Aeropuerto El Dorado: ¿qué hacer para mejorar su competitividad?
Definir ampliación de la infraestructura existente y una estrategia de ordenamiento territorial y regional: los retos en torno a la terminal, según Probogotá Región, la Andi y la CCB.
35,1 millones de pasajeros movilizados en 2019 y 738.000 toneladas de carga movilizadas en el mismo año (datos de la Aeronáutica Civil) confirman que el aeropuerto El Dorado es la principal terminal aérea del país. En Latinoamérica ocupa el tercer lugar en volumen de tráfico de pasajeros y el primero en transporte de carga.
Sin duda, su rol central en la operación aérea nacional hace de esta terminal una infraestructura clave para la conectividad y competitividad del país. No obstante, El Dorado hoy enfrenta retos significativos que, de no atenderse, podrían derivar en afectaciones para sectores como el turismo, la agricultura, la industria y la cultura, entre otros.
Probogotá Región, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) y la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) realizaron un análisis de la situación del aeropuerto, recogiendo las visiones de los diferentes actores involucrados en su operación y desarrollo.
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Descongestionar El Dorado
Una de las primeras conclusiones de este análisis es que la creciente demanda, las condiciones urbanas actuales y planificadas, así como las dinámicas del sector aeronáutico, podrían generar una sobresaturación en El Dorado y una subsecuente pérdida de rutas y decrecimiento de la operación.
Precisamente, si el crecimiento del tráfico continúa comportándose de manera similar, se estima que, en el 2023, El Dorado llegará a alcanzar y superar ampliamente los pasajeros movilizados en el año 2019.
“Esto evidencia que es urgente que se tomen decisiones (…) con respecto a las diferentes etapas de expansión de la infraestructura existente. De lo contrario, en poco tiempo se limitará el crecimiento del tráfico aéreo de Bogotá y, muy seguramente, del país”, se indica en el análisis presentado por Probogotá Región, la Andi y la CCB.
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Los retos de la terminal
Para aprovechar al máximo el potencial de El Dorado, las entidades detrás de este estudio establecen que se debe partir de retos como:
- Definir la capacidad real actual y la capacidad máxima del aeropuerto para permitir una operación más eficiente por parte de las aerolíneas.
- Claridad respecto a la capacidad real actual y máxima futura de El Dorado. “Los procedimientos de operación deben ser estandarizados para la máxima capacidad de operación del aeropuerto”, indica el estudio.
- Los estándares operacionales, que generan ineficiencias en términos del tráfico aéreo y la congestión de las plataformas.
- Riesgos de saturación de los diferentes procesos en la terminal. “Algunos, como el caso de inmigración, ya presentan indicadores de ocupación máximos”, se lee en el documento.
- Las tasas aeroportuarias no son competitivas con aquellas de otros aeropuertos de la región.
En la misma línea, el análisis de Probogotá Región, la Andi y la CCB menciona que la presencia de tasas impositivas, como el impuesto de valor agregado (IVA) y las tasas de timbre y turismo que se trasladan al valor de los tiquetes aéreos, impactan la dinámica del sector aeronáutico en general, especialmente desde el punto de vista comparativo con otros aeropuertos de Latinoamérica.
Así mismo, el informe valora que el aeropuerto ha venido presentando una recuperación del tráfico de pasajeros con respecto a las cifras registradas en el 2019. De hecho, en el consolidado de pasajeros embarcados en los meses de marzo a julio de 2022 se superaron las cifras para el mismo periodo del 2019 (antes de la pandemia).
En este tiempo, la demanda ha tenido unas transformaciones importantes que podrían cambiar la manera en la que se da el flujo de pasajeros hacia y desde Colombia. De acuerdo con el documento, la tasa de cambio, los conflictos internacionales y la pérdida de conectividad con algunas rutas internacionales como resultado de la pandemia, entre otros factores, pueden estar impulsando que los usuarios quieran viajar localmente en lugar de internacionalmente.
“Esto genera un aumento en la participación de pasajeros domésticos e incrementa la presión sobre algunas infraestructuras como posiciones de parqueo de aeronaves domésticas, salas de abordaje y control de seguridad. Estas infraestructuras requerirían intervenciones para atender dicha demanda”, señala el informe de las tres entidades.
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Caminos a la competitividad
El estudio concluye que es necesario implementar una estrategia efectiva de ordenamiento territorial en la región. Específicamente, en el marco de las actuaciones estratégicas asociadas a El Dorado, que establecen la planeación a mediano y largo plazo, “se debe considerar la definición del tamaño y ubicación de la infraestructura adicional, tanto al interior del aeropuerto, como en los entornos urbanos adyacentes que deben ser utilizados para desarrollar actividades de servicios aeroportuarios”.
Cabe destacar que la iniciativa El Dorado Max (EDMAX), aprobada por la ANI en etapa de factibilidad en diciembre de 2022, incluye en su alcance las actuaciones físicas puntuales a ser priorizadas, mientras se definen los planes de infraestructura aeroportuaria a largo plazo para Bogotá y la región.
“Es necesario que la iniciativa de una tercera pista sea revisada técnicamente para validar su factibilidad, ya que esta operación podría absorber la demanda proyectada a corto, mediano y largo plazo del aeropuerto”, formulan las tres entidades.
Teniendo en cuenta la tendencia de crecimiento en los municipios de la Sabana de Bogotá, el informe publicado por las tres entidades señala que, en 20 años, “El Dorado no se encontrará en el perímetro occidental de Bogotá sino en el centro geográfico de una ciudad de entre 13 y 15 millones de habitantes. Esto impulsará la demanda por servicios aeroportuarios por fuera del Distrito Capital, haciendo necesario que se tomen decisiones urgentes en materia de vías de acceso a la terminal, como la avenida 63, entre otras, que complementen los proyectos que se encuentran en curso: la calle 13 y el RegioTram de Occidente”.
Y, entre otras obras a desarrollar, un intercambiador modal (CIMA) en el aeropuerto contribuiría a la accesibilidad para los pasajeros que se movilizan en la principal terminal aérea del país. Así mismo, la habilitación de nuevos cupos de parqueadero subterráneos para vehículos particulares, vías para taxis y el desarrollo de áreas peatonales aferentes aportarían a la generación de espacio público para el entorno.
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35,1 millones de pasajeros movilizados en 2019 y 738.000 toneladas de carga movilizadas en el mismo año (datos de la Aeronáutica Civil) confirman que el aeropuerto El Dorado es la principal terminal aérea del país. En Latinoamérica ocupa el tercer lugar en volumen de tráfico de pasajeros y el primero en transporte de carga.
Sin duda, su rol central en la operación aérea nacional hace de esta terminal una infraestructura clave para la conectividad y competitividad del país. No obstante, El Dorado hoy enfrenta retos significativos que, de no atenderse, podrían derivar en afectaciones para sectores como el turismo, la agricultura, la industria y la cultura, entre otros.
Probogotá Región, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) y la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) realizaron un análisis de la situación del aeropuerto, recogiendo las visiones de los diferentes actores involucrados en su operación y desarrollo.
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Descongestionar El Dorado
Una de las primeras conclusiones de este análisis es que la creciente demanda, las condiciones urbanas actuales y planificadas, así como las dinámicas del sector aeronáutico, podrían generar una sobresaturación en El Dorado y una subsecuente pérdida de rutas y decrecimiento de la operación.
Precisamente, si el crecimiento del tráfico continúa comportándose de manera similar, se estima que, en el 2023, El Dorado llegará a alcanzar y superar ampliamente los pasajeros movilizados en el año 2019.
“Esto evidencia que es urgente que se tomen decisiones (…) con respecto a las diferentes etapas de expansión de la infraestructura existente. De lo contrario, en poco tiempo se limitará el crecimiento del tráfico aéreo de Bogotá y, muy seguramente, del país”, se indica en el análisis presentado por Probogotá Región, la Andi y la CCB.
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Los retos de la terminal
Para aprovechar al máximo el potencial de El Dorado, las entidades detrás de este estudio establecen que se debe partir de retos como:
- Definir la capacidad real actual y la capacidad máxima del aeropuerto para permitir una operación más eficiente por parte de las aerolíneas.
- Claridad respecto a la capacidad real actual y máxima futura de El Dorado. “Los procedimientos de operación deben ser estandarizados para la máxima capacidad de operación del aeropuerto”, indica el estudio.
- Los estándares operacionales, que generan ineficiencias en términos del tráfico aéreo y la congestión de las plataformas.
- Riesgos de saturación de los diferentes procesos en la terminal. “Algunos, como el caso de inmigración, ya presentan indicadores de ocupación máximos”, se lee en el documento.
- Las tasas aeroportuarias no son competitivas con aquellas de otros aeropuertos de la región.
En la misma línea, el análisis de Probogotá Región, la Andi y la CCB menciona que la presencia de tasas impositivas, como el impuesto de valor agregado (IVA) y las tasas de timbre y turismo que se trasladan al valor de los tiquetes aéreos, impactan la dinámica del sector aeronáutico en general, especialmente desde el punto de vista comparativo con otros aeropuertos de Latinoamérica.
Así mismo, el informe valora que el aeropuerto ha venido presentando una recuperación del tráfico de pasajeros con respecto a las cifras registradas en el 2019. De hecho, en el consolidado de pasajeros embarcados en los meses de marzo a julio de 2022 se superaron las cifras para el mismo periodo del 2019 (antes de la pandemia).
En este tiempo, la demanda ha tenido unas transformaciones importantes que podrían cambiar la manera en la que se da el flujo de pasajeros hacia y desde Colombia. De acuerdo con el documento, la tasa de cambio, los conflictos internacionales y la pérdida de conectividad con algunas rutas internacionales como resultado de la pandemia, entre otros factores, pueden estar impulsando que los usuarios quieran viajar localmente en lugar de internacionalmente.
“Esto genera un aumento en la participación de pasajeros domésticos e incrementa la presión sobre algunas infraestructuras como posiciones de parqueo de aeronaves domésticas, salas de abordaje y control de seguridad. Estas infraestructuras requerirían intervenciones para atender dicha demanda”, señala el informe de las tres entidades.
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Caminos a la competitividad
El estudio concluye que es necesario implementar una estrategia efectiva de ordenamiento territorial en la región. Específicamente, en el marco de las actuaciones estratégicas asociadas a El Dorado, que establecen la planeación a mediano y largo plazo, “se debe considerar la definición del tamaño y ubicación de la infraestructura adicional, tanto al interior del aeropuerto, como en los entornos urbanos adyacentes que deben ser utilizados para desarrollar actividades de servicios aeroportuarios”.
Cabe destacar que la iniciativa El Dorado Max (EDMAX), aprobada por la ANI en etapa de factibilidad en diciembre de 2022, incluye en su alcance las actuaciones físicas puntuales a ser priorizadas, mientras se definen los planes de infraestructura aeroportuaria a largo plazo para Bogotá y la región.
“Es necesario que la iniciativa de una tercera pista sea revisada técnicamente para validar su factibilidad, ya que esta operación podría absorber la demanda proyectada a corto, mediano y largo plazo del aeropuerto”, formulan las tres entidades.
Teniendo en cuenta la tendencia de crecimiento en los municipios de la Sabana de Bogotá, el informe publicado por las tres entidades señala que, en 20 años, “El Dorado no se encontrará en el perímetro occidental de Bogotá sino en el centro geográfico de una ciudad de entre 13 y 15 millones de habitantes. Esto impulsará la demanda por servicios aeroportuarios por fuera del Distrito Capital, haciendo necesario que se tomen decisiones urgentes en materia de vías de acceso a la terminal, como la avenida 63, entre otras, que complementen los proyectos que se encuentran en curso: la calle 13 y el RegioTram de Occidente”.
Y, entre otras obras a desarrollar, un intercambiador modal (CIMA) en el aeropuerto contribuiría a la accesibilidad para los pasajeros que se movilizan en la principal terminal aérea del país. Así mismo, la habilitación de nuevos cupos de parqueadero subterráneos para vehículos particulares, vías para taxis y el desarrollo de áreas peatonales aferentes aportarían a la generación de espacio público para el entorno.
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