Así va el tránsito de las reformas laboral y pensional en el Congreso
A paso de tortuga avanza el debate de la reforma laboral, mientras que la pensional ya se encuentra radicada y a la espera de su primer debate. Estas son sus principales propuestas.
Diego Ojeda
Esta podría ser una semana clave para el debate de las reformas laboral y pensional. La primera de estas podría tener su tercera oportunidad para iniciar su discusión en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, tras dos intentos frustrados por falta de quórum; la segunda podría tener una fecha asignada esta semana para el inicio de su debate, con un incierto camino si se tiene en cuenta el paso de tortuga que también enfrentan las otras reformas del Gobierno.
Lo cierto es que estas no son discusiones menores, pues tanto el mercado laboral colomiano, como el sistema de pensiones en el país, manifiestan focos de malestar que deben atenderse de forma urgente, siendo las iniciativas de reformas una oportunidad para tomar el sartén por el mango (sin decir con esto que las propuestas presentadas por el Gobierno sean las más acertadas).
Reforma laboral
Son varios los indicadores que demuestran la necesidad que tiene el mercado laboral para ser reformado. Tal vez el primero de estos sea ese monstruo de dos cabezas llamado informalidad y desempleo. Según cifras del DANE, en el país casi seis de cada diez trabajadores laboran desde la informalidad, es decir, sin el pleno disfrute de garantías como el pago de por lo menos un salario mínimo, acceso a salud, pensión, riesgos laborales, cesantías, caja de compensación familiar, derecho a vacaciones y otro tipo de beneficios vinculados al trabajo formal; a lo que se suma una tasa de desempleo que se mantiene en los dos dígitos (10,7 % en abril) con el agravante de una brecha de género de 5,6 puntos porcentuales para el total nacional.
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A lo anterior podrían sumarse otros problemas como la falta de garantías que tienen los trabajadores para resolver líos judiciales, el trabajo en las zonas rurales, las brechas que encuentran los jóvenes para lograr su primer empleo, y la desconexión que tiene la oferta laboral (los graduados de universidades y otros centros de educación superior) con la demanda del mercado.
Sobre lo anterior hay que decir que la propuesta del gobierno está enfocada en mejorar la calidad del trabajo, más que generar empleo o atacar de frente gran parte de estos malestares.
Lo que se pone sobre la mesa es la ampliación de la jornada nocturna, para que arranque a las siete de la noche; crear una forma de contratación especial que permita la formalización de los trabajadores de plataformas de reparto; apuestas de formalización para aumentar la formalización de empleados domésticos y trabajadores del campo colombiano; reforzar la estabilidad laboral de trabajadores por temas de fuero sindical, salud y paternidad; así como favorecer la unión sindical y el derecho a la huelga.
Gran parte de estos ajustes implican aumentos en los costos de contratación, de allí que la propuesta del gobierno haya sido cuestionada por no favorecer la creación de empleo y desincentivar la formalidad. Sin embargo, el Ministerio del Trabajo ha argumentado que su iniciativa va en vía de lo que han recomendado organismos internacionales como la OIT y la OCDE.
Reforma pensional
Los desafíos en torno a las pensiones no son exclusivos de Colombia. En el mundo diversas economías enfrentan el reto de garantizar el derecho a la pensión en medio de un escenario en el que la población se está haciendo cada más vieja, es decir, la base de aportantes (compuesta por jóvenes trabajadores) se está debilitando, mientras que el número de beneficiarios (quienes ya alcanzan su edad y derecho a recibir una pensión) se está robusteciendo.
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En Colombia el agravante es mayor, pues (como ya se vio en párrafos anteriores) la informalidad (es decir, personas que no cotizan pensión) es desbordada.
La propuesta del gobierno con la reforma es crear un sistema de pilares, conformados de la siguiente manera:
Pilar solidario
En este pilar estararían los colombianos, residentes en el territorio nacional, que se encuentren en condición de pobreza extrema, pobreza o vulnerabilidad. Los umbrales para definir cuándo una persona hace parte de uno de estos grupos dependerá del sistema de focalización que establezca el Gobierno Nacional, aunque hay que tener en cuenta que actualmente es el Sisbén IV quien hace esta diferenciación, así como las líneas de pobreza monetaria informadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
“Sus aportes se financiarán con presupuesto de la nación y con recursos de la Subcuenta de Subsistencia del Fondo de Solidaridad Pensional” precisa el documento.
Pilar semicontributivo
En este harían parte las personas afiliadas al sistema que, teniendo 65 años, no hayan cumplido con el resto de los requisitos para acceder a una pensión contributiva. Aquí los beneficiarios podrán acceder a un ingreso económico, el cual se financiará con recursos del Presupuesto General de la Nación, así como de sus propios aportes.
En este pilar también estarán los beneficiarios de los ya conocidos BEPS, que son los que realizan aportes y reciben una parte subsidiada por el Estado. Para este caso se recibe una renta vitalicia que nunca podrá superar el 80 % de un salario mínimo.
La propuesta de reforma explica que los adultos mayores que no reúnan los requisitos podrán recibir los giros que les brinda Colombia Mayor y, si en algún momento llegan a cumplir con lo exigido, podrán ser beneficiarios, sin que este ingreso no coexista con el subsidio que le estaba brindando el Estado.
Para ser beneficiario en este pilar se deberá tener más de 65 años y haber contribuido entre 150 semanas y 150 semanas. Aquellos que hayan cotizado hasta 149 semanas se les dará una indemnización sustitutiva.
Pilar contributivo
Este tendrá a los trabajadores dependientes, independientes, servidores públicos y demás personas con capacidad de pago para efectuar cotizaciones.
La contribución que realicen será del 16 % sobre el ingreso base de la cotización. Los empleadores pagarán el 75 % de la cotización y los empleados el 25 % restante.
Quienes tengan ingresos iguales o superiores a los cuatro salarios mínimos tendrán un aporte adicional del 2 % sobre la base de cotización. Quienes tengan ingresos superiores a 16 salarios tendrá un aporte adicional así: de 16 a 17: 0,2 %; de 17 a 18: 0,4 %; de 18 a 19: 0,6 %; de 19 a 20: 0,8 %; más de 20: 1 %.
Pilar contributivo de prima media
Aquí cotizarán personas con ingresos entre uno y tres salarios mínimos.
Pilar contributivo complementario de ahorro individual
Lo integrarán personas con ingresos de más de cuatro salarios mínimos y hasta los 25 salarios mínimos. Los tres salarios mínimos tendrán que aportarse a Colpensiones, mientras que el excedente podrá hacerse en la administradora que el cotizante elija.
Pilar ahorro voluntario
Lo integrarán personas que quieran hacer un ahorro voluntario que complemente su pensión integral para la vejez.
Si bien la propuesta del gobierno es que todos los adultos mayores tengan acceso a un ingreso (que siempre estaría por encima de la línea de pobreza) aún si no logran una pensión, el principal cuestionamiento que se hace es sobre la sostenibilidad de ese modelo, es decir, hasta cuánto y cuándo podría el presupuesto general de la nación asumir esos subsidios.
En suma, la discusión alrededor de estos temas no es sencilla, y se requiere del debate para construir la mejor propuesta para el país. Sin embargo, en los últimos días hemos visto la falta de disposición de ciertos sectores políticos por adelantar el debate, por lo que sigue siendo incierto el futuro que puedan tener estas reformas en el Congreso.
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Esta podría ser una semana clave para el debate de las reformas laboral y pensional. La primera de estas podría tener su tercera oportunidad para iniciar su discusión en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, tras dos intentos frustrados por falta de quórum; la segunda podría tener una fecha asignada esta semana para el inicio de su debate, con un incierto camino si se tiene en cuenta el paso de tortuga que también enfrentan las otras reformas del Gobierno.
Lo cierto es que estas no son discusiones menores, pues tanto el mercado laboral colomiano, como el sistema de pensiones en el país, manifiestan focos de malestar que deben atenderse de forma urgente, siendo las iniciativas de reformas una oportunidad para tomar el sartén por el mango (sin decir con esto que las propuestas presentadas por el Gobierno sean las más acertadas).
Reforma laboral
Son varios los indicadores que demuestran la necesidad que tiene el mercado laboral para ser reformado. Tal vez el primero de estos sea ese monstruo de dos cabezas llamado informalidad y desempleo. Según cifras del DANE, en el país casi seis de cada diez trabajadores laboran desde la informalidad, es decir, sin el pleno disfrute de garantías como el pago de por lo menos un salario mínimo, acceso a salud, pensión, riesgos laborales, cesantías, caja de compensación familiar, derecho a vacaciones y otro tipo de beneficios vinculados al trabajo formal; a lo que se suma una tasa de desempleo que se mantiene en los dos dígitos (10,7 % en abril) con el agravante de una brecha de género de 5,6 puntos porcentuales para el total nacional.
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A lo anterior podrían sumarse otros problemas como la falta de garantías que tienen los trabajadores para resolver líos judiciales, el trabajo en las zonas rurales, las brechas que encuentran los jóvenes para lograr su primer empleo, y la desconexión que tiene la oferta laboral (los graduados de universidades y otros centros de educación superior) con la demanda del mercado.
Sobre lo anterior hay que decir que la propuesta del gobierno está enfocada en mejorar la calidad del trabajo, más que generar empleo o atacar de frente gran parte de estos malestares.
Lo que se pone sobre la mesa es la ampliación de la jornada nocturna, para que arranque a las siete de la noche; crear una forma de contratación especial que permita la formalización de los trabajadores de plataformas de reparto; apuestas de formalización para aumentar la formalización de empleados domésticos y trabajadores del campo colombiano; reforzar la estabilidad laboral de trabajadores por temas de fuero sindical, salud y paternidad; así como favorecer la unión sindical y el derecho a la huelga.
Gran parte de estos ajustes implican aumentos en los costos de contratación, de allí que la propuesta del gobierno haya sido cuestionada por no favorecer la creación de empleo y desincentivar la formalidad. Sin embargo, el Ministerio del Trabajo ha argumentado que su iniciativa va en vía de lo que han recomendado organismos internacionales como la OIT y la OCDE.
Reforma pensional
Los desafíos en torno a las pensiones no son exclusivos de Colombia. En el mundo diversas economías enfrentan el reto de garantizar el derecho a la pensión en medio de un escenario en el que la población se está haciendo cada más vieja, es decir, la base de aportantes (compuesta por jóvenes trabajadores) se está debilitando, mientras que el número de beneficiarios (quienes ya alcanzan su edad y derecho a recibir una pensión) se está robusteciendo.
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En Colombia el agravante es mayor, pues (como ya se vio en párrafos anteriores) la informalidad (es decir, personas que no cotizan pensión) es desbordada.
La propuesta del gobierno con la reforma es crear un sistema de pilares, conformados de la siguiente manera:
Pilar solidario
En este pilar estararían los colombianos, residentes en el territorio nacional, que se encuentren en condición de pobreza extrema, pobreza o vulnerabilidad. Los umbrales para definir cuándo una persona hace parte de uno de estos grupos dependerá del sistema de focalización que establezca el Gobierno Nacional, aunque hay que tener en cuenta que actualmente es el Sisbén IV quien hace esta diferenciación, así como las líneas de pobreza monetaria informadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
“Sus aportes se financiarán con presupuesto de la nación y con recursos de la Subcuenta de Subsistencia del Fondo de Solidaridad Pensional” precisa el documento.
Pilar semicontributivo
En este harían parte las personas afiliadas al sistema que, teniendo 65 años, no hayan cumplido con el resto de los requisitos para acceder a una pensión contributiva. Aquí los beneficiarios podrán acceder a un ingreso económico, el cual se financiará con recursos del Presupuesto General de la Nación, así como de sus propios aportes.
En este pilar también estarán los beneficiarios de los ya conocidos BEPS, que son los que realizan aportes y reciben una parte subsidiada por el Estado. Para este caso se recibe una renta vitalicia que nunca podrá superar el 80 % de un salario mínimo.
La propuesta de reforma explica que los adultos mayores que no reúnan los requisitos podrán recibir los giros que les brinda Colombia Mayor y, si en algún momento llegan a cumplir con lo exigido, podrán ser beneficiarios, sin que este ingreso no coexista con el subsidio que le estaba brindando el Estado.
Para ser beneficiario en este pilar se deberá tener más de 65 años y haber contribuido entre 150 semanas y 150 semanas. Aquellos que hayan cotizado hasta 149 semanas se les dará una indemnización sustitutiva.
Pilar contributivo
Este tendrá a los trabajadores dependientes, independientes, servidores públicos y demás personas con capacidad de pago para efectuar cotizaciones.
La contribución que realicen será del 16 % sobre el ingreso base de la cotización. Los empleadores pagarán el 75 % de la cotización y los empleados el 25 % restante.
Quienes tengan ingresos iguales o superiores a los cuatro salarios mínimos tendrán un aporte adicional del 2 % sobre la base de cotización. Quienes tengan ingresos superiores a 16 salarios tendrá un aporte adicional así: de 16 a 17: 0,2 %; de 17 a 18: 0,4 %; de 18 a 19: 0,6 %; de 19 a 20: 0,8 %; más de 20: 1 %.
Pilar contributivo de prima media
Aquí cotizarán personas con ingresos entre uno y tres salarios mínimos.
Pilar contributivo complementario de ahorro individual
Lo integrarán personas con ingresos de más de cuatro salarios mínimos y hasta los 25 salarios mínimos. Los tres salarios mínimos tendrán que aportarse a Colpensiones, mientras que el excedente podrá hacerse en la administradora que el cotizante elija.
Pilar ahorro voluntario
Lo integrarán personas que quieran hacer un ahorro voluntario que complemente su pensión integral para la vejez.
Si bien la propuesta del gobierno es que todos los adultos mayores tengan acceso a un ingreso (que siempre estaría por encima de la línea de pobreza) aún si no logran una pensión, el principal cuestionamiento que se hace es sobre la sostenibilidad de ese modelo, es decir, hasta cuánto y cuándo podría el presupuesto general de la nación asumir esos subsidios.
En suma, la discusión alrededor de estos temas no es sencilla, y se requiere del debate para construir la mejor propuesta para el país. Sin embargo, en los últimos días hemos visto la falta de disposición de ciertos sectores políticos por adelantar el debate, por lo que sigue siendo incierto el futuro que puedan tener estas reformas en el Congreso.
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