Así fue la crisis por la fiebre aftosa
El gerente del Instituto Colombiano Agropecuario se enteró del brote de la enfermedad en plena celebración del aniversario de la entidad. Uno de los dilemas que tuvo fue si Agroexpo debía hacerse.
Luis Humberto Martinez*
Cuando al propietario de la finca La Marota, en la vereda Curipao de Tame, Arauca, le subieron el último de sus 129 animales que estuvieron en contacto con los siete enfermos con fiebre aftosa al camión que lo transportaría al sitio de sacrificio sanitario, y vio su corral vacío, se desplomó. Con esos animales también morían 20 años de trabajo dedicado a la ganadería y el sustento de su familia. Y como él, una docena más de ganaderos, en las tres zonas adicionales en donde se registró el brote de la enfermedad en nuestro país, debieron sentirse igual. (Lea también: Colombia recupera estatus de país libre de aftosa)
La noticia sobre la presencia de la enfermedad nos cayó como un baldado de agua helada el 23 de junio, justo el día en que estábamos concentrados para conmemorar 55 años del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y luego de ocho años y un mes de haber logrado la certificación por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) como país libre de fiebre aftosa con vacunación.
Procedimos con celeridad y rigor técnico para frenar el avance de la enfermedad en Arauca. Y cuando creíamos que estábamos al otro lado del problema, llegaron noticias aún más desalentadoras de Yacopí y Tibacuy, en Cundinamarca, y de San Faustino, corregimiento de Cúcuta. Mil seiscientos funcionarios del ICA estábamos impactados por la situación que nos planteó de inmediato el reto de salir adelante con la mayor urgencia posible para restablecer la normalidad que se vio alterada por la reintroducción de la enfermedad desde Venezuela. (Lea también: Colombia reanuda exportación de carne a Curazao tras superar brote de aftosa)
Pero ante nosotros, sin mucho tiempo para pensar y actuar, se presentaba otro escollo grande por superar: la realización de Agroexpo 2017, feria que moviliza a los principales exponentes de la ganadería nacional y a más de 250.000 visitantes, y en la cual se concentran entre 3.500 y 4.000 animales de pezuña hendida: bovinos, bufalinos, porcinos, ovinos y caprinos, todos susceptibles de contraer la enfermedad.
La actitud decidida del ministro de Agricultura de entonces, Aurelio Iragorri, nos llevó, pese a la voces de pesimismo, a sostener Agroexpo. Todavía resuena en mi cabeza su análisis demoledor: “Si no hacemos la feria, nos echan; si la hacemos y no pasa nada, era nuestro deber, y si de todas maneras nos sale un foco de la enfermedad, igual nos echan a todos. Hagámosla y tomemos todas las medidas sanitarias posibles para garantizar el éxito de la feria”. Así fue. En medio de la crisis, Agroexpo fue un bálsamo para nuestra angustia diaria.
Este torbellino de acontecimientos nos llevó, bajo el liderazgo del exministro Iragorri y el acompañamiento de la Policía, el Ejército y la DIAN, y la colaboración y paciencia de los ganaderos, a sacar lo mejor de la capacidad técnica de un cúmulo de personas que han entregado toda su experticia profesional por largos años en el ICA, para enfrentar con total sentido de país este enorme reto con un objetivo claro: proteger el patrimonio de cerca de 500.000 ganaderos, respetar a los 17 países con los cuales teníamos protocolos sanitarios acordados para exportar carne y ganado en pie y darle la certeza a Colombia de que superaríamos la crisis, porque así lo había hecho el ICA con los ocho brotes anteriores en la década pasada.
Fue así como desplegamos todo un operativo institucional que implicó el desplazamiento de 130 médicos veterinarios a campo, hombres y mujeres que acompañaron las labores de sacrificio sanitario, la toma de muestras, los puestos de control y el registro documental que se requiere en estos casos. Estas personas debieron permanecer semanas y meses alejadas de sus familias. Sus tareas fueron acompañadas por la experticia de nuestro personal en los laboratorios de diagnóstico animal, de apoyo administrativo y de comunicaciones y prensa, esta última de relevancia estratégica para mantener informados a nuestros públicos de interés y a la opinión pública.
El arduo trabajo dio sus frutos y el pasado 11 de noviembre (cinco meses y 18 días después de presentarse el primer brote) la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), a través de su director regional para las Américas, Luis Barcos, comunicó al presidente Juan Manuel Santos la decisión de atender la solicitud de Colombia para recuperar el estatus sanitario de país libre de fiebre aftosa con vacunación, medida que cobija a 29 departamentos en los cuales se concentra el mayor porcentaje de producción bovina. Continuamos trabajando en la zona de contención comprendida por 238 municipios de Arauca, Boyacá, Casanare y Cundinamarca, establecida para monitorear y rastrear el virus de la enfermedad, y aspiramos a que en marzo de 2018 podamos incorporar estos municipios al resto del país con estatus sanitario.
Le cumplimos al país y les cumplimos a los ganaderos nuestra promesa de regresar a la normalidad en un tiempo corto. Ya Rusia y Curazao reabrieron las compras de carne y salió el primer embarque a Emiratos Árabes.
* Gerente del Instituto Colombiano Agropecuario.
Cuando al propietario de la finca La Marota, en la vereda Curipao de Tame, Arauca, le subieron el último de sus 129 animales que estuvieron en contacto con los siete enfermos con fiebre aftosa al camión que lo transportaría al sitio de sacrificio sanitario, y vio su corral vacío, se desplomó. Con esos animales también morían 20 años de trabajo dedicado a la ganadería y el sustento de su familia. Y como él, una docena más de ganaderos, en las tres zonas adicionales en donde se registró el brote de la enfermedad en nuestro país, debieron sentirse igual. (Lea también: Colombia recupera estatus de país libre de aftosa)
La noticia sobre la presencia de la enfermedad nos cayó como un baldado de agua helada el 23 de junio, justo el día en que estábamos concentrados para conmemorar 55 años del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y luego de ocho años y un mes de haber logrado la certificación por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) como país libre de fiebre aftosa con vacunación.
Procedimos con celeridad y rigor técnico para frenar el avance de la enfermedad en Arauca. Y cuando creíamos que estábamos al otro lado del problema, llegaron noticias aún más desalentadoras de Yacopí y Tibacuy, en Cundinamarca, y de San Faustino, corregimiento de Cúcuta. Mil seiscientos funcionarios del ICA estábamos impactados por la situación que nos planteó de inmediato el reto de salir adelante con la mayor urgencia posible para restablecer la normalidad que se vio alterada por la reintroducción de la enfermedad desde Venezuela. (Lea también: Colombia reanuda exportación de carne a Curazao tras superar brote de aftosa)
Pero ante nosotros, sin mucho tiempo para pensar y actuar, se presentaba otro escollo grande por superar: la realización de Agroexpo 2017, feria que moviliza a los principales exponentes de la ganadería nacional y a más de 250.000 visitantes, y en la cual se concentran entre 3.500 y 4.000 animales de pezuña hendida: bovinos, bufalinos, porcinos, ovinos y caprinos, todos susceptibles de contraer la enfermedad.
La actitud decidida del ministro de Agricultura de entonces, Aurelio Iragorri, nos llevó, pese a la voces de pesimismo, a sostener Agroexpo. Todavía resuena en mi cabeza su análisis demoledor: “Si no hacemos la feria, nos echan; si la hacemos y no pasa nada, era nuestro deber, y si de todas maneras nos sale un foco de la enfermedad, igual nos echan a todos. Hagámosla y tomemos todas las medidas sanitarias posibles para garantizar el éxito de la feria”. Así fue. En medio de la crisis, Agroexpo fue un bálsamo para nuestra angustia diaria.
Este torbellino de acontecimientos nos llevó, bajo el liderazgo del exministro Iragorri y el acompañamiento de la Policía, el Ejército y la DIAN, y la colaboración y paciencia de los ganaderos, a sacar lo mejor de la capacidad técnica de un cúmulo de personas que han entregado toda su experticia profesional por largos años en el ICA, para enfrentar con total sentido de país este enorme reto con un objetivo claro: proteger el patrimonio de cerca de 500.000 ganaderos, respetar a los 17 países con los cuales teníamos protocolos sanitarios acordados para exportar carne y ganado en pie y darle la certeza a Colombia de que superaríamos la crisis, porque así lo había hecho el ICA con los ocho brotes anteriores en la década pasada.
Fue así como desplegamos todo un operativo institucional que implicó el desplazamiento de 130 médicos veterinarios a campo, hombres y mujeres que acompañaron las labores de sacrificio sanitario, la toma de muestras, los puestos de control y el registro documental que se requiere en estos casos. Estas personas debieron permanecer semanas y meses alejadas de sus familias. Sus tareas fueron acompañadas por la experticia de nuestro personal en los laboratorios de diagnóstico animal, de apoyo administrativo y de comunicaciones y prensa, esta última de relevancia estratégica para mantener informados a nuestros públicos de interés y a la opinión pública.
El arduo trabajo dio sus frutos y el pasado 11 de noviembre (cinco meses y 18 días después de presentarse el primer brote) la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), a través de su director regional para las Américas, Luis Barcos, comunicó al presidente Juan Manuel Santos la decisión de atender la solicitud de Colombia para recuperar el estatus sanitario de país libre de fiebre aftosa con vacunación, medida que cobija a 29 departamentos en los cuales se concentra el mayor porcentaje de producción bovina. Continuamos trabajando en la zona de contención comprendida por 238 municipios de Arauca, Boyacá, Casanare y Cundinamarca, establecida para monitorear y rastrear el virus de la enfermedad, y aspiramos a que en marzo de 2018 podamos incorporar estos municipios al resto del país con estatus sanitario.
Le cumplimos al país y les cumplimos a los ganaderos nuestra promesa de regresar a la normalidad en un tiempo corto. Ya Rusia y Curazao reabrieron las compras de carne y salió el primer embarque a Emiratos Árabes.
* Gerente del Instituto Colombiano Agropecuario.