Así llega la economía de Estados Unidos a la próxima reunión de la Fed
El escenario previsto es que la Reserva Federal inicie, de una vez por todas, con una relajación de la política monetaria. Sin embargo, un PIB revisado al alza, aumentos en gasto de los consumidores y el buen comportamiento de la contratación laboral hacen ruido al interior del comité.
Subir las tasas de interés para controlar el consumo y, de esta forma, enfriar la inflación es el “mantra” que ha repetido la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos desde 2022, ante una economía lastrada por los rezagos de la pandemia de covid-19 y sus afectaciones a la producción y al consumo global, la guerra en Ucrania y la inestabilidad general de los mercados.
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Subir las tasas de interés para controlar el consumo y, de esta forma, enfriar la inflación es el “mantra” que ha repetido la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos desde 2022, ante una economía lastrada por los rezagos de la pandemia de covid-19 y sus afectaciones a la producción y al consumo global, la guerra en Ucrania y la inestabilidad general de los mercados.
En el último año y medio, la Fed ha llevado las tasas de interés por encima del 5 %, llegando a su máximo (5,25 %) en mayo. Un evento inusitado en tierras del Tío Sam, teniendo en cuenta que las tasas solo eran de un poco más de cero a principios de 2022 (la primera subida fue de 0 % a 0,25 %).
El mes pasado, tras el colapso de varias entidades financieras (atribuido mayormente a la subida de tipos, por sobre otros factores), los pronósticos de los economistas se volcaron hacia una pausa del endurecimiento de la política monetaria. Para infortunio de aquellos analistas, la declaración de Jerome Powell, presidente de la Fed, fue contundente: “not today” (hoy no), y las tasas subieron 25 puntos básicos.
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Ruido en el ambiente
Algo particular de estas jornadas es que tras una de cal viene otra de arena: luego de anunciar una subida de tipos, los funcionarios del comité federal de mercado abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) -el órgano colegiado de la Reserva Federal que toma este tipo de decisiones- le abren la puerta a flexibilizar la política monetaria en el corto plazo.
“El Comité tendrá en cuenta el endurecimiento acumulativo de la política monetaria, los rezagos con los que la política monetaria afecta la actividad económica y la inflación y la evolución económica y financiera”, dijo Powell en la reunión de mayo.
De ahí que, para la reunión de junio, se aviven los rumores de que, ahora sí, llegaría la tan esperada pausa.
Sin embargo, la Fed podría estar en una encrucijada tras los recientes informes del mercado laboral o el gasto de los consumidores, que arrojaron una inesperada resiliencia de la economía estadounidense, pese a tener las tasas de interés más altas desde 2007. Señales confusas están llegando a oídos de los funcionarios del FOMC.
Señales confusas
La Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) dio a conocer a finales de mayo la segunda de tres revisiones que realiza sobre el PIB de Estados Unidos. En este nuevo cálculo, la BEA informó que el crecimiento real del PIB fue del 1,3 % de enero a marzo de este año; cifra ligeramente por encima de la estimación anterior del Gobierno, pero que confirma que la economía de EE. UU. se contrajo a la mitad, teniendo en cuenta el crecimiento del 2,6 % registrado en el último trimestre de 2022.
Entre tanto, el mercado laboral de EE. UU. se mantiene sólido. Así lo evidenció el reporte de la consultora especializada MarketWatch, que indicó que en mayo se crearon más puestos de trabajo de lo esperado: 339.000 empleos frente a una proyección de solo 190.000. Es el decimocuarto mes consecutivo que la cifra supera las estimaciones.
Al margen de lo anterior, la tasa de desempleó llegó al 3,7 %, frente al 3,4 % de la lectura anterior, de acuerdo con el Departamento de Trabajo. Una cifra considerada como baja por analistas, pero que subió más de lo previsto (440.000 personas más sin trabajo en mayo, el mayor incremento mensual desde abril de 2020).
Así mismo, las solicitudes iniciales de subsidios de desempleo aumentaron en las últimas semanas en 28.000, como lo informó también el Departamento del Trabajo, llegando a las 261.000, entre el 29 de mayo y el 3 de junio. Economistas citados por Reuters habían previsto 235.000 solicitudes en dicho lapso, y como lo señala Bloomberg, las empresas estadounidenses anunciaron más despidos en los primeros cinco meses de 2023 que en todo el año pasado.
Con base en estas cifras, es evidente que las empresas estadounidenses están contratando más y a un ritmo mayor, sin embargo, el desempleo no cede. Esta amalgama deja entrever un mercado laboral con tensiones de lado y lado que, en principio, serían aliviadas por la Fed manteniendo las tasas sin cambios el próximo miércoles.
De nuevo, vía tasas de interés la Fed ha querido enfriar la economía estadounidense y, con ello, la inflación. Pero, ¿cómo pensar en una pausa de la política monetaria cuando el gasto de los consumidores repunta?
Hace un par de semanas, el Departamento de Comercio dio a conocer que el gasto de los consumidores aumentó un 0,8 % en abril, último dato disponible. Además, los datos de marzo se revisaron al alza, por lo que el gasto creció un 0,1 % y no se mantuvieron estables como había informado la entidad previamente.
En Estados Unidos, cabe resaltar, el consumo representa más de dos tercios de toda la actividad económica. Un repunte podría indicar que, pese a los incrementos de los precios en bienes y servicios, los estadounidenses mantienen sus niveles de gasto, lo que no estimula un descenso de la inflación.
Hablando de inflación, pese a que el indicador venia desacelerándose, volvió a subir en abril, tanto en su cálculo interanual (abril 2022 vs. abril 2023) como intermensual (de marzo a abril de 2023), según el Departamento de Comercio.
De abril de 2022 a abril de 2023, la inflación se situó en 4,4 % en tierras norteamericanas frente al 4,2 % del informe anterior. En la misma línea, en abril la inflación alcanzó un 0,4 % acelerándose también con respecto a marzo (0,1 %). Según el informe, la inflación de abril estuvo mediada por las subidas de precios en servicios (más alta que la de los bienes de consumo).
Por su parte, los datos del Buró de Estadísticas Laborales hablan de un incremento en los precios al consumidor del 4,9 % de abril de 2022 a 2023, el menor aumento anual desde abril de 2021. Según la entidad, los precios de los alimentos subieron menos (pasaron de incrementos de 8,5 % en marzo a 7,7 % en abril de este año) y las alzas en los precios del servicio de energía continúan desacelerándose (de 9,2 % en marzo a 5,9 % en abril de este año).
La inflación subyacente (cálculo sin contar alimentos ni energía) se aceleró en un 0,4 % en un mes y un 4,7 % en un año, citando las cifras del Departamento de Comercio. La inflación subyacente, cabe resaltar, es el dato que más tienen en cuenta los bancos centrales en sus decisiones.
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La recomendación del FMI
Este jueves, el Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a la Fed y otros bancos centrales a “mantener el rumbo en la política monetaria” y permanecer vigilantes en la lucha contra la inflación.
“Si la inflación resulta ser más persistente de lo esperado, es posible que la Reserva Federal tenga que subir las tasas de interés durante más tiempo”, dijo Julie Kozack, vocera del FMI.
La encrucijada de la Fed
Así las cosas, con una inflación que no retrocede, la Fed tendría los argumentos para continuar con una política monetaria restrictiva, subiendo las tasas de interés para desacelerar más una economía que se muestra resiliente pese a las más de 10 subidas de tipos que se han realizado desde 2022.
Este escenario también es contemplado en varias de los pronósticos que analistas e inversores han publicado en los últimos días. Eso sí, estiman que si la Fed sube las tasas el próximo miércoles, las dejaría estables por varios meses.
Por otro lado, también es probable que la Fed se tomaría una pausa para “contemplar el paisaje” y analizar de primera mano el impacto de sus decisiones en meses anteriores, teniendo en cuenta que los efectos de política monetaria se ven en el largo plazo. Además, ante los temores de recesión en Estados Unidos y la inestabilidad del sector financiero, la Reserva Federal evitaría seguir frenando la actividad económica. Sin embargo, un eventual alivio en las tasas de junio no marcaría tendencia en meses siguientes.
Philip Jefferson, actual gobernador de la Fed y candidato a vicepresidente, señaló el miércoles que “cualquier decisión de la Reserva Federal de mantener estable su tasa de interés en una próxima reunión no debería interpretarse como que la entidad ha terminado de endurecer su política monetaria”.
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