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En el primer semestre de este año, 3.019 personas han fallecido en Colombia por cuenta de siniestros viales. La cifra muestra una reducción de 7,8 % frente a lo registrado en el mismo período de 2016: esto significa que 256 personas menos han muerto en las vías del país, según los datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Y aunque toda reducción siempre es bienvenida, uno de los datos que continúan preocupando a las autoridades es la enorme incidencia de usuarios de motocicleta en las estadísticas: casi la mitad de las víctimas fatales que se han presentado en el primer semestre de este año, fueron motociclistas.
“El 70 % de las lesiones en los motociclistas son severas. De este porcentaje, al menos 30 % son heridas craneoencefálicas”, asegura Ricardo Galindo, director de la ANSV, quien agrega: “Si se tienen mejores cascos, que realmente protejan a los usuarios, pues hay una alta probabilidad de salvar vidas”.
Es por esto que el Gobierno se apresta a cerrar una de las etapas de construcción de la nueva reglamentación que regirá el uso de estos elementos en Colombia. En pocas palabras, se trata de un documento que establece un mínimo de elementos técnicos que deberán cumplir los cascos de los motociclistas colombianos.
El borrador de este reglamento ya ha sido sometido a consulta del público. Durante esta etapa se recibieron cerca de 200 comentarios, que serán respondidos e incorporados a la norma cuando sea procedente para finales de este mes, según comenta Alejandro Maya, viceministro de Transporte. “Este es un proyecto de política pública que el Ministerio de Transporte quiere implementar en el menor tiempo posible. En él se viene trabajando con la participación de la ANSV, el Ministerio de Comercio y la Superintendencia de Industria y Comercio”.
Luego de resolver los comentarios nacionales, el nuevo borrador del proyecto será enviado a la Organización Mundial del Comercio (OMC), en donde también se pone a consideración de los países miembros de este organismo, debido a que es un reglamento técnico que, inevitablemente, alterará ciertas condiciones del mercado. Este proceso tarda no menos de 90 días, luego de los cuales se ajusta de nuevo el documento y, en ese punto, ya se hace pública la resolución final.
La redacción del documento no es el único reto en este campo, pues la implementación del mismo debe contemplar una fase de adaptación de todos los actores del mercado, que comienza con los usuarios, pero también incluye fabricantes nacionales, importadores, distribuidores y organismos de control y vigilancia de la norma. “Lo que estamos buscando es que haya pluralidad oferente para que no haya monopolios ni en laboratorios ni en proveedores, sino una activa participación de diferentes actores, con una sana competencia, para que el gran favorecido sea el usuario, el motociclista. La reglamentación colombiana se basa en la norma europea sobre el tema”, cuenta Maya.
La nueva regla contemplará elementos como la calidad de los materiales y sus condiciones para absorber y disipar la energía de un impacto, por ejemplo. “También es importante que proteja todas las áreas correctas, que tenga cubrimiento de la base del cuello, por ejemplo. El casco también debe tener una buena sujeción, para que no salga volando en un choque, y además debe permitir una adecuada visión periférica”, explica Galindo.
Después de la fase de comentarios en la OMC y la publicación oficial del reglamento, se espera que la transición hacia los nuevos cascos tome entre 18 y 24 meses. El viceministro de Transporte puntualiza que “la OMC establece que debe haber un plazo aproximado de 18 meses para la modificación de reglamentos técnicos. En Colombia, por ejemplo, el reglamento de frenos ABS y airbags tuvo dos años. En el caso del de carrocerías y accesibilidad, que entró en vigencia este año, fueron resoluciones expedidas en 2015”. En otras palabras, para el primer trimestre de 2018 ya estaría en firme la resolución final y ahí empezaría la adaptación de los usuarios y el mercado.
¿Cómo impactará esta medida el precio de los cascos? “Esto no significa que se van a encarecer. Sólo van a costar lo que cuesta un casco que cumple con los estándares y protege efectivamente la vida de las personas”, dice Maya. Según los análisis del Mintransporte y la ANSV, el precio de un casco que cumpla con la nueva reglamentación podría oscilar entre $150.000 y $250.0000.
La adopción de estándares internacionales no implica que sólo los cascos importados funcionan. Ambos funcionarios aseguran que se trata de crear reglas de juego claras para los productores nacionales, que también podrán sumarse al mercado, bajo la vigilancia de laboratorios y certificadoras. “Hay que hacer énfasis en la importancia de tener buenos laboratorios que hagan las pruebas para asegurarse de que un casco sí cumple con los requisitos mínimos de seguridad para los usuarios de motos. Pero también es muy importante con instituciones certificadoras que, en efecto, digan que las inspecciones que se hacen en los primeros sí son las adecuadas y cumplen con los estándares”, asegura Galindo.
El viceministro finaliza diciendo que “hoy, gran parte de los motociclistas utilizan cascos que los salvan de un comparendo, pero no los protegen. Hoy vemos elementos que no cumplen con ningún tipo de especificación técnica. La modificación en este tema va en línea con las políticas del Gobierno Nacional de tener mejor seguridad vial, de salvarles la vida a más colombianos en las vías”.