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Ciro Solano: un dirigente detrás de la gloria olímpica

De una forma u otra, ha estado relacionado con 29 de las medallas ganadas por Colombia en las máximas justas del deporte.

Juan Sebastián Lombo
19 de diciembre de 2022 - 06:00 p. m.
Ciro Solano: un dirigente detrás de la gloria olímpica
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Ciro Solano ha estado relacionado con la mayoría de medallas olímpicas que ha ganado Colombia. Se puede llegar a decir, sin incurrir en exageraciones, que en 29 de las 34 ha estado presente de una forma u otra como dirigente deportivo. Su cercanía con las competencias olímpicas, y las preseas, comenzó en 1990, cuando era presidente de la Federación Colombiana de Atletismo y desde entonces no ha parado, siendo ahora la cabeza del Comité Olímpico Colombiano. Este año, fue el gestor de la organización de los Juegos Bolivarianos en Valledupar, en los que Colombia logró el título, y del subtítulo en los Juegos Suramericanos de Aunción (Paraguay).

El actual presidente del COC llegó a este cargo apenas a mediados de marzo de 2021, pero desde antes ha tenido una trayectoria en el mundo deportivo que lo ha vinculado con buena parte de las gestas colombianas en las justas olímpicas.

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Cuando se le pregunta por los Juegos Olímpicos a los que ha asistido, dice que desde Barcelona 92 hasta Tokio 2020 ha estado presente. El primero como dirigente de la Federación de Atletismo, luego en Atlanta 96, como turista. De ahí en adelante como miembro del Comité Olímpico Colombiano. Son 30 años relacionados con las máximas justas deportivas del planeta, casi la mitad de su vida.

Contrario a muchos dirigentes cuyas carreras comienzan ya a edades avanzadas, Ciro Solano cuenta que su trayectoria comenzó desde muy temprano, a los 28 años, y que fue casi que una pasión heredada: “Siempre he tenido el deporte en mi sangre, mi padre era dirigente deportivo en Córdoba y siempre me gustó el deporte desde el colegio. Jamás de los jamases pensé estar donde estoy, pero en la vida se van dando las cosas”.

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No imitó del todo a su padre, dado que su trayectoria poco ha tenido que ver con su cuna. La gran mayoría, por no decir que toda su carrera, ha sido en Bogotá, pues, en sus propias palabras: “Como todos los provincianos salí de Montería a estudiar. La gente de Córdoba teníamos que ir a alguna de las capitales para estudiar algo diferente a agronomía o veterinaria. Yo escogí a Bogotá para estudiar derecho”.

Ese cambio de ciudad fue crucial en lo que es hoy. Fue precisamente en la capital donde se relacionó de lleno con el mundo del atletismo, en el que hizo sus primeros pinos. En 1988 entró a la Federación Colombiana de Atletismo y en solo dos años se convirtió en su presidente. Su rápido ascenso tuvo mucho que ver con una pelea interna que existía entre varios bandos y que le permitió ubicarse como una alternativa independiente.

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“Hubo una crisis en la Federación, porque había tres grupos que se peleaban por la dirigencia. Hubo un cisma grande y la solución de ellos para ponerse de acuerdo fue a través de mi nombre, porque era totalmente nuevo”, relata Solano sobre su ascenso. Incluso acepta que les advirtió que de pronto no era el más idóneo: “Cuando me nomina el delegado de Pasto, me paro y digo que no estoy preparado, pero aún así me dan la confianza y me eligen”.

Como si lo suyo fueran los resultados exprés, el dirigente añade que a los dos años de estar liderando la Federación fue que se dio la primera medalla olímpica de Colombia en atletismo: el bronce en los 400 metros de Ximena Restrepo. Además de destacar el logro, Solano lo que más rescata fue el ambiente en el que se dio. “Era Barcelona 92 y la prensa colombiana estaba pendiente del equipo de fútbol, que tenía al ‘Tino’ Asprilla, Valenciano, Córdoba y eran dirigidos por ‘Bolillo’. Como perdieron en primera ronda, entonces comenzaron a buscar otros deportes que transmitir, incluido el atletismo. Entonces transmitieron los 400 en los que se ganó bronce”.

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Más allá de esa presea, enfatiza de su trabajo en la Federación que puso en cintura a sus miembros y estableció un rol para entrenadores, directivos, jueces y deportistas, pues antes no había una división clara y predominaba el conflicto de intereses. “Como era rebelde y exigía, los dirigentes de las federaciones vieron mi trabajo y me nombraron como su representante. Ahí tomó rumbo mi carrera”, cuenta Solano sobre su llegada a la junta directiva de Coldeportes.

Fue este último cargo el que lo llevó hacia finales de los 90 al Comité Olímpico Colombiano. Allí entró como primer vicepresidente. Ya en la máxima instancia colombiana del olimpismo, Ciro Solano fue designado desde 2000 hasta 2020 como jefe de misión de la delegación colombiana en los Juegos de Verano. De esta forma estuvo en Sídney, Atenas, Pekín, Londres y Río de Janeiro como el encargado de múltiples tareas; desde escoger a los deportistas que se iban priorizar, coordinar con las federaciones los recursos que se entregarían, hasta temas como los uniformes o afrontar situaciones complejas como pelear medallas en el escritorio: “En 2004, en Atenas, festejamos la medalla de María Luisa Calle y al día siguiente nos dicen que había doping. Y desde ese momento comenzamos a hacer la defensa”.

No solo peleó esa presea, sino que de cierta forma tuvo que ver con las medallas olímpicas que ha ganado Colombia. Aún así, cuando se le pregunta por lo que mas destaca de su labor, no habla de alguna gesta deportiva en específico, sino del poder que tiene el deporte, sobre todo el olímpico, para igualar a las personas. Para eso recurre a historias como cuando en 2008 se encontró a Bill Gates fuera del Nido del Pájaro, el estadio de atletismo de Pekín, y estaba “tirado” en el prado como cualquier otra persona del público esperando para entrar a las competencias y también menciona que en esos mismos Juegos Olímpicos llegó a comer en una misma cafetería con Lionel Messi y la selección argentina ganadora del oro, las hermanas Williams y otras estrellas del deporte. A esto le agrega la siguiente sentencia: “uno en una Villa Olímpica se da cuenta de que son personas normales. Aunque son atletas extraordinarios, son como cualquier otro ser humano”.

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