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Este lunes ha estado movido en cuanto a anuncios y decisiones del Gobierno. Además de publicar el decreto que abre el camino para incrementar el precio del diésel en Colombia, la administración de Gustavo Petro publicó un decreto con los detalles de cómo se recortarán $20 billones del Presupuesto General de la Nación.
Este recorte había sido anunciado hace varias semanas por Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, pero sólo hasta este lunes se conocieron los detalles de por dónde, y qué tan fuerte, pasa la tijera del ahorro sobre los gastos e inversiones del Estado.
La medida ha sido discutida ampliamente dentro del Gobierno y varias fuentes le contaron a El Espectador que las negociaciones no fueron fáciles entre Hacienda, el presidente Petro y los propios ministros.
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De hecho, en una primera propuesta ante el consejo de ministros, se le pidió a cada cabeza de sector que recortara un poco más de 5,5 % de su presupuesto. Esta idea recibió contrapropuestas que algunos calificaron de decepcionantes, pues en ciertos casos no superaban el 1 % o 2 %.
Así las cosas, el golpe más grande es para el propio Ministerio de Hacienda, que se lleva un recorte de casi $10 billones en su presupuesto, focalizado en su mayoría en gastos de funcionamiento ($8,5 billones, aproximadamente). Esto equivale a un 25 % de la apropiación total que tiene la entidad, según los cálculos del Ministerio.
Por monto, el siguiente sector más impactado por el recorte es el Ministerio de Trabajo, con poco más de $2 billones “peluqueados” en esta movida. Esto equivale, aproximadamente, a 6 % de la apropiación presupuestal de la cartera.
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¿Por qué es necesario el recorte en el presupuesto?
El recorte es una prioridad fiscal en este momento, pues las cuentas del Gobierno no están cuadrando, con un faltante por recaudo tributario que se ubica en unos $15 billones, a lo que hay que sumarle unos $7 billones (en el mejor de los casos) que no llegarán de la expectativa que se tenía de litigios de la DIAN.
Y la cereza en el pastel fueron los más de $6 billones que se fueron entre las manos por cuenta del fallo de la Corte Constitucional acerca de las regalías del sector minero-energético.
Entonces, para no volarse las metas que impone la regla fiscal, el Gobierno tuvo que adentrarse en las espesuras y amarguras de la contabilidad en tiempos de vacas flacas. Y por esta vía es que llegamos al recorte de $20 billones en el Presupuesto General de la Nación.
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