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El 28 de mayo se cumple un mes desde que comenzó el paro nacional como consecuencia, en principio, de la inconformidad por el anuncio del proyecto de reforma tributaria que impulsó el Ministerio de Hacienda. Dicha reforma fue el detonante y el motor de un estallido social que también ha estado motivado por la pandemia, el desempleo, la pobreza y varias decisiones del gobierno del presidente Iván Duque.
Cali es el principal escenario de las movilizaciones. Decenas de protestas y manifestaciones se han registrado allí, pues vale la pena mencionar que la capital vallecaucana fue una de las ciudades más golpeadas en términos de crecimiento de pobreza. Según los datos más recientes sobre pobreza monetaria revelados por el DANE, este indicador en la ciudad pasó de 21,9 % al 36,6 % entre 2019 y 2020.
Durante las jornadas el Valle del Cauca también ha sido espacio de protestas, abusos contra los derechos humanos y en general de una violencia sin precedentes en la historia reciente, algo que viene aumentando la indignación de los ciudadanos. En otro punto están los empresarios de la región, víctimas de saqueos, vandalismo y bloqueos, quienes piden negociaciones para retornar a la normalidad y así evitar el cierre de negocios y el aumento del desempleo.
Empresas del suroccidente colombiano le pidieron al Gobierno, mediante una carta, firmada por el Consejo Gremial, el Comité Intergremial de Nariño y el Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca, tomar una serie de medidas para aliviar los impactos que el paro nacional ha tenido sobre las compañías de esta región.
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Hablamos con Edwin Maldonado, director del Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca, que reúne a más de 26 gremios representativos, 18 empresas, seis cámaras de Comercio y dos cajas de compensación, para conocer las peticiones que le hacen al Gobierno, las pérdidas y afectaciones por el paro nacional y los planes para la reactivación.
De acuerdo con la seccional Valle del Cauca de Fenalco (gremio de los comerciantes), el paro nacional ha dejado pérdidas por $1,2 billones en el sector comercial de Cali. ¿Ustedes qué pérdidas registran?
Lastimosamente el sector productivo, que en su mayoría está compuesto por mipymes (98 %), ya venía muy afectado por el COVID-19. Ahora, con este paro nacional se reportan pérdidas por $100.000 millones diarios, aproximadamente.
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Específicamente, ¿cuáles son las afectaciones que han generado los bloqueos en la región?
Hay una afectación por las pérdidas de negocios, por no poder movilizar mercancía, por el vandalismo, los saqueos, los robos y el cierre de muchas empresas. Alrededor del 42 % de las empresas no están funcionando, ya sea porque no les llegan los trabajadores, no pueden sacar productos u ofrecer sus servicios. Solo alrededor del 12 % de las empresas han podido trabajar plenamente y el resto está trabajando a media máquina. La situación es preocupante, porque se está afectando el acceso a bienes y servicios que son de interés general y básicos para la sociedad.
La afectación se traduce en no poder movilizar los productos, producir y acceder a materias primas. Es un cierre completo. Al principio se presentó una problemática con el combustible, que ya ha ido mejorando; pero también se han visto afectados el abastecimiento de productos alimenticios, el acceso a medicamentos y la posibilidad de ir a citas. Nos preocupa, más que el monto del recurso, la afectación de los derechos de las personas a salud, movilidad y trabajo.
¿Qué consecuencias traerán estas afectaciones para el Valle del Cauca?
Creemos que estas pérdidas se van a reflejar en la posibilidad de que se pierda mucho más empleo. Pueden ser alrededor de 200.000 empleos los que se pierdan en el corto plazo, teniendo en cuenta que el 7 % de las empresas del departamento han manifestado que está en riesgo de cerrar.
Los bloqueos se registran en varias zonas de la región. ¿Cuáles es la situación que se vive en el Valle del Cauca?
Tenemos unos puntos críticos bloqueados, como el acceso al suroccidente, al Cauca y Nariño. El acceso a Buenaventura, que es un puerto por el que se mueve más del 50 % de la carga de importación de Colombia, no solo afecta al Valle sino a todo el país, que no ha podido sacar carga. Varias navieras anunciaron que no podrán seguir prestando sus servicios mientras no se solucione el tema del puerto. Es muy preocupante.
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Para una empresa, especialmente pequeña hacer negocios de exportación es difícil porque pueden durar entre seis meses y un año. Se están perdiendo esos negocios porque no le pueden cumplir a los clientes. Todavía no se logra tener un control completo sobre el punto de Buga, que es un corredor muy importante porque da acceso al sur del departamento, a Cali, al interior del país y al puerto de Buenaventura.
Muchas empresas están afectadas y nos preocupa que esta crisis afecta a las empresas más pequeñas que no tienen capital, capacidad de financiamiento, y a las personas más vulnerables, que con el aumento en los precios de algunos productos básicos les queda muy difícil y se pone en riesgo la seguridad alimentaria de la población.
¿En dónde es más crítica la situación?
Cali ha sido el epicentro de muchos actos de vandalismo, saqueos e incluso de quemas. Los bloqueos han sido generalizados, pero los cierres de vías más graves han sido Cali, Buenaventura, Yumbo, Buga y Cartago. En el Cauca y Valle del Cauca se han presentado problemas en granjas y fincas que han sido vandalizadas y saqueadas.
¿Se puede hablar de sectores más afectados que otros?
Todos los sectores se han visto afectados. Los sectores de construcción y turismo han sido los más afectados por el COVID-19 y ahora no pueden trabajar. Nuestra preocupación y la alerta que queremos hacer es sobre los sectores relacionados con la industria alimenticia, la salud y los medicamentos, porque son productos de primera necesidad. No es que sean los más afectados, sino que son prioritarios para la población.
También se han evidenciado problemas de materia prima, movilidad de trabajadores, envío de productos, entre otros…
Por un lado, no llegan los trabajadores. Por otro, no llegan las materias primas y no se puede tener el producto terminado. Y lo que se logra tener no se puede movilizar. Es un bloqueo completo del aparato productivo. Hay muchos ejemplos: en la construcción, alrededor de 30.000 personas, solo en el Área Metropolitana, no han podido trabajar porque hay una parada de las obras.
¿Entonces los corredores humanitarios no han funcionado?
No. Tiene que haber una apertura total de la movilización del Valle del Cauca, porque es un departamento muy diverso. Muchos sectores económicos estaban tratando de recuperar el empleo y la dinámica, pero este proceso fue detenido de manera brusca.
¿Qué pide el Comité Intergremial y Empresarial, que agrupa a decenas de empresa, además de otros gremios de la producción en esa región?
Lo primero que queremos es que los diálogos entre el Gobierno y los organizadores lleguen a buen término y se rechacen los bloqueos, que son una forma de violencia, y cualquier acto de vandalismo y saqueo. Es importante que frenen esa violencia y permitan la movilización de personas y mercancía. Desde el sector empresarial estamos dispuestos a aportar para que todos los sectores de la sociedad participen en la construcción de soluciones conjuntas a las necesidades justificadas que tienen muchos sectores de la población y que es necesario atenderlas.
Mediante una carta ustedes le pidieron al Gobierno nuevos plazos para el pago de impuestos para aliviar los impactos que el paro nacional ha tenido sobre las compañías de la región…
A partir de la apertura sí podríamos hablar de la necesidad de medidas de choque. Las empresas ya no aguantan flujo de caja para atender muchas obligaciones de corte tributario. Es necesario un estímulo, apoyo o alivio rápido para aplazar o tener descuentos en esta materia y se requiere un plan de financiamiento especial para el suroccidente colombiano. Ya veníamos afectados por el COVID-19, muchas empresas no pudieron acceder a fuentes de financiamiento y las que sí, se van a encontrar en problemas.
Necesitamos un paquete para mejorar las condiciones financieras de las empresas y que no afecte su capacidad de endeudamiento más adelante. Hay empresas que quedaron sin capital porque les destruyeron sus locales. Son condiciones de difícil recuperación.
Adicional a las medidas que existen de apoyo, es necesario en nuestra región un subsidio más amplio y apoyo para el pago de seguridad social y nómina de los trabajadores porque no queremos que se pierdan más empleos con los bloqueos.
¿Cómo afectó el paro nacional el proceso de reactivación económica en el que venían las empresas de la región?
Veníamos en un proceso de reactivación económico lento. Ahora con el paro, que se ha concentrado en el suroccidente colombiano, la reactivación se detuvo y se acrecentaron los problemas de flujo de caja de las empresas. Si no venden, no producen, no pueden tener ingresos.
Si se levanta el paro, ¿cuáles serían sus propuestas para la reactivación económica?
Hay que hacer un buen trabajo para atender una necesidad sentida de los jóvenes, que son los que más se movilizan. Puede haber muchas necesidades, pero de fondo existe la necesidad de tener una fuente de empleo. Hay que hacer una articulación público-privada, para que los jóvenes puedan acceder a oportunidades de emprendimiento o empleo. También se deben entender las necesidades del sector productivo y, de esta manera, capacitar a muchos jóvenes para que puedan responder y tener oportunidad de empleo formal. Para que se den esas oportunidades, el sector productivo tiene que estar andando y existiendo las empresas para responder a las demandas que tiene la sociedad.
Otra propuesta complementaria es avanzar a otra etapa del COVID-19 para que no sean tan restrictivas las medidas de aislamiento y así muchos sectores se puedan reactivar.
¿Cómo leen el paro desde el Comité Intergremial?
Entendemos que el país ha venido arrastrando unos problemas estructurales, sociales, hay inequidad y eso no se puede desconocer. A raíz de la pandemia se acrecentaron las brechas de empleo juvenil, de género y se hicieron más evidentes problemas estructurales, creció la indignación e inconformidad de la gente. Pero esa indignación se debe trabajar en términos democráticos y de diálogo para encontrar soluciones conjuntas. Este paro, aunque tiene unas razones, se convirtió en una cosa diferente que raya en la delincuencia, en el vandalismo y afecta los derechos de los demás.
Además de los que ya ha mencionado, ¿qué otros impactos pueden generar los bloqueos en el sector empresarial?
Son muchos los impactos que no se pueden dimensionar. No queremos que se pierdan empleos, pero existe el riesgo, No queremos que se pierdan los negocios nacionales e internacionales. Hay un riesgo de que los clientes que no tengan abastecimiento de sus proveedores en el Valle del Cauca decidan conseguir otros proveedores en otros países. Muchas empresas van a quedar afectadas en su cadena productividad porque no tienen materia prima, no pueden producir y eso afecta su reactivación, que puede que no sea rápida.