Selección colombiana de futsal: entre triunfos y fallas estructurales
El combinado nacional ha tenido un destacado rendimiento en la Copa América de este deporte y buscará un cupo en la final. Sin embargo, la liga local no es fuerte y, a pesar del gran talento, hay problemas en las bases.
“Dale, Maradona, dale”, le decían a Camilo Gómez en el barrio Fátima, cuando el cansancio de tantos partidos jugados en el día comenzaba a manifestarse. Se ganó que le dijeran como el astro argentino por ser zurdo, medir poco más de 1,60 de estatura y tener gambeta y claridad conceptual para ejecutar certeras asistencias. Jugaba en canchas de cemento con sus tenis blancos y en calles que cerraban los vecinos para que los carros no pasaran y no interrumpieran los emocionantes torneos que se hacían en el pavimento.
(Aquí, toda la información deportiva)
Gómez fue al club Poli-Kennedy, hizo el proceso en las selecciones de Bogotá y jugó futsal en Venezuela, Bolivia, Brasil, Polonia, Francia, Vietnam y Malta. Hace parte del pequeño porcentaje de colombianos que pueden vivir de este deporte. “Ha sido una carrera larga y buena, he sido muy afortunado de poder salir y jugar en el exterior. En Colombia hay mucho talento para tener jugadores en las ligas top del mundo, pero hay pocos clubes que hacen una buena preparación desde las categorías base. Y falta consolidar una liga que en realidad sea fuerte y dure un tiempo razonable, para que se pueda competir y haya una mejor organización”, le dijo Gómez a El Espectador.
Este jugador, excepción de quienes se dedican al futsal en Colombia, disputará este sábado (1:30 p. m., Directv Sports) en Asunción (Paraguay) las semifinales de la Copa América de esta disciplina, con un combinado nacional que en dos años prácticamente ha trabajado apenas diez días con su grupo completo. Desde comienzos de 2020 hasta diciembre de 2021, el cuerpo técnico de la selección debió comunicarse con los jugadores de manera virtual.
“En diciembre pasado, la Federación le permitió al profesor (el director técnico Roberto Bruno) hacer un ciclo de trabajo. Él hizo una convocatoria de jugadores jóvenes en Barranquilla, donde no estuvieron Angellot Caro, Camilo Gómez ni Felipe Echavarría. Los dos arqueros sí estuvieron. Aquí hay solo cuatro de esa convocatoria. Y faltando diez días para venirnos, el 15 de enero, volvimos y nos concentramos en Bogotá. Eso es lo que hemos hecho en dos años: diez días de trabajo”, le contó a este diario William Lara Yepes, preparador físico de la selección colombiana de futsal.
Lea también: Los estilos en el fútbol colombiano, desde las influencias argentinas
Desde Paraguay, Lara Yepes también habló sobre las condiciones del rival: “Ellos tienen la ventaja de la localía. Además, la selección de Paraguay entrena prácticamente todo el año junta, porque casi todos sus jugadores están en Asunción y la Federación les facilita los escenarios. El cuerpo técnico permanece todo el año en la misma ciudad y tienen la posibilidad de entrenarse. A nosotros nos falta estructura, porque no tenemos campeonatos de categorías base: no hay competencias para jóvenes entre los 13 y los 17 años. Eso es algo que limita la búsqueda de talento y el desarrollo. Y la liga que tenemos es frágil. Los equipos que más compiten en el año lo hacen en diez partidos. Pero nosotros estamos fuertes. Es difícil asegurar que vamos a ganarle a Paraguay, pero lo que sí puedo asegurar es que vamos a hacer un partido muy digno”.
Harrison Santos es otro reflejo de que el talento colombiano para el futsal es masivo en un país en el que hay miles de canchas de asfalto, donde las raspaduras son menos que las pisadas, los caños y los tacos. Al ver su talento, su abuelo lo llevaba a jugar a diferentes barrios de Bogotá . Hasta que un día deslumbró en las canchas de Galicia, en Ciudad Bolívar, y luego llegó a la selección distrital. Estuvo probándose con La Masía del Barcelona, vistió la camiseta del combinado colombiano sub-20 y disputó la liga profesional de nuestro país, de la que observa fallas.
“No tenemos una liga establecida. La mayoría de los clubes no les pagan bien a los jugadores, no les dan lo que, como mínimo, deberían tener. La liga no tiene el respaldo suficiente que debe tener una liga fuerte. Tampoco posee patrocinadores que ayuden a incentivar y que se vuelva más fuerte y competitiva. Y hay que mejorar en las bases la fundamentación en los niños. Enseñarles más de táctica desde pequeños. Si les dan una buena formación, obviamente más adelante todo será mejor”, afirmó Santos.
(Ángel Cappa: “El fútbol está agonizando”)
Justamente, Diego Morales —el mayor impulsor que ha tenido el futsal en Colombia y un experto en este deporte— trabaja con las categorías base y aseguró que las limitaciones vienen desde la dirigencia de la Federación Colombiana de Fútbol: “A este presidente (Ramón Jesurún) no le gusta este deporte. Hemos decaído demasiado. Se puede trabajar la base, pero, si desde arriba no hay apoyo, es muy difícil. Esta presentación de Colombia es mérito del técnico y los muchachos. Dios quiera que frente a Paraguay, que tiene un excelente nivel y es un rival muy duro para nosotros, los jugadores realicen un buen trabajo técnico y táctico, en un deporte de muchas transiciones ofensivas y defensivas”.
Y es que los jugadores colombianos han asimilado correctamente el modelo de juego del entrenador Roberto Bruno, sus herramientas conceptuales en términos de posesión de pelota y movimientos tácticos, pero, en ocasiones, les cuesta defender con quinto hombre y las acciones de balón parado. Intentarán que esos errores no aparezcan contra el equipo anfitrión, para poder jugar este domingo la final ante Argentina o Brasil.
“Dale, Maradona, dale”, le decían a Camilo Gómez en el barrio Fátima, cuando el cansancio de tantos partidos jugados en el día comenzaba a manifestarse. Se ganó que le dijeran como el astro argentino por ser zurdo, medir poco más de 1,60 de estatura y tener gambeta y claridad conceptual para ejecutar certeras asistencias. Jugaba en canchas de cemento con sus tenis blancos y en calles que cerraban los vecinos para que los carros no pasaran y no interrumpieran los emocionantes torneos que se hacían en el pavimento.
(Aquí, toda la información deportiva)
Gómez fue al club Poli-Kennedy, hizo el proceso en las selecciones de Bogotá y jugó futsal en Venezuela, Bolivia, Brasil, Polonia, Francia, Vietnam y Malta. Hace parte del pequeño porcentaje de colombianos que pueden vivir de este deporte. “Ha sido una carrera larga y buena, he sido muy afortunado de poder salir y jugar en el exterior. En Colombia hay mucho talento para tener jugadores en las ligas top del mundo, pero hay pocos clubes que hacen una buena preparación desde las categorías base. Y falta consolidar una liga que en realidad sea fuerte y dure un tiempo razonable, para que se pueda competir y haya una mejor organización”, le dijo Gómez a El Espectador.
Este jugador, excepción de quienes se dedican al futsal en Colombia, disputará este sábado (1:30 p. m., Directv Sports) en Asunción (Paraguay) las semifinales de la Copa América de esta disciplina, con un combinado nacional que en dos años prácticamente ha trabajado apenas diez días con su grupo completo. Desde comienzos de 2020 hasta diciembre de 2021, el cuerpo técnico de la selección debió comunicarse con los jugadores de manera virtual.
“En diciembre pasado, la Federación le permitió al profesor (el director técnico Roberto Bruno) hacer un ciclo de trabajo. Él hizo una convocatoria de jugadores jóvenes en Barranquilla, donde no estuvieron Angellot Caro, Camilo Gómez ni Felipe Echavarría. Los dos arqueros sí estuvieron. Aquí hay solo cuatro de esa convocatoria. Y faltando diez días para venirnos, el 15 de enero, volvimos y nos concentramos en Bogotá. Eso es lo que hemos hecho en dos años: diez días de trabajo”, le contó a este diario William Lara Yepes, preparador físico de la selección colombiana de futsal.
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Desde Paraguay, Lara Yepes también habló sobre las condiciones del rival: “Ellos tienen la ventaja de la localía. Además, la selección de Paraguay entrena prácticamente todo el año junta, porque casi todos sus jugadores están en Asunción y la Federación les facilita los escenarios. El cuerpo técnico permanece todo el año en la misma ciudad y tienen la posibilidad de entrenarse. A nosotros nos falta estructura, porque no tenemos campeonatos de categorías base: no hay competencias para jóvenes entre los 13 y los 17 años. Eso es algo que limita la búsqueda de talento y el desarrollo. Y la liga que tenemos es frágil. Los equipos que más compiten en el año lo hacen en diez partidos. Pero nosotros estamos fuertes. Es difícil asegurar que vamos a ganarle a Paraguay, pero lo que sí puedo asegurar es que vamos a hacer un partido muy digno”.
Harrison Santos es otro reflejo de que el talento colombiano para el futsal es masivo en un país en el que hay miles de canchas de asfalto, donde las raspaduras son menos que las pisadas, los caños y los tacos. Al ver su talento, su abuelo lo llevaba a jugar a diferentes barrios de Bogotá . Hasta que un día deslumbró en las canchas de Galicia, en Ciudad Bolívar, y luego llegó a la selección distrital. Estuvo probándose con La Masía del Barcelona, vistió la camiseta del combinado colombiano sub-20 y disputó la liga profesional de nuestro país, de la que observa fallas.
“No tenemos una liga establecida. La mayoría de los clubes no les pagan bien a los jugadores, no les dan lo que, como mínimo, deberían tener. La liga no tiene el respaldo suficiente que debe tener una liga fuerte. Tampoco posee patrocinadores que ayuden a incentivar y que se vuelva más fuerte y competitiva. Y hay que mejorar en las bases la fundamentación en los niños. Enseñarles más de táctica desde pequeños. Si les dan una buena formación, obviamente más adelante todo será mejor”, afirmó Santos.
(Ángel Cappa: “El fútbol está agonizando”)
Justamente, Diego Morales —el mayor impulsor que ha tenido el futsal en Colombia y un experto en este deporte— trabaja con las categorías base y aseguró que las limitaciones vienen desde la dirigencia de la Federación Colombiana de Fútbol: “A este presidente (Ramón Jesurún) no le gusta este deporte. Hemos decaído demasiado. Se puede trabajar la base, pero, si desde arriba no hay apoyo, es muy difícil. Esta presentación de Colombia es mérito del técnico y los muchachos. Dios quiera que frente a Paraguay, que tiene un excelente nivel y es un rival muy duro para nosotros, los jugadores realicen un buen trabajo técnico y táctico, en un deporte de muchas transiciones ofensivas y defensivas”.
Y es que los jugadores colombianos han asimilado correctamente el modelo de juego del entrenador Roberto Bruno, sus herramientas conceptuales en términos de posesión de pelota y movimientos tácticos, pero, en ocasiones, les cuesta defender con quinto hombre y las acciones de balón parado. Intentarán que esos errores no aparezcan contra el equipo anfitrión, para poder jugar este domingo la final ante Argentina o Brasil.