30 años de petróleo en Arauca
En diciembre de 1985 se extrajo el primer barril en el pozo de Caño Limón. La renta petrolera acumulada entre 1986 y 2015 suma 3,6 billones de pesos.
Luis Eduardo Celis / Especial para El Espectador
En diciembre de 1985 se extrajo el primer barril de petróleo en el pozo de Caño Limón, ubicado entre los municipios de Arauquita y Arauca capital, en su momento, este pozo dimensionó la producción petrolera colombiana y fue un factor clave para las finanzas públicas nacionales.
El petróleo de Caño Limón, colocó a Arauca en la escena nacional. Antes era un territorio lejano, donde los jóvenes entonaban con mayor entusiasmo el himno nacional venezolano, se veía la televisión venezolana –la colombiana no llegaba- y era extendido un sentimiento de orfandad y abandono por parte de Colombia hacia Arauca.
Luego de treinta años, mucha agua ha pasado bajo el puente de la historia araucana y esa historia ha estado mezclada por torrentes de sangre y esa sangre tiene mucha relación con la disputa por el territorio y el control de las comunidades y todo ello siempre lleva al petróleo.
Es pertinente, ahora que se trata de integrar de mejor manera a los territorios donde el conflicto armado ha sido más intenso, y sin duda Arauca es uno de ellos, realizar un balance sobre lo que ha significado el petróleo en Arauca, para la dinámica social, política y económica de esta región, de la que poco sabemos y mucho menos comprendemos en su complejidad.
En 1983 se estableció que en Caño Limón habían 2.000 millones de barriles de petróleo, el petróleo araucano reconocido mundialmente por su calidad y por contar con uno de los factores de recobro (porcentaje de petróleo en un yacimiento que puede ser extraído) más altos en la historia. El campo ha sido operado por Occidental de Colombia (OXY), mediante el contrato de asociación Cravo Norte.
El punto máximo de producción de crudo en Arauca es alcanzado en el año 1996 con 252 mil barriles diarios (43,1 % del total producido en el país). Durante el período 1983-2015 el petróleo extraído de los campos araucanos suma 1.465,5 millones de barriles, esto es, 73,3 por ciento de las reservas originales. A partir de 1997 el aporte absoluto y relativo de Arauca a la producción de hidrocarburos de Colombia decae de manera continua. Durante 2015 la OXY produce, en promedio, en todos sus pozos en el Departamento de Arauca, 66.000 barriles diarios de petróleo (74 % menos respecto al año 1996), lo que representa sólo el 6,4 por ciento respecto al total nacional, según información de la Agencia Nacional de Hidrocarburos – ANH-.
Durante 33 años Arauca ha recibido descomunales recursos vía regalías. En cifras corrientes, la renta petrolera acumulada entre 1986 y 2015 suma 3,6 billones de pesos.
En un estudio inédito del investigador Libardo Sarmiento, para la Fundación Paz y Reconciliación, se establece que: “las regalías permitieron, a lo largo de estos 33 años elevar y colocar al departamento de Arauca hasta el nivel promedio de desarrollo actual de Colombia (antes del descubrimiento del campo petrolero de Caño Limón, el departamento de Arauca estuvo enmarcado en un contexto de abandono y marginalidad por parte del gobierno nacional) en materia de infraestructura vial, eléctrica y de saneamiento básico, en coberturas de educación y salud y en la satisfacción de necesidades básicas de la población”. Igualmente afirma Libardo Sarmiento que el recurso petrolero no “ generó el impacto económico y social esperado”.
Sarmiento establece los factores para que el recurso petrolero no haya tenido un mayor impacto en el desarrollo de Arauca: la debilidad institucional, el ordenamiento normativo que restringe posibilidades, la presencia de actores armados que disputan estos recursos y una clase política sin capacidad de liderar procesos de esta complejidad y la desarticulación entre la industria petrolera y el desarrollo rural, que es el potencial más importante del conjunto de la sociedad araucana. En este conjunto de factores está la explicación de lo que se podría denominar una mala utilización o una subutilización de la renta petrolera.
La sociedad araucana ha vivido de manera intensa y dramática este prolongado conflicto armado, que aún persiste, y como ya lo hemos dicho, en el centro de esta disputa violenta, está la defensa o el rechazo a la industria petrolera. Un informe de la Fundación Ideas para la Paz da cuenta de que entre 1986 y 2013 Arauca fue el departamento que registró el mayor número de ataques a la infraestructura petrolera realizados por el ELN, concentrando el 34,7% del total de hechos.
Ahora que se inicia un nuevo gobierno en Arauca, con el médico Ricardo Alvarado Bestene al frente del departamento, es la oportunidad para hacer un balance de lo que le ha dejado el petróleo a la región y de cómo concentrarse en la prioridad, que sin duda es el desarrollo rural, con perspectiva de inclusión y equidad, en lo que Arauca tiene todo para hacerlo bien. La clave está en lograr una sinergia entre procesos de paz, pactos sociales amplios y construcción de confianza ciudadana con el Estado central, tan debilitada en Arauca luego de tanto atropello y persistencia de la violencia como recurso de actuación política.
El petróleo ha traído muchas cosas para Arauca: unas buenas, unas malas y unas terribles.
En diciembre de 1985 se extrajo el primer barril de petróleo en el pozo de Caño Limón, ubicado entre los municipios de Arauquita y Arauca capital, en su momento, este pozo dimensionó la producción petrolera colombiana y fue un factor clave para las finanzas públicas nacionales.
El petróleo de Caño Limón, colocó a Arauca en la escena nacional. Antes era un territorio lejano, donde los jóvenes entonaban con mayor entusiasmo el himno nacional venezolano, se veía la televisión venezolana –la colombiana no llegaba- y era extendido un sentimiento de orfandad y abandono por parte de Colombia hacia Arauca.
Luego de treinta años, mucha agua ha pasado bajo el puente de la historia araucana y esa historia ha estado mezclada por torrentes de sangre y esa sangre tiene mucha relación con la disputa por el territorio y el control de las comunidades y todo ello siempre lleva al petróleo.
Es pertinente, ahora que se trata de integrar de mejor manera a los territorios donde el conflicto armado ha sido más intenso, y sin duda Arauca es uno de ellos, realizar un balance sobre lo que ha significado el petróleo en Arauca, para la dinámica social, política y económica de esta región, de la que poco sabemos y mucho menos comprendemos en su complejidad.
En 1983 se estableció que en Caño Limón habían 2.000 millones de barriles de petróleo, el petróleo araucano reconocido mundialmente por su calidad y por contar con uno de los factores de recobro (porcentaje de petróleo en un yacimiento que puede ser extraído) más altos en la historia. El campo ha sido operado por Occidental de Colombia (OXY), mediante el contrato de asociación Cravo Norte.
El punto máximo de producción de crudo en Arauca es alcanzado en el año 1996 con 252 mil barriles diarios (43,1 % del total producido en el país). Durante el período 1983-2015 el petróleo extraído de los campos araucanos suma 1.465,5 millones de barriles, esto es, 73,3 por ciento de las reservas originales. A partir de 1997 el aporte absoluto y relativo de Arauca a la producción de hidrocarburos de Colombia decae de manera continua. Durante 2015 la OXY produce, en promedio, en todos sus pozos en el Departamento de Arauca, 66.000 barriles diarios de petróleo (74 % menos respecto al año 1996), lo que representa sólo el 6,4 por ciento respecto al total nacional, según información de la Agencia Nacional de Hidrocarburos – ANH-.
Durante 33 años Arauca ha recibido descomunales recursos vía regalías. En cifras corrientes, la renta petrolera acumulada entre 1986 y 2015 suma 3,6 billones de pesos.
En un estudio inédito del investigador Libardo Sarmiento, para la Fundación Paz y Reconciliación, se establece que: “las regalías permitieron, a lo largo de estos 33 años elevar y colocar al departamento de Arauca hasta el nivel promedio de desarrollo actual de Colombia (antes del descubrimiento del campo petrolero de Caño Limón, el departamento de Arauca estuvo enmarcado en un contexto de abandono y marginalidad por parte del gobierno nacional) en materia de infraestructura vial, eléctrica y de saneamiento básico, en coberturas de educación y salud y en la satisfacción de necesidades básicas de la población”. Igualmente afirma Libardo Sarmiento que el recurso petrolero no “ generó el impacto económico y social esperado”.
Sarmiento establece los factores para que el recurso petrolero no haya tenido un mayor impacto en el desarrollo de Arauca: la debilidad institucional, el ordenamiento normativo que restringe posibilidades, la presencia de actores armados que disputan estos recursos y una clase política sin capacidad de liderar procesos de esta complejidad y la desarticulación entre la industria petrolera y el desarrollo rural, que es el potencial más importante del conjunto de la sociedad araucana. En este conjunto de factores está la explicación de lo que se podría denominar una mala utilización o una subutilización de la renta petrolera.
La sociedad araucana ha vivido de manera intensa y dramática este prolongado conflicto armado, que aún persiste, y como ya lo hemos dicho, en el centro de esta disputa violenta, está la defensa o el rechazo a la industria petrolera. Un informe de la Fundación Ideas para la Paz da cuenta de que entre 1986 y 2013 Arauca fue el departamento que registró el mayor número de ataques a la infraestructura petrolera realizados por el ELN, concentrando el 34,7% del total de hechos.
Ahora que se inicia un nuevo gobierno en Arauca, con el médico Ricardo Alvarado Bestene al frente del departamento, es la oportunidad para hacer un balance de lo que le ha dejado el petróleo a la región y de cómo concentrarse en la prioridad, que sin duda es el desarrollo rural, con perspectiva de inclusión y equidad, en lo que Arauca tiene todo para hacerlo bien. La clave está en lograr una sinergia entre procesos de paz, pactos sociales amplios y construcción de confianza ciudadana con el Estado central, tan debilitada en Arauca luego de tanto atropello y persistencia de la violencia como recurso de actuación política.
El petróleo ha traído muchas cosas para Arauca: unas buenas, unas malas y unas terribles.