Alianza del Pacífico: compromiso renovado por un mundo abierto
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, resalta los logros de esta plataforma, que, en medio de la controversia por la globalización, asegura defender la democracia, la libertad, la movilidad y la apertura comercial.
Enrique Peña Nieto*
En 2011, Chile, Colombia, Perú y México lanzamos un mecanismo de integración y cooperación sin precedentes: la Alianza del Pacífico. Esta plataforma representa hoy el 37 % del total del PIB de América Latina, concentra el 50 % del comercio de la región y recibe el 45 % de los flujos de inversión extranjera directa.
En el sexto aniversario de este ambicioso proyecto, nos encontramos en una coyuntura internacional muy distinta a la de su surgimiento. Hoy, el mundo enfrenta una gran controversia sobre la globalización, la apertura comercial y los procesos de integración regional.
De cara a estos desafíos, los presidentes de los cuatro Estados miembros asistimos a la XII Cumbre de la Alianza, en Cali, con la intención de enviar un mensaje claro a nuestros aliados sobre nuestras convicciones en la democracia, la libertad, la apertura comercial y la movilidad.
Asumimos el reto de estos tiempos como una oportunidad para ratificar que nuestro modelo de integración es dinámico, eficaz y vanguardista. Lo hacemos convencidos de que es necesario reforzar los pilares de nuestra asociación para apuntalar el crecimiento sostenido, el desarrollo incluyente y la prosperidad que buscamos para nuestras sociedades.
El enorme interés que ha causado la Alianza alrededor del mundo se traduce en la puesta en marcha de la figura de “Estados Asociados”. Con este nuevo mecanismo fortaleceremos la integración productiva de nuestros países, al promover el inicio de negociaciones comerciales como bloque con Estados de Asia-Pacífico. La finalidad será alcanzar acuerdos óptimos, con altos estándares de calidad, en el corto plazo, y afianzar nuestro proyecto de integración más allá del horizonte latinoamericano.
Hace dos años, los países de la Alianza creamos un Consejo de Ministros de Finanzas, que hoy cuenta con cinco grupos de trabajo. Se trata de un esfuerzo por seguir facilitando la movilidad de capitales, la inversión en infraestructura, el manejo de riesgos catastróficos, la exportación de servicios y la política tributaria.
En la Cumbre de Cali, avanzaremos en la elaboración de un acuerdo multilateral para homologar el tratamiento fiscal de los ingresos obtenidos por los fondos de pensiones en los países miembros. También prepararemos la implementación de un “pasaporte de fondos”, que permita la comercialización de vehículos de inversión colectiva abiertos entre nuestros países.
La Alianza del Pacífico ha avanzado en su objetivo de establecer una zona geográfica con libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Así lo demuestran: la liberalización del 92 % de los productos de los países miembros; la conformación del mercado bursátil más grande de la región, el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), y la exención de visas para los ciudadanos de nuestros países, con el consecuente incremento en el turismo intrarregional, entre otros logros.
Hacia delante, debemos redoblar el paso para lograr una mayor proyección de la Alianza en el mundo. México está particularmente interesado en incrementar la presencia de nuestro bloque en la región Asia-Pacífico, donde se encuentran cinco de los diez principales socios comerciales de nuestro país ─China, Japón, República de Corea, Malasia y Taiwán─ que, sólo el año pasado, representaron casi el 17% del comercio total mexicano.
La cumbre de Cali está llamada a marcar un hito en el proceso histórico de integración de Latinoamérica. Estamos conscientes de que esta nueva etapa que inauguramos representa un reto de gran escala. Sin embargo, nuestros países están preparados para salir adelante.
Los logros que hemos alcanzado han reforzado nuestro sentido de pertenencia. Hoy, frente a los desafíos del mundo en transformación, la Alianza del Pacífico muestra que los cimientos de la integración son benéficos en la medida en que reflejan valores, intereses y aspiraciones compartidas. Es, ciertamente, el caso de México, Chile, Colombia y Perú. En la unidad descansa nuestra prosperidad compartida.
*Presidente de México
En 2011, Chile, Colombia, Perú y México lanzamos un mecanismo de integración y cooperación sin precedentes: la Alianza del Pacífico. Esta plataforma representa hoy el 37 % del total del PIB de América Latina, concentra el 50 % del comercio de la región y recibe el 45 % de los flujos de inversión extranjera directa.
En el sexto aniversario de este ambicioso proyecto, nos encontramos en una coyuntura internacional muy distinta a la de su surgimiento. Hoy, el mundo enfrenta una gran controversia sobre la globalización, la apertura comercial y los procesos de integración regional.
De cara a estos desafíos, los presidentes de los cuatro Estados miembros asistimos a la XII Cumbre de la Alianza, en Cali, con la intención de enviar un mensaje claro a nuestros aliados sobre nuestras convicciones en la democracia, la libertad, la apertura comercial y la movilidad.
Asumimos el reto de estos tiempos como una oportunidad para ratificar que nuestro modelo de integración es dinámico, eficaz y vanguardista. Lo hacemos convencidos de que es necesario reforzar los pilares de nuestra asociación para apuntalar el crecimiento sostenido, el desarrollo incluyente y la prosperidad que buscamos para nuestras sociedades.
El enorme interés que ha causado la Alianza alrededor del mundo se traduce en la puesta en marcha de la figura de “Estados Asociados”. Con este nuevo mecanismo fortaleceremos la integración productiva de nuestros países, al promover el inicio de negociaciones comerciales como bloque con Estados de Asia-Pacífico. La finalidad será alcanzar acuerdos óptimos, con altos estándares de calidad, en el corto plazo, y afianzar nuestro proyecto de integración más allá del horizonte latinoamericano.
Hace dos años, los países de la Alianza creamos un Consejo de Ministros de Finanzas, que hoy cuenta con cinco grupos de trabajo. Se trata de un esfuerzo por seguir facilitando la movilidad de capitales, la inversión en infraestructura, el manejo de riesgos catastróficos, la exportación de servicios y la política tributaria.
En la Cumbre de Cali, avanzaremos en la elaboración de un acuerdo multilateral para homologar el tratamiento fiscal de los ingresos obtenidos por los fondos de pensiones en los países miembros. También prepararemos la implementación de un “pasaporte de fondos”, que permita la comercialización de vehículos de inversión colectiva abiertos entre nuestros países.
La Alianza del Pacífico ha avanzado en su objetivo de establecer una zona geográfica con libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Así lo demuestran: la liberalización del 92 % de los productos de los países miembros; la conformación del mercado bursátil más grande de la región, el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), y la exención de visas para los ciudadanos de nuestros países, con el consecuente incremento en el turismo intrarregional, entre otros logros.
Hacia delante, debemos redoblar el paso para lograr una mayor proyección de la Alianza en el mundo. México está particularmente interesado en incrementar la presencia de nuestro bloque en la región Asia-Pacífico, donde se encuentran cinco de los diez principales socios comerciales de nuestro país ─China, Japón, República de Corea, Malasia y Taiwán─ que, sólo el año pasado, representaron casi el 17% del comercio total mexicano.
La cumbre de Cali está llamada a marcar un hito en el proceso histórico de integración de Latinoamérica. Estamos conscientes de que esta nueva etapa que inauguramos representa un reto de gran escala. Sin embargo, nuestros países están preparados para salir adelante.
Los logros que hemos alcanzado han reforzado nuestro sentido de pertenencia. Hoy, frente a los desafíos del mundo en transformación, la Alianza del Pacífico muestra que los cimientos de la integración son benéficos en la medida en que reflejan valores, intereses y aspiraciones compartidas. Es, ciertamente, el caso de México, Chile, Colombia y Perú. En la unidad descansa nuestra prosperidad compartida.
*Presidente de México