Así funciona la carga de profundidad de Occidente contra la economía de Rusia
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países decidieron excluir a ciertas entidades financieras rusas del sistema Swift (que permite hacer transferencias internacionales). Además de esto, limitarán el acceso del Banco Central de Rusia a sus reservas internacionales, una medida que puede tener implicaciones macroeconómicas de largo alcance para los rusos.
El panorama alrededor de la guerra en Ucrania avanza más rápido de lo que muchos habían anticipado. Putin, por un lado, ya está hablando de armamento nuclear (bravuconadas o no, no es fácil saberlo) y los países occidentales pusieron en marcha la desconexión de algunas instituciones financieras rusas del sistema Swift.
Minuto a minuto de la guerra: [En vivo] Crisis en Ucrania: Putin pone en alerta máxima a sus fuerzas nucleares
Los líderes de la Comisión Europea, Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos emitieron un comunicado conjunto en la noche del sábado en el que se comprometieron a coordinarse en la adopción de las medidas económicas restrictivas contra Rusia. “Nos comprometemos a asegurar que determinados bancos de Rusia son sacados del sistema de mensajes Swift. Esto garantizará que estos bancos quedan desconectados del sistema financiero internacional y alteran su capacidad para operar globalmente”, señaló un comunicado de la Casa Blanca.
¿Qué es Swift?
Swift es el acrónimo para la Society for World Interbank Financial Telecommunication: una cooperativa de sociedades financieras, fundamentalmente bancos, a los que presta servicio y que dirige desde el 1 de julio de 2019 el español Javier Pérez-Tasso. El sistema es la base del andamiaje financiero global y es usado por unos 11.000 bancos en 200 países o territorios para poder hacer transferencias globales.
Lea también: Una guía para entender las sanciones contra Rusia por su invasión a Ucrania
El principal motivo por el que Swift suele ser conocido es por ser un código internacional que presta a sus socios un servicio de mensajería cifrada que posibilita las transferencias internacionales de fondos. Esta institución determina los códigos bancarios, conocidos como BIC, que son necesarios para realizar o recibir una transferencia internacional. Aún no es claro qué bancos rusos serán afectados por la exclusión de Swift.
¿Qué significa la suspensión para Rusia?
En esencia, lo que esta decisión implica es que las operaciones de la banca rusa (o de porción de ella) se vería seriamente complicada porque no podría hacer ni cobros ni pagos internacionales con el resto de entidades que utilizan este sistema, que es una suerte de estándar internacional en esta materia.
Esta es una opción que, en el terreno de las sanciones económicas (no en el militar), ha sido descrita como el último paso antes de lo nuclear. El efecto de este último tramo de sanciones sí tiene el potencial de impactar el grueso de la economía rusa y, por ese camino, filtrarse hasta la vida del moscovita de a pie.
¿Cómo? “Mi hotel en Moscú me pidió que pagara mi cuenta antes de finalizar mi estadía porque no están seguros si las tarjetas de crédito seguirán sirviendo una vez entre en funcionamiento la desconexión de Swift”, escribió en Twitter Raf Sanchez, corresponsal internacional de la cadena NBC. El ejemplo puede resultar algo banal, pero sirve para comenzar a hacerse una idea de lo que se viene río abajo.
Según cálculos de Alexei Kudrin, exministro de Finanzas ruso, la exclusión de Swift podría restarle 5 % al PIB de Rusia. Los cálculos son de 2014, cuando Rusia se anexó Crimea (península que también era de Ucrania). Hoy esta cifra puede variar, pues el Gobierno ruso lleva años tratando de blindar su sistema financiero y economía para resistir mejor sanciones internacionales por cuenta de sus acciones militares contra otros territorios.
Lea también: Avalancha de sanciones para Rusia por invadir Ucrania: ¿cómo afectan su economía?
Así mismo, los bancos rusos tienen alternativas para hacerle el quite a la desconexión de Swift (opciones más complejas y quizá algo más caras que el estándar que ya está instaurado).
El profesor de OBS Business School y experto en estrategia digital en Gartner, Martín Piqueras, le dijo a la agencia EFE que Rusia podría recurrir al Sistema de Pagos Internacional de China, conocido como CIPS, que empezó a funcionar en 2015 con 19 bancos tanto chinos como extranjeros que se establecieron en China continental y 176 participantes indirectos que cubrían seis continentes y 47 países y regiones.
La carga de profundidad contra la economía rusa
Además de la desconexión de Swift, que ya es bastante mala, el bloque de aliados occidentales aseguró que también limitarán el acceso del Banco Central Ruso a sus reservas internacionales. Y este movimiento, más allá del sistema de pagos internacionales, es el golpe más duro en materia económica.
Esta medida le quita oxígeno al emisor ruso para defender su moneda (que, dicen analistas, corre el riesgo de desplomarse a lo grande) y lo deja sin medios para financiar partes de su economía.
Hasta el 18 de febrero, Rusia disponía de reservas de cambio por el orden de unos US$640.000 millones (el doble de lo constatado en 2014, según una análisis del banco francés de inversión Natixis), y de un fondo soberano de US$175.000 millones. La decisión de EE.UU. y la Unión Europea dejaría estos fondos (que se encuentran guardados en el extranjero bajo la forma de oro y monedas internacionales) fuera del alcance del banco central de Rusia.
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¿Qué efecto podría tener este movimiento? “Normalmente, cuando una divisa se desploma, un banco central puede intervenir para evitar un colapso comprando su propia moneda en mercados extranjeros usando sus reservas internacionales. Esto ayuda a detener la caída en el precio de la moneda local”, explica Steven Hamilton, doctor en Economía y profesor de la Universidad George Washington.
Y a renglón seguido agrega: “Con la incertidumbre y el miedo alrededor de la invasión rusa, las trabas significativas que se han impuesto para el flujo de capitales hacia Rusia y el congelamiento de las reservas extranjeras del banco central ruso, nada podría detener el colapso del rublo”.
Para este domingo ya había reportes de retiros bancarios que, aunque pueden no ser calificados como masivos, sí parecieran estar por encima de lo normal. Una devaluación del rublo podría exacerbar este fenómeno, lo que dañaría más la economía rusa. En palabras de Hamilton “Si llega a haber escasez en importaciones cruciales, y sin la posibilidad de pagar por ellas, la producción local podría detenerse”, explica Hamilton. Y este escenario es la puerta de entrada para muchos otras cosas malas: no poder pagar financiar la operación normal del país, escasez de bienes, hiperinflación… Apenas una mirada a un escenario que no se antoja para nada deseable.
El panorama alrededor de la guerra en Ucrania avanza más rápido de lo que muchos habían anticipado. Putin, por un lado, ya está hablando de armamento nuclear (bravuconadas o no, no es fácil saberlo) y los países occidentales pusieron en marcha la desconexión de algunas instituciones financieras rusas del sistema Swift.
Minuto a minuto de la guerra: [En vivo] Crisis en Ucrania: Putin pone en alerta máxima a sus fuerzas nucleares
Los líderes de la Comisión Europea, Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos emitieron un comunicado conjunto en la noche del sábado en el que se comprometieron a coordinarse en la adopción de las medidas económicas restrictivas contra Rusia. “Nos comprometemos a asegurar que determinados bancos de Rusia son sacados del sistema de mensajes Swift. Esto garantizará que estos bancos quedan desconectados del sistema financiero internacional y alteran su capacidad para operar globalmente”, señaló un comunicado de la Casa Blanca.
¿Qué es Swift?
Swift es el acrónimo para la Society for World Interbank Financial Telecommunication: una cooperativa de sociedades financieras, fundamentalmente bancos, a los que presta servicio y que dirige desde el 1 de julio de 2019 el español Javier Pérez-Tasso. El sistema es la base del andamiaje financiero global y es usado por unos 11.000 bancos en 200 países o territorios para poder hacer transferencias globales.
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El principal motivo por el que Swift suele ser conocido es por ser un código internacional que presta a sus socios un servicio de mensajería cifrada que posibilita las transferencias internacionales de fondos. Esta institución determina los códigos bancarios, conocidos como BIC, que son necesarios para realizar o recibir una transferencia internacional. Aún no es claro qué bancos rusos serán afectados por la exclusión de Swift.
¿Qué significa la suspensión para Rusia?
En esencia, lo que esta decisión implica es que las operaciones de la banca rusa (o de porción de ella) se vería seriamente complicada porque no podría hacer ni cobros ni pagos internacionales con el resto de entidades que utilizan este sistema, que es una suerte de estándar internacional en esta materia.
Esta es una opción que, en el terreno de las sanciones económicas (no en el militar), ha sido descrita como el último paso antes de lo nuclear. El efecto de este último tramo de sanciones sí tiene el potencial de impactar el grueso de la economía rusa y, por ese camino, filtrarse hasta la vida del moscovita de a pie.
¿Cómo? “Mi hotel en Moscú me pidió que pagara mi cuenta antes de finalizar mi estadía porque no están seguros si las tarjetas de crédito seguirán sirviendo una vez entre en funcionamiento la desconexión de Swift”, escribió en Twitter Raf Sanchez, corresponsal internacional de la cadena NBC. El ejemplo puede resultar algo banal, pero sirve para comenzar a hacerse una idea de lo que se viene río abajo.
Según cálculos de Alexei Kudrin, exministro de Finanzas ruso, la exclusión de Swift podría restarle 5 % al PIB de Rusia. Los cálculos son de 2014, cuando Rusia se anexó Crimea (península que también era de Ucrania). Hoy esta cifra puede variar, pues el Gobierno ruso lleva años tratando de blindar su sistema financiero y economía para resistir mejor sanciones internacionales por cuenta de sus acciones militares contra otros territorios.
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Así mismo, los bancos rusos tienen alternativas para hacerle el quite a la desconexión de Swift (opciones más complejas y quizá algo más caras que el estándar que ya está instaurado).
El profesor de OBS Business School y experto en estrategia digital en Gartner, Martín Piqueras, le dijo a la agencia EFE que Rusia podría recurrir al Sistema de Pagos Internacional de China, conocido como CIPS, que empezó a funcionar en 2015 con 19 bancos tanto chinos como extranjeros que se establecieron en China continental y 176 participantes indirectos que cubrían seis continentes y 47 países y regiones.
La carga de profundidad contra la economía rusa
Además de la desconexión de Swift, que ya es bastante mala, el bloque de aliados occidentales aseguró que también limitarán el acceso del Banco Central Ruso a sus reservas internacionales. Y este movimiento, más allá del sistema de pagos internacionales, es el golpe más duro en materia económica.
Esta medida le quita oxígeno al emisor ruso para defender su moneda (que, dicen analistas, corre el riesgo de desplomarse a lo grande) y lo deja sin medios para financiar partes de su economía.
Hasta el 18 de febrero, Rusia disponía de reservas de cambio por el orden de unos US$640.000 millones (el doble de lo constatado en 2014, según una análisis del banco francés de inversión Natixis), y de un fondo soberano de US$175.000 millones. La decisión de EE.UU. y la Unión Europea dejaría estos fondos (que se encuentran guardados en el extranjero bajo la forma de oro y monedas internacionales) fuera del alcance del banco central de Rusia.
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¿Qué efecto podría tener este movimiento? “Normalmente, cuando una divisa se desploma, un banco central puede intervenir para evitar un colapso comprando su propia moneda en mercados extranjeros usando sus reservas internacionales. Esto ayuda a detener la caída en el precio de la moneda local”, explica Steven Hamilton, doctor en Economía y profesor de la Universidad George Washington.
Y a renglón seguido agrega: “Con la incertidumbre y el miedo alrededor de la invasión rusa, las trabas significativas que se han impuesto para el flujo de capitales hacia Rusia y el congelamiento de las reservas extranjeras del banco central ruso, nada podría detener el colapso del rublo”.
Para este domingo ya había reportes de retiros bancarios que, aunque pueden no ser calificados como masivos, sí parecieran estar por encima de lo normal. Una devaluación del rublo podría exacerbar este fenómeno, lo que dañaría más la economía rusa. En palabras de Hamilton “Si llega a haber escasez en importaciones cruciales, y sin la posibilidad de pagar por ellas, la producción local podría detenerse”, explica Hamilton. Y este escenario es la puerta de entrada para muchos otras cosas malas: no poder pagar financiar la operación normal del país, escasez de bienes, hiperinflación… Apenas una mirada a un escenario que no se antoja para nada deseable.