Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La industria petrolera colombiana se encuentra estancada, pese a los esfuerzos del Gobierno y las multinacionales del petróleo con producción en el país.
Si la actividad exploratoria continúa con el avance que muestra en la actualidad, es posible que se requieran “más de 100 años para extraer” los hidrocarburos contenidos en el subsuelo colombiano, según un informe de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP).
Cifras de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) indican que el país cuenta con recursos prospectivos estimados de 27.000 millones de barriles equivalentes de petróleo, de los cuales 7.000 millones de barriles podrían ser recuperables. Entre los 27.000 millones no se incluyen los hidrocarburos que se puedan obtener mediante la implementación de los yacimientos no tradicionales, aclará el documento.
La ACP considera que las reservas petroleras se agotan a buen ritmo y “sostener la producción a mediano plazo requiere incorporar nuevas explorando más”, y haciendo cosas como nuevos conceptos geológicos en yacimientos convencionales, explorar en regiones donde existen cuencas que no se han desarrollado y sin actividad exploratoria, acelerar la búsqueda en costa afuera (offshore) y desarrollar los yacimientos no convencionales (YNC). (Contexto: Liga B para atraer empresas petroleras pequeñas, la apuesta de la ANH).
El panorama que pinta la ACP no puede ser más preocupante. En lo corrido de este año se han perforado 30 pozos y, por bien que le vaya a la industria, se igualará la cifra del año pasado, que fue de 48. Esto representa una caída de 12 % frente a las previsiones para este año, que eran llegar a 55 pozos exploratorios.
La símica aumentará 64 %, crecimiento que sigue siendo raquítico para encontrar las anheladas reservas que necesita el país para alejar el fantasma de convertirse de nuevo en importador de crudo. La ACP explica que esta actividad ha tirado 1.426 kilómetros con una proyección prevista para todo el año de 1.800 kilómetros, meta que difícilmente se alcanzará. “Es importante que la sísmica crezca porque esta actividad es la que genera los prospectos que abrirían posibilidades de nuevos descubrimientos. El mayor desafío identificado es que no hay proyectos adicionales para llevar a cabo este año”, señaló el presidente de la ACP, Francisco José Lloreda.
En la visión del gremio petrolero, Colombia pierde competitividad frente al avance que registran otros países de la región, con excepción de Venezuela. El aplazamiento de proyectos exploratorios y los contratos suspendidos por asuntos como consultas populares han congelado inversiones por poco más de US$700 millones, afirma la Asociación.
La ANH registra por lo menos 50 proyectos suspendidos por diversas razones. El 3 2%, es decir unos 16 proyectos, no ha sido ejecutado por conflictos sociales. Un 22 % se ha paralizado, cerca de 11 iniciativas, por demora en trámites ambientales, la mayoría por restricciones relacionadas con decisiones de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR). Un 8%, que son cerca de cuatro proyectos, ha tenido problemas por consultas previas y 22 %, otros 11 proyectos, han sido afectados por problemas de orden público que incluyen marchas ciudadanas y atentados terroristas. Por último, 16 % ha sido frenado por orden judicial.
Qué se ha hecho y qué falta por hacer
Los petroleros reconocen las acciones del Gobienro para tratar de acelerar la actividad exploratoria. Destacan el reinicio de la contratación de exploración y producción con la implentación del Proceso Permanente de Asignación de Áreas, despúes de cinco años sin desarrollar esta actividad. Lloreda resaltó que a la fecha se han suscrito 11 contratos con más de US$500 millones de inversión comprometidos, además de 50 áreas ofrecidas para el cuarto trimestre del año.
Con la expedición de la minuta contractual para áreas costa afuera se suscribieron cinco contratos de E&P con inversiones estimadas de US$1.000 millones.
Sin embargo, el gremio petrolero estima que se requiere avanzar en las diferentes fronteras geológicas en tierra firme, en yacimientos convencionales y no convencionales y en costa afuera (offshore). Se requiere doblar esfuerzos en áreas con producción comercial porque más de la mitad de los recursos, unos 14.700 millones de barriles equivalentes, está en estas cuencas.
“Hemos identificado que tenemos un problema de carácter estructural en materia exploratoria y es que llevamos varios años desde la crisis de precios con una actividad exploratoria que no logra superar un promedio de 50 pozos exploratorios por año y una actividad sísmica baja para la que requiere el país”, señaló Lloreda. Y añadió que se deben trabajar en una serie de medidas para “romper” esos problemas estructurales y lograr desarrollar un potencial hidrocarburífero “que existe en el país, pero que la única manera de poderlo convertir en barriles y en moléculas de gas es explorando”.
Una de las medidas que podría reactivar la actividad petrolera está relacionada con incentivar a las empresas que ya tienen contratos asignados en área específica. “Necesitamos es desarrollar un potencial que existe en áreas asignadas”, explicó el dirigente gremial.