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Tras el sismo de 6,2 grados de magnitud que se presentó la semana pasada, la vía que conecta a Bogotá con Villavicencio permanece cerrada, pues un derrumbe impide el paso en el kilómetro 58.
Desde entonces se han hecho labores de reconocimiento y remoción de material para volver a permitir el paso de vehículos. Sin embargo, las lluvias (que podrían extenderse por cinco días más) no solo han dificultado estos trabajos, sino que extienden la medida por precaución, pues se podrían presentar nuevos desprendimientos de la montaña a lo largo del trayecto.
En entrevista con El Espectador, el ministro de Transporte, William Camargo, explicó que esta semana se habilitará el paso en la vía, dando prelación a vehículos de carga y extendiendo el paso, de forma paulatina, a vehículos de transporte de pasajeros y vehículos ligeros.
“El concesionario ha estado retirando material de los deslizamientos. En principio entre hoy y mañana debería estar liberándose completamente la pista vial para evaluar, en conjunto, con Gestión del Riesgo y las autoridades de la zona”, manifestó al precisar que las conclusiones que salgan del Puesto de Mando Unificado (PMU) determinarán si el tráfico se restablece mañana o se tomará algunos días más de esta semana.
Hay que recordar que hasta la fecha se siguen usando las vías alternas para satisfacer la demanda de conexión terrestre entre la capital del país y el Llano. Estas variaciones suman cerca de 15 horas al trayecto, lo que ha representado incrementos en los precios de algunos alimentos y productos que dependen de esa logística (por el combustible y peajes adicionales que se deben pagar), así como riesgos en la preservación de la calidad de frutas, tubérculos y cárnicos.
Según lo explicado por el ministro, hay peajes en los que no se está pidiendo recaudo, precisamente para evitar la carestía en este tipo de productos, además de agilizar el gráfico en la zona.
Sobre el puente Los Grillos, que se derrumbó en una de las vías alternas que conecta a Boyacá con la llanura oriental, el ministro explicó que se encuentra a la espera de la valoración y análisis que hagan los expertos en la materia, para conocer si las estructuras de soporte y las cimentaciones actuales pueden servir o, si por el contrario, es necesario demolerlas para volver a levantar el puente desde cero.
“El puente incorpora un tema de demolición de la estructura que quedó allí suspendida y esa información deberá estar entregando los próximos meses, porque obviamente hay que primero estabilizar la zona y lo segundo, acometer las obras de restablecimiento de esa infraestructura, que no tomará menos de 12 a 18 meses”, señaló.
También se buscará habilitar un paso peatonal y de vehículos livianos mediante la instalación de un puente Bailey de 25 a 30 metros, el cual permitirá cruzar una parte del cauce.
De momento permanece la incertidumbre de si el puente colapsado contaba, o no, con un seguro que cubriera los daños que sufrió. La cartera asegura que está verificando con el Invías si está esa documentación.
“Habitualmente las firmas cuando terminan sus obras se entregan pólizas de estabilidad y calidad de materiales que tienen una vigencia - de cinco a siete años- y que el Invías y cada entidad en función de su expiración la suele renovar o eventualmente asume con pólizas integrales”, concluyó.
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