Así se implementarían los taxis de lujo
El Ministerio de Transporte publicó un proyecto de reglamentación que deja en manos de los municipios asuntos como las tarifas de la nueva categoría.
María Alejandra Medina C.
El Ministerio de Transporte tiene listo el proyecto de resolución que pondría reglas claras al servicio de taxi de lujo, creado en noviembre pasado a través del Decreto 2297. El borrador de la norma confirma que quienes podrán prestarlo son empresas del servicio individual, es decir, de taxis, que se habiliten en la nueva categoría. Esta se caracteriza por emplear automotores negros, con una franja lateral a cuadros, de colores blanco y gris.
El proyecto entra en detalles funcionales y técnicos sobre las plataformas tecnológicas con las que deberán trabajar dichas empresas. Dispone por ejemplo que la aplicación debe estimar las tarifas, dar cuenta de la ubicación geográfica y duración de los viajes, aceptar pagos por medios electrónicos, recibir quejas y reclamos, calificar el servicio prestado y también al pasajero, entre otras cosas.
La plataforma debe obtener habilitación ante del Ministerio de Transporte. Las empresas por su parte pueden contratar más de una plataforma para funcionar, al tiempo que deben demostrar que sus conductores están debidamente capacitados, a través de certificados del Sena o de instituciones de educación superior certificadas.
El asunto de las tarifas lo deja en manos de los municipios, que deberían realizar estudios para determinar cuánto se cobra, dependiendo de costos fijos y variables, como el precio de los seguros, impuestos, combustibles, entre otros.
Representantes del gremio de taxistas vieron positiva la publicación del proyecto, aunque consideran que hay cosas por clarificar o cambiar. De acuerdo con Ernesto Sandoval, gerente de Teleclub y representante del sector ante Fenalco, en los comentarios al borrador de la norma van a “insertar un tema de competitividad y libre competencia entre empresas para beneficiar al usuario. Sobre los famosos ‘paz y salvo’, que los señores de los taxis puedan pertenecer a la empresa que quieran en el momento que quieran”.
Agregó que deberían fijarse más requisitos para las empresas, además de las consideraciones de músculo financiero, “para quitar las empresas de garaje que no tienen control sobre sus conductores”. Hugo Ospina, otro vocero del gremio, afirmó que el asunto de las tarifas es anticuado. “Proponemos que, como vamos a poner vehículos de alta gama, previa chatarrización de un taxi amarillo, se nos permita poner tarifas libres, acordes con la libertad del mercado”.
Uber, la plataforma tecnológica que ha causado malestar en el gremio de taxistas, desde que se anunció la norma de taxis de lujo sentó su posición: que ésta, en pocas palabras, no resuelve nada para su empresa. Por eso apoyaron la radicación de un proyecto de ley en el Senado, que está a la espera de primer debate. Allí se propone la creación de una figura similar a la que se usó en México para reglamentar aplicaciones como Uber y Cabify, una modalidad de transporte privado.
En el proceso, la Asociación Colombiana de Transporte Terrestre Automotor Especial (Acoltés), que agremia empresas del servicio especial, vehículos reconocidos por su placa blanca, ha criticado que no fueron invitados a la formulación de la norma para los taxis de lujo.
El proyecto de resolución ahora recibirá los comentarios de los interesados. La implementación de la norma final estaría a cargo del recién nombrado ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas.
El Ministerio de Transporte tiene listo el proyecto de resolución que pondría reglas claras al servicio de taxi de lujo, creado en noviembre pasado a través del Decreto 2297. El borrador de la norma confirma que quienes podrán prestarlo son empresas del servicio individual, es decir, de taxis, que se habiliten en la nueva categoría. Esta se caracteriza por emplear automotores negros, con una franja lateral a cuadros, de colores blanco y gris.
El proyecto entra en detalles funcionales y técnicos sobre las plataformas tecnológicas con las que deberán trabajar dichas empresas. Dispone por ejemplo que la aplicación debe estimar las tarifas, dar cuenta de la ubicación geográfica y duración de los viajes, aceptar pagos por medios electrónicos, recibir quejas y reclamos, calificar el servicio prestado y también al pasajero, entre otras cosas.
La plataforma debe obtener habilitación ante del Ministerio de Transporte. Las empresas por su parte pueden contratar más de una plataforma para funcionar, al tiempo que deben demostrar que sus conductores están debidamente capacitados, a través de certificados del Sena o de instituciones de educación superior certificadas.
El asunto de las tarifas lo deja en manos de los municipios, que deberían realizar estudios para determinar cuánto se cobra, dependiendo de costos fijos y variables, como el precio de los seguros, impuestos, combustibles, entre otros.
Representantes del gremio de taxistas vieron positiva la publicación del proyecto, aunque consideran que hay cosas por clarificar o cambiar. De acuerdo con Ernesto Sandoval, gerente de Teleclub y representante del sector ante Fenalco, en los comentarios al borrador de la norma van a “insertar un tema de competitividad y libre competencia entre empresas para beneficiar al usuario. Sobre los famosos ‘paz y salvo’, que los señores de los taxis puedan pertenecer a la empresa que quieran en el momento que quieran”.
Agregó que deberían fijarse más requisitos para las empresas, además de las consideraciones de músculo financiero, “para quitar las empresas de garaje que no tienen control sobre sus conductores”. Hugo Ospina, otro vocero del gremio, afirmó que el asunto de las tarifas es anticuado. “Proponemos que, como vamos a poner vehículos de alta gama, previa chatarrización de un taxi amarillo, se nos permita poner tarifas libres, acordes con la libertad del mercado”.
Uber, la plataforma tecnológica que ha causado malestar en el gremio de taxistas, desde que se anunció la norma de taxis de lujo sentó su posición: que ésta, en pocas palabras, no resuelve nada para su empresa. Por eso apoyaron la radicación de un proyecto de ley en el Senado, que está a la espera de primer debate. Allí se propone la creación de una figura similar a la que se usó en México para reglamentar aplicaciones como Uber y Cabify, una modalidad de transporte privado.
En el proceso, la Asociación Colombiana de Transporte Terrestre Automotor Especial (Acoltés), que agremia empresas del servicio especial, vehículos reconocidos por su placa blanca, ha criticado que no fueron invitados a la formulación de la norma para los taxis de lujo.
El proyecto de resolución ahora recibirá los comentarios de los interesados. La implementación de la norma final estaría a cargo del recién nombrado ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas.