Buriticá: el oro de la discordia
Los ataques de este miércoles que cobraron la vida de tres geólogos de Continental Gold no son hechos aislados, sino que obedecen a la lucha de los grupos armados ilegales por no perder su dominio en la zona. Esta mina subterránea, en Antioquia, tendría una producción de más de 253.000 onzas anuales.
Jorge Sáenz V. /@JorgeS_V
La extracción de oro en el país se ha desarrollado en territorio donde principalmente hacen presencia grupos criminales que obtienen beneficio de esta actividad mediante la explotación directa o extorsionando a los pequeños mineros informales, muchos de los cuales tienen miedo a perder el único ingreso para sostener a sus familias.
Una problemática que volvió a salir a la luz este miércoles tras el asesinato de tres geólogos de Continental Gold en el corregimiento de Ochalí, zona rural del municipio de Yarumal, en Antioquia. Las autoridades atribuyen los hechos a disidencias del frente 36 de la exguerrilla de las Farc. (Ver: “Asesinan a empleados de Continental Gold”, en página 7).
Los ataques que han sufrido geólogos y empleados de la multinacional minera canadiense Continental Gold Inc. no son hechos aislados, sino que obedecen a la lucha de los grupos armados ilegales por no perder su dominio en la zona donde se encuentran las minas. Es una actividad que le compite fuertemente al narcotráfico; el mineral puede ser “legalizado” en cualquier momento, pero la droga no.
Actualmente hay en el país 12 proyectos de interés nacional y estratégico (PINE) con inversiones proyectadas de US$10.000 millones y que podrían generar regalías de $1,7 billones, cifras muy importantes para Colombia. “Sí se puede hacer estos proyectos”, dijo recientemente la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez.
Sin embargo, hechos como los registrados con el ataque criminal a la comisión de mineros de Continental Gold, que opera la explotación minera de Buriticá (Antioquía, a cinco horas en carretera de Yarumal), mandan un mensaje muy complicado a los inversionistas externos y nacionales. En lo que va de septiembre han sido asesinados cuatro geólogos de la multinacional canadiense. A raíz de este ataque criminal, los directivos de Continental Gold tomaron la decisión de suspender los trabajos en el proyecto de explotación Berlín, que compromete los municipios Briceño, San Andrés de Cuerquia, Toledo y Yarumal.
En Buriticá se construye la primera mina subterránea de oro a gran escala en Colombia y se estima que su producción comercial comience en 2020. Según cálculos, la mina va a tener una vida útil de 14 años y un promedio de producción de 253.000 onzas de oro anuales. Para los primeros cinco años se espera una producción de 282.000 onzas anuales.
Continental Gold está explotando Yaraguá, una mina a pequeña escala cuya producción de oro el año pasado fue de 4.779 onzas, exportadas a Estados Unidos.
Fabio Velásquez, presidente del Foro Nacional por Colombia, y miembro del Grupo de Diálogo sobre Minería en Colombia (GDIAM), destacó que el proyecto de minería en Buriticá es considerado la mejor iniciativa ejecutada en el país con alta incidencia sobre el bienestar de la comunidad y que ha buscado incorporar a los mineros informales. Sin embargo, Velásquez admitió que, como todo trabajo minero, tiene impactos ambientales que pueden afectar a algunas personas.
“La minería bien hecha es un sector comprometido con el derecho a la vida y el bienestar de la comunidad minera”, dijo, en un comunicado de prensa, el presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Santiago Ángel, con ocasión del ataque a los empleados de la multinacional canadiense.
Para continuar con el desarrollo de la minería, que representa el 2 % del PIB, la ministra de Minas y Energía señala que las empresas deben trabajar en temas de concertación y “nosotros tenemos que hacerlo en todos los temas de formalización minera del pequeño minero, del artesanal, y tenemos que trabajar en combatir la minería ilegal”.
En un artículo publicado en El Espectador en febrero de 2013, el economista holandés Gunter Pauli dijo que “no hay que dejar de explotar minerales, pero la minería tiene que generar valor agregado más allá de la mina”.
La extracción de oro en el país se ha desarrollado en territorio donde principalmente hacen presencia grupos criminales que obtienen beneficio de esta actividad mediante la explotación directa o extorsionando a los pequeños mineros informales, muchos de los cuales tienen miedo a perder el único ingreso para sostener a sus familias.
Una problemática que volvió a salir a la luz este miércoles tras el asesinato de tres geólogos de Continental Gold en el corregimiento de Ochalí, zona rural del municipio de Yarumal, en Antioquia. Las autoridades atribuyen los hechos a disidencias del frente 36 de la exguerrilla de las Farc. (Ver: “Asesinan a empleados de Continental Gold”, en página 7).
Los ataques que han sufrido geólogos y empleados de la multinacional minera canadiense Continental Gold Inc. no son hechos aislados, sino que obedecen a la lucha de los grupos armados ilegales por no perder su dominio en la zona donde se encuentran las minas. Es una actividad que le compite fuertemente al narcotráfico; el mineral puede ser “legalizado” en cualquier momento, pero la droga no.
Actualmente hay en el país 12 proyectos de interés nacional y estratégico (PINE) con inversiones proyectadas de US$10.000 millones y que podrían generar regalías de $1,7 billones, cifras muy importantes para Colombia. “Sí se puede hacer estos proyectos”, dijo recientemente la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez.
Sin embargo, hechos como los registrados con el ataque criminal a la comisión de mineros de Continental Gold, que opera la explotación minera de Buriticá (Antioquía, a cinco horas en carretera de Yarumal), mandan un mensaje muy complicado a los inversionistas externos y nacionales. En lo que va de septiembre han sido asesinados cuatro geólogos de la multinacional canadiense. A raíz de este ataque criminal, los directivos de Continental Gold tomaron la decisión de suspender los trabajos en el proyecto de explotación Berlín, que compromete los municipios Briceño, San Andrés de Cuerquia, Toledo y Yarumal.
En Buriticá se construye la primera mina subterránea de oro a gran escala en Colombia y se estima que su producción comercial comience en 2020. Según cálculos, la mina va a tener una vida útil de 14 años y un promedio de producción de 253.000 onzas de oro anuales. Para los primeros cinco años se espera una producción de 282.000 onzas anuales.
Continental Gold está explotando Yaraguá, una mina a pequeña escala cuya producción de oro el año pasado fue de 4.779 onzas, exportadas a Estados Unidos.
Fabio Velásquez, presidente del Foro Nacional por Colombia, y miembro del Grupo de Diálogo sobre Minería en Colombia (GDIAM), destacó que el proyecto de minería en Buriticá es considerado la mejor iniciativa ejecutada en el país con alta incidencia sobre el bienestar de la comunidad y que ha buscado incorporar a los mineros informales. Sin embargo, Velásquez admitió que, como todo trabajo minero, tiene impactos ambientales que pueden afectar a algunas personas.
“La minería bien hecha es un sector comprometido con el derecho a la vida y el bienestar de la comunidad minera”, dijo, en un comunicado de prensa, el presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Santiago Ángel, con ocasión del ataque a los empleados de la multinacional canadiense.
Para continuar con el desarrollo de la minería, que representa el 2 % del PIB, la ministra de Minas y Energía señala que las empresas deben trabajar en temas de concertación y “nosotros tenemos que hacerlo en todos los temas de formalización minera del pequeño minero, del artesanal, y tenemos que trabajar en combatir la minería ilegal”.
En un artículo publicado en El Espectador en febrero de 2013, el economista holandés Gunter Pauli dijo que “no hay que dejar de explotar minerales, pero la minería tiene que generar valor agregado más allá de la mina”.