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Hacía un frío bíblico esa mañana en Londres, terrible. El 4 de enero de 2010, sir Dave Brailsford emprendía el reto más importante de su existencia: trasladar el imperio que levantó en la selección británica de pista a la ruta. La autopista: la filosofía de ganancias marginales en las que la escuadra debía controlar cada mínimo detalle que, sumados, marcarían la diferencia con el resto de mortales. Aquella mañana de presentación al mundo, al frente del Palacio de Buckingham, ocurrió el prefacio del equipo que el planeta conoció como el Team Sky, que hoy lleva el nombre de Team Ineos. De 2012 a 2021, solo hubo dos corredores ajenos que se pararon en la cima del podio del Tour de Francia: Vincenzo Nibali (2014) y Tadej Pogacar (2020), el resto fue todo de ellos. Marcaron época.
Y más atrás, entre la muchedumbre, sin todos esos reflectores, a bordo de su bicicleta iba un pelirrojo de catorce años, hincha furibundo del Arsenal y de Thierry Henry. Se había ganado un concurso por internet para hacer la vuelta junto al equipo en el que militaba su máximo ídolo, el reconocido Bradley Wiggins. Casi todo era fútbol, pero había encontrado en el ciclismo la independencia y autosuficiencia que tanta falta le hicieron en otros deportes. Los sábados trabajaba en Condor Cycle, un almacén de bicicletas, y los domingos salía a hacer lo suyo: rodar.
“Debía estar en el colegio (risas), pero ese día fue demasiado especial y me marcó. Era una vida típica en el centro de Londres, crecí jugando fútbol hasta que el ciclismo se convirtió en otro mundo para mí. Ese fue mi primer contacto con ciclistas profesionales”, rememora Tao Geoghegan Hart en entrevista con El Espectador.
Un contacto que llegaría a su plenitud siete años después, cuando fichó con aquel equipo que lo había inspirado de niño. El álgebra de la vida de Tao, el vigente campeón del Giro de Italia y nueva portada del ciclismo británico.
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Un Giro que empezó con tinieblas... primero con el equipaje de la tristeza del equipo en el Tour de Francia y después con el retiro del líder Geraint Thomas en la cuarta etapa de la ronda italiana. Le dieron la vuelta y con exhibiciones de Tao, Filippo Ganna y Rohan Dennis terminaron ganando la maglia rosa y siete de las 21 etapas. El británico de 25 años —con un sobrenombre especial en Zoom: Red— habló de aquella gran vuelta, su vida y el ciclismo colombiano desde el training camp del Ineos, en Gran Canaria.
¿Cómo cambian los planes luego de ganar así un Giro de Italia?
Obvio, el título lo cambió todo, pero a la vez no cambió nada. Sigo siendo la misma persona y tengo mucha emoción de correr, ojalá con un calendario más normal que el año pasado. No sé a qué carreras iré, lo seguimos hablando. Normalmente nos reuníamos en diciembre para discutir, pero esta vez no fue posible. Los roles y las expectativas cambian, pero tengo compañeros demasiado fuertes. No hay mucho misterio: el que tenga mejores piernas es a quien el equipo va a apoyar, no importa el nombre. El objetivo principal siempre ha sido el mismo: ganar todas las carreras.
Tras el Tour se especuló con que Brailsford y el equipo pusieron en la mesa cambiar la forma de correr por una más ofensiva, luego del modelo de control que copió el Jumbo. ¿Cuáles son los planes?
Sí, nos sentimos distinto. Son nuevos colores y queremos ir para adelante con los grandes corredores que tenemos. Creo que el Jumbo hizo una estrategia perfecta en el Tour, no tuvieron suerte un día, pero fueron veinte días impecables. No es fácil controlar una gran vuelta como ellos lo hicieron. Y eso que Primoz Roglic venía con molestias del Dauphiné, no fue fácil llegar para él. Pero, bueno, Dave nos dice que disfrutemos y nos divirtamos mandando el mensaje de que así ganamos el Giro.
¿Cómo vio la forma en la que Pogacar sorprendió al mundo?
Fue increíble, recuerdo que estaba viendo la etapa en mi teléfono y no lo podía creer. Siendo honesto, nunca pensé que una crono pudiera ser tan emocionante. Sé que es duro perder la carrera el último día, pero como aficionado fue increíble ver ganar así a un hombre como Tadej, que es un chico muy querido, elocuente y gran embajador del ciclismo. Es que todo el año vimos un nivel muy alto y una velocidad terrible en las subidas. Lo que pasa es que los equipos son cada vez más fuertes y profesionales. Es bueno para el deporte que ocurran cosas tan inesperadas.
Pasando al Giro, todo empezó con el triunfo en la etapa 15, en la que hubo un ritmo brutal e histórico del Sunweb. ¿Qué tanto significó, sabiendo que detrás había una dedicatoria muy especial?
Ufff, sí. Esa subida fue demasiado rápida, es una de las más veloces que he hecho como profesional. Se notó mucho en la carretera. Fue muy lindo porque Nico Portal (exdirector deportivo) se nos fue en marzo, justo antes del encierro. Cuando nos reunimos en el funeral yo solo pensaba en que llegara un momento para darle las gracias. Fui feliz de poder hacerlo, pero también es muy doloroso saber que no estuvo ahí conmigo, disfrutando como el amigo y padre que fue para nosotros.
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Usted comentó que ese día los directores le dijeron que esa había sido una de las mejores actuaciones en la historia del equipo. Subió cuarenta minutos a un ritmo de 400 vatios, con picos de 440 (6,4 w/kg). ¿Fue ese mensaje un golpe de confianza para entender que sí se podía ser campeón?
Te da confianza que te digan eso; saber que uno está en un lugar que veía de niño en televisión, con todos esos campeones, da felicidad. Cruzaron los números y esos detalles, como la velocidad, que fue muy alta, y motivó; pero uno entiende que eso no pasó por accidente: si ya lo hiciste, lo puedes volver a hacer. Fue un turbo para mí para la siguiente semana, porque quedaban siete días más.
De hecho, lo repitió tres días después en el Passo dello Stelvio, a 3.100 metros de altura, pero esta vez junto a Rohan Dennis. Lo que hizo él en la montaña, con cuatro títulos mundiales de contrarreloj, dejó al mundo en “shock”...
Lo sabemos. Rohan fue increíble, pero nosotros ya sabíamos de lo que era capaz. Ya había ganado carreras, también etapas de montaña desde su primer año como profesional. Yo estaba en una de esas incluso, como sub-23. En el Tour de California también ganó subiendo al frente de Wiggins y muy buenos escaladores. Para nosotros no es sorprendente verlo hacer eso, pero sí fue tremendo, al igual que lo de Ganna ganando cuatro etapas y Johnny (Narváez), que ganó una con un frío loquísimo. Lo disfrutamos y hasta el día de hoy nos reímos de esas tres semanas y media de nuestras vidas.
¿Cómo es Dave Brailsford?
Es un líder tremendo. Cuando lo escuchas hablarnos en una habitación o personalmente siempre tomas algo de él, te deja algo. Tiene visión, ideas, ama el ciclismo. Recuerdo cuando estuvimos en el primer Tour Colombia, que lo ganó Egan, con Nico (Portal) miramos atrás y el ambiente de los fans fue hermoso; fue único. Ese es Dave, así es como él ve el deporte: con felicidad.
¿Qué piensa de Egan? Hay quienes lo critican aquí “por entrenar mucho”...
Es muy inspirador estar con él. Cuando lo conocí me asombró el grado de detalle que tiene. Él es la personificación de lo que es el equipo: meticuloso y ultraprofesional. Disfruto estar con él y tenemos muchos recuerdos, como cuando le ayudé a ganar el Tour de California, el Tour Colombia, los training camps... Pero también los momentos malos, como cuando tuvo esa caída en la clásica San Sebastián, que lo dejó inconsciente y con mucha sangre. Egan es un campeón y me honra ser su compañero.
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Ya son cinco los ciclistas colombianos en la colonia del Ineos. Ha venido a entrenar, también al Tour Colombia... ¿qué opina del ciclismo colombiano?
Todos los años aparece un nuevo colombiano a un nivel muy alto. Eso es emocionante en verdad. Creo que si siguen en esa línea, cada vez habrá más. Yo sería el más feliz de ver a un equipo colombiano en el World Tour, no solo para los fans sino para el deporte como tal. Ya los hubo en el pasado. Europa es lejos de Colombia y no es tan fácil llegar aquí. También quiero regresar al Tour Colombia. Nos devolvimos impresionados con la energía, las sonrisas y la pasión de la gente. Tengo que volver pronto; toca ir a Bogotá, porque ya fui a Cali y Medellín. Aparte, hay que visitar a Egan y ver más lugares de Colombia.
Por: Thomas Blanco- @thomblalin