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Tras diez años de una intensa búsqueda, Sonia Calibio, sigue buscando respuestas sobre su hijo Luis Alberto García Calibio. A sus 27 años desapareció cuando iba rumbo a su casa en Cali, luego de salir de permiso por 13 días del Batallón de Infantería Marina N° 4 de Corozal, Sucre. Luis llevaba algunos meses prestando su servicio como infante marino en aquel lugar.
El 30 de septiembre de 2011 el joven, que hoy en día tiene 37 años, salió del batallón a eso de las 6:30 de la tarde. Se comunicó con su familia en Cali para informales que iba hacia allá. El viaje duraría algo más de 24 horas. Su madre recuerda que ese día él se subió al bus a las 9:00 p.m. y que estaría llegando a su casa entre la 1:00 y 2:00 de la mañana 2 de octubre.
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En casa lo esperaban para darle la bienvenida y celebrar su cumpleaños de manera anticipada. Sin embargo, Luis Alberto nunca llegó. Días después se logró comunicar con una de sus hermanas para decirle que lo habían robado, y que estaba yendo a la terminal de Montería y que volvería a llamar, pero no lo hizo. Diez años después su familia lo sigue buscando.
El infante de marina fue trasladado de Cali a Corozal para prestar el servicio. Para su mamá, Sonia Edith Calibio Castillo, hubo una mala incorporación de Luis Alberto, quien había intentado en ocho oportunidades prestar el servicio pero la respuesta siempre fue negativa.
Desde pequeño, recuerda Sonia, su condición fue diferente. “es un niño adulto”, dice. Durante algún tiempo tuvo que tener acompañamiento de psicólogo porque sus comportamiento respondía a los de un niño, aún así fue incorporado a la Armada Nacional.
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Su madre ha liderado la búsqueda de Luis Alberto. Ha hecho siete viajes a diferentes municipios de la costa colombiana con sus propios recursos. En varias oportunidades le han dicho que lo vieron pasar desde Corozal, Sucre hasta Magangué. Fue hasta ese municipio de Bolívar y allí le dijeron que lo vieron en diferentes oportunidades en las orillas del río Magdalena.
Según Sonia Edith, las autoridades no le han dado información que permita dar con el paradero del infante. Durante tres meses recibió el apoyo por parte de la Armada Nacional, pero después la búsqueda la ha asumido ella sola. Relata que en diferentes ocasiones ha recibido el desprecio por parte de algunos uniformados a los que les cuenta su caso. Incluso, cuando fue hasta el Batallón donde su hijo prestaba servicio, uno de los generales le dijo que no podía poner la foto de Luis Alberto porque podría generar miedo en los demás militares, según recuerda.
“Han sido diez años de búsqueda incansable, de tristeza, dolor y sufrimiento. Mi hijo estaba sirviendo a la patria y era justo que me hubieran dado la mano para buscarlo, pero nadie. No sé nada y esa zozobra lo mata a uno porque uno vive una incertidumbre, no sabe si duerme, si él come, cómo está. Son diez años de no saber de mi hijo y pasa el tiempo y nada”, dice su madre Edith.