguen muchos vértices verdes en la aplicación en el campo de su modelo de juego en estas 15 salidas. Él no se animó a responder esa pregunta de qué tan equipada está su idea dando un porcentaje, se lo dejó al periodismo. “Me siento moralmente incapaz de darle una calificación cuantitativa”.
La gran mancha del equipo en esta ventana de Eliminatorias se da en los tres primeros tiempos, en ninguno pudo imponer su libro de ruta. Hubo que enderezar el timón en las segundas partes. No se marcaron goles, pero tampoco se recibieron. Ospina, Barrios y Cuesta fueron la nota más alta del equipo.
Aunque no se consiguió una victoria necesaria, casi que obligada por el contexto, la situación de Colombia sigue siendo favorable. Quedó a un punto de Ecuador con 16 unidades, el escolta de Brasil y Argentina. Porque Bolivia goleó 4-0 a Paraguay y lo dejó con 12 puntos sumido en una crisis en la que despidió a su entrenador Eduardo Berizzo.
Lea: Reinaldo Rueda: “El nivel del arbitraje me dejó preocupado y triste”
La próxima cita de Colombia será en noviembre de visitante ante Brasil, un equipo que nunca en la historia ha perdido de local. Y luego, el 16, recibirá a Paraguay en Barranquilla en un juego, otro juego, como el de Ecuador, trascendental para los intereses a Catar. Las llaves de la clasificación están en ganar de local. Además de ese, quedan dos ante Perú y Bolivia. El margen de error es cada vez más estrecho, no solo para Colombia, sino para todos, en unas Eliminatorias en las que, salvo Argentina y Brasil, han estado marcadas en que los demás no han podido consolidarse en la tabla.
En la agenda de los directivos de fútbol en el mundo sobresale la necesidad de cambiar algunos reglamentos básicos de la esencia del juego para recobrar el interés de la gente, que “ya no se aguanta 90 minutos”. Pero valorar primero mecanismos para que se queme menos tiempo y la gente no se pierda en sus celulares, en un partido como el de ayer, en el que estaba el presidente de la FIFA en los palcos, sería un buen comienzo.
Se escapó una paloma que daba asientos de primera clase a Catar.
Queda un calor en la garganta, por lo que significaba una victoria en Barranquilla: un camino despejado a Catar. Y por cómo se fue. Pero los ecuatorianos, bestia negra de este equipo en el último año, dinamitaron el juego en la segunda parte. Y Colombia encadenó su tercer empate sin goles al hilo en esta triple fecha de Eliminatorias tras igualar con Ecuador. La situación en la tabla, teniendo en cuenta el fixture, aunque el próximo rival es Brasil, sigue siendo próspero. Pero a estas alturas también hay que reconocer que los demás resultados siguen conspirando a favor del equipo de Reinaldo Rueda, quien dirigió su partido 15 en esta nueva era con la selección, con un saldo de apenas cuatro victorias.
La de ayer se fue con muchas chispas tras un gol anulado por el VAR de Yerry Mina al minuto 99′ en la última jugada del partido porque la pelota le había pegado previamente en su mano. De manera no intencional y de espaldas al balón, pero los parámetros no aplican igual en las dos áreas. Las manos de un atacante son sancionadas casi siempre. El central del Everton se vio favorecido de esa interacción para hacer su control. El tanto, por más piedras que lleve el río, está bien anulado.
Lea: ¿Por qué anularon el gol de Yerry Mina frente a Ecuador?
Tras una primera parte valiente, intensa y aplicada de los ecuatorianos en la marca, cerrando las líneas de pase de Colombia, obligándolo a tener una mayor paleta de colores, la hicieron ver mal. Fueron mejores. Pero en la segunda parte, conscientes de que el empate era un negocio para ellos, una patada para nosotros, le pusieron una granada al juego. No se jugó fútbol, se fumaron el partido liderados por el portero Alexander Domínguez. Y esas esquirlas del saber que en cualquier segundo, con cualquier choque o salida de la pelota del campo se frenaría el juego, hicieron que Colombia buscara el empate “como sea” desde el minuto 75′ y no pudiera cruzar el limbo de jugar. bien. A pesar de que Gustavo Cuellar, que estaba de cumpleaños, ingresó a darle ritmo al juego del equipo. No hubo forma ni voluntad del rival de jugar a la pelota.
La ventana de esta triple fecha no termina siendo buena por no ratificar con un triunfo la gallardía del equipo en el pasado duelo ante Brasil, pero no es mala. En la segunda parte del juego le dieron vuelta a un partido que empezó contra las cuerdas en Montevideo y en el que Zapata malogró una posibilidad clarísima de marcar. Lo mismo sucedió ante Brasil para tambalearle un invicto de seis años en las Eliminatorias.
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Reinaldo dijo en la previa que alineaba la visión de Francisco Maturana de que un club o selección lograba su pico de rendimiento cerca al partido 19 o 20, todo con la bondad de contar con una nómina estable. No la ha tenido del todo, pero ha sí ha gozado de un grueso de jugadores para estabilizarla. Y aunque el partido de Chile de septiembre fue un punto muy alto, al igual que el segundo tiempo ante Brasil, siguen muchos vértices verdes en la aplicación en el campo de su modelo de juego en estas 15 salidas. Él no se animó a responder esa pregunta de qué tan equipada está su idea dando un porcentaje, se lo dejó al periodismo. “Me siento moralmente incapaz de darle una calificación cuantitativa”.
La gran mancha del equipo en esta ventana de Eliminatorias se da en los tres primeros tiempos, en ninguno pudo imponer su libro de ruta. Hubo que enderezar el timón en las segundas partes. No se marcaron goles, pero tampoco se recibieron. Ospina, Barrios y Cuesta fueron la nota más alta del equipo.
Aunque no se consiguió una victoria necesaria, casi que obligada por el contexto, la situación de Colombia sigue siendo favorable. Quedó a un punto de Ecuador con 16 unidades, el escolta de Brasil y Argentina. Porque Bolivia goleó 4-0 a Paraguay y lo dejó con 12 puntos sumido en una crisis en la que despidió a su entrenador Eduardo Berizzo.
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La próxima cita de Colombia será en noviembre de visitante ante Brasil, un equipo que nunca en la historia ha perdido de local. Y luego, el 16, recibirá a Paraguay en Barranquilla en un juego, otro juego, como el de Ecuador, trascendental para los intereses a Catar. Las llaves de la clasificación están en ganar de local. Además de ese, quedan dos ante Perú y Bolivia. El margen de error es cada vez más estrecho, no solo para Colombia, sino para todos, en unas Eliminatorias en las que, salvo Argentina y Brasil, han estado marcadas en que los demás no han podido consolidarse en la tabla.
En la agenda de los directivos de fútbol en el mundo sobresale la necesidad de cambiar algunos reglamentos básicos de la esencia del juego para recobrar el interés de la gente, que “ya no se aguanta 90 minutos”. Pero valorar primero mecanismos para que se queme menos tiempo y la gente no se pierda en sus celulares, en un partido como el de ayer, en el que estaba el presidente de la FIFA en los palcos, sería un buen comienzo.
Se escapó una paloma que daba asientos de primera clase a Catar.