Así llega la economía de China a la mitad de 2024: ¿qué riesgos siguen latentes?
El mayor productor de celulares y otras manufacturas se ha enfrentado a una pérdida de impulso en su crecimiento económico. ¿Consiguió China estimular el consumo nacional y atajar las consecuencias de un mercado inmobiliario en problemas? Así está la situación.
Daniel Felipe Rodríguez Rincón
En marzo de este año, una de las noticias más importantes que se dijeron en el marco de las Dos Sesiones, el evento político que reúne a las principales figuras del Gobierno chino, fue que el Producto Interno Bruto (PIB) del país asiático creció 5,2 % en 2023.
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En marzo de este año, una de las noticias más importantes que se dijeron en el marco de las Dos Sesiones, el evento político que reúne a las principales figuras del Gobierno chino, fue que el Producto Interno Bruto (PIB) del país asiático creció 5,2 % en 2023.
A comparación de potencias como Estados Unidos (2,5 %), la Eurozona (0,5 %), Japón (1,9 %) o Reino Unido (0,1 %), la expansión de la economía china en dicho periodo destaca.
Sin embargo, una mirada histórica al indicador (que mide la salud de una economía) despertó preocupaciones por China. ¿Por qué?
La desaceleración china
Un crecimiento de 5,2 % confirmó que la segunda economía global, acostumbrada a crecer a un ritmo de doble dígito (media de los últimos 30 años), continuaba en un proceso de desaceleración que arrancó en la pandemia y que se prolongará, mínimo, hasta 2025.
Precisamente, las estimaciones del Gobierno chino indican que se espera un crecimiento de “alrededor de 5 %” para el año en curso.
Aunque 2023 terminó mejor que 2022 (aquel año cerró con un PIB de 3 %), se dijo que el bajo ritmo de la economía china estaba relacionado con caídas en el consumo nacional, con problemas en las cadenas de suministro que dejó el Covid-19 y la prolongada crisis del sector inmobiliario.
Respecto a la demanda, desde octubre de 2023 hasta bien entrado 2024, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) presentó números propios de una deflación, es decir, una disminución constante de los precios de los bienes y servicios.
Al haber menor demanda de productos del hogar, las empresas que producen y distribuyen mercancías acumulan su oferta, presionando a la baja los precios y, a su vez, restándole dinamismo a las cadenas de suministro.
De ahí que el gabinete económico del gobierno de Xi Jinping anunciara medidas para fortalecer la demanda doméstica. Por ejemplo, del lado de la política monetaria, el balance del primer trimestre de 2024 del Banco Central de China indicó que se inyectaron más de $1 billón de yuanes (US$153.850 millones aproximadamente) para facilitar la financiación a mediano y largo plazo de personas y pequeñas empresas.
En la misma línea, el regulador de ese país redujo en 0,25 puntos porcentuales a las tasas de interés de préstamos para el sector rural y las pymes, así como redujo otros 0,25 puntos las tasas de créditos a más de cinco años, entre otras medidas.
A finales de mayo pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza sus expectativas de crecimiento para China: 5 % en 2024 y 4,5 % en 2025.
En su informe, el organismo internacional explicó que sus previsiones para el PIB tienen riesgo de inclinarse a la baja por la crisis del sector inmobiliario, que se ha alargado más tiempo de lo esperado, e insta a ese país a proporcionar un apoyo macroeconómico adecuado para impulsar la demanda interna.
Con la primera mitad de 2024 ya casi cumplida, ¿han funcionado los ajustes que pretendían subirle las revoluciones a la economía china? Esto dicen las cifras.
¿Cómo va la economía china?
Las estimaciones preliminares del Buró Nacional de Estadísticas de China indican que el PIB del primer trimestre registró un crecimiento de 5,3 % al compararlo con el mismo periodo de 2023 o un repunte del 1,6 % frente al cuarto trimestre de 2023.
Por industrias, el valor agregado de la industria primaria tuvo aumento interanual de 3,3 %; el de la industria secundaria creció 6 %, y el de la industria terciaria repuntó un 5 %.
Además, el valor de las importaciones y exportaciones de bienes fue de 10.169 millones de yuanes en el primer trimestre, un aumento interanual de 5 %. Las exportaciones de productos mecánicos y eléctricos crecieron 6,8 %, representando 59,2 % del valor total de las exportaciones.
La recuperación de la demanda
En el primer trimestre de 2024, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró caídas en las cotizaciones de los alimentos (-1,7 %) y de las prendas de vestir (-1,6 %); los precios de la vivienda tuvieron un leve repunte (0,2 %) al igual que los del transporte (1,4 %), la educación (2,3 %) y los servicios médicos (1,4 %) respecto a 2023.
“El IPC se mantuvo en el mismo nivel interanual”, indicó el Buró Nacional de Estadística. Un argumento a favor de la mencionada deflación.
No obstante, los datos del IPC de los últimos meses podrían sugerir que lo visto en el primer trimestre pudo ser estacional y que la demanda interna, en efecto, sí estaría recuperándose.
Al mirar las cifras mes a mes, el IPC subió en mayo (0,3 %) por cuarto mes consecutivo, lo que fue calificado por fuentes chinas como “una nueva señal de la recuperación constante de la demanda nacional”.
“El mercado de consumo continuó teniendo un desempeño estable en mayo”, manifestó Dong Lijuan, estadístico sénior del Buró, en una declaración recogida por la agencia de noticias Xinhua.
Por el rol clave de China en las cadenas de suministro globales y por ser un importante comprador de materias primas (provenientes de economías emergentes, como la colombiana), resulta esperanzador este leve repunte de la demanda.
Lo anterior podría ser consecuencia del crecimiento interanual de 6,2 % en los ingresos per cápita de los residentes chinos ($11.539 yuanes) en el primer trimestre, y una tasa de desempleo estable (5,2 % en zonas urbanas).
Producción industrial y agricultura
El informe resalta que el valor añadido total de las empresas industriales creció 6,1 %, impulsado por los mayores movimientos de la industria manufacturera (6,7 %), la producción y suministro de energía (6,9 %) y la fabricación de alta tecnología (7,5 %), 2,6 puntos porcentuales más rápido que en el cuarto trimestre de 2023 en este último rubro.
Además, el valor agregado de la agricultura experimentó un aumento interanual de 3,8 %. El Buró de Estadísticas resaltó que el área de siembra destinada a arroz y maíz en todo el país aumentó, así como la producción de carne de cerdo, vacuna, de cordero y de aves de corral (24,90 millones de toneladas) tuvo un aumento interanual de 1,4 %.
Turbulencias internas
El gigantesco mercado inmobiliario de China se encuentra en crisis desde algunos años, lastrando el andamiaje económico en general. Con corte a diciembre de 2023, el inventario de viviendas sin vender en China se encuentra en su nivel más alto en años recientes y según CRIC -proveedor de información inmobiliaria-, en abril de 2024 las ventas de los 100 principales desarrolladores de vivienda cayeron 45 % en abril respecto al mismo mes de 2023.
Frente a esto, el banco central chino pretende cortar esta prolongada racha de recesión inmobiliaria reduciendo las tasas de los préstamos hipotecarios.
Y la alta deuda de las instituciones públicas es uno de los puntos subrayados con rojo en los análisis económicos. Según previsiones del FMI, la deuda de China podría elevarse a 104,9 % del PIB en 2028 frente al 77,1 % en 2022, a medida que aumente el gasto estatal y los estímulos para incrementar la demanda doméstica en un entorno de desaceleración del PIB.
Estabilidad es una palabra recurrente en los informes del primer trimestre de 2024 de las instituciones chinas. Del lado del Buró Nacional de Estadísticas, se indica que enero, febrero y marzo cimentaron un “buen comienzo” para la recuperación de la economía del gigante asiático. Sin embargo, el gabinete económico del país asiático ha reiterado que el entorno externo es cada vez más complejo, severo e incierto, y que los cimientos para un crecimiento económico estable “aún no son sólidos”, como se indica en el reporte del Buró Nacional de Estadísticas.
Una lectura entre líneas podría sugerir que, por lo pronto, la estrategia de China pasa por buscar estabilidad, desactivar riesgos y jugar sobre seguro.
* Enviado especial de El Espectador en Beijing, China.
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