Caída de reservas de hidrocarburos entreabre la puerta al “fracking”

Mientras las reservas petroleras se agotan y el país se ve abocado a ser de nuevo importador de hidrocarburos, la decisión respecto a los yacimientos no convencionales (YNC), lo que para el debate nacional se refiere al fracking, sigue pendiente.

Hay algunas cifras que buscan inclinar la balanza hacia la puesta en marcha de los primeros pilotos que recomiendan expertos en el tema: las reservas petroleras pasarían de los actuales siete años a 20 y las de gas llegarían a los 50 años. Para las regiones productoras las regalías serían de US$1.000 millones y habría por lo menos US$15.000 millones en exportaciones al año.

Tradicionalmente, este tipo de discusiones en el país toman años para concluir en una decisión. Cuando se llega a un consenso se alcanza a destiempo, piensan analistas reunidos en un foro sobre el fracking organizado por el diario La República. Según la ministra de Minas, María Fernanda Suárez, el país terminaría no desarrollando su riqueza e importando gas del fracking de Estados Unidos o del gas de Venezuela. “Una decisión tan trascendental para Colombia no puede ser un debate de Twitter. Es muy poco serio que el debate termine en Twitter”, dijo la funcionaria.

Recordó que una de las recomendaciones de los expertos es hacer unos pilotos de investigación integral. En un evento en la Universidad Javeriana realizado hace pocos días, Suárez afirmó que el Gobierno seguirá las recomendaciones del comité de expertos convocados para analizar esta materia, quienes sugirieron cumplir ciertas condiciones antes de aventurarse a hacer pilotos, como mayores niveles de información y una capacidad institucional más robusta.

A juzgar por lo que dice la titular de la cartera energética, en el Gobierno se ha ido abriendo la puerta para que la industria petrolera del país reciba la nueva técnica, que elevaría considerablemente las reservas de hidrocarburos. Así no se pondría en riesgo la sostenibilidad fiscal del país, como lo advirtió el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), Francisco Lloreda.

Un jugador importante en el suministro de reservas petroleras es Ecopetrol. La empresa colombiana está en el partidor lista para arrancar con los pilotos de fracking. Su presidente, Felipe Bayón, mostró las zonas que pueden repotenciar las reservas gasíferas: en Ranchería (Cesar) hay unos 10 terapiés cúbicos; en el convulsionado Catatumbo, cerca de dos teras, y en el Valle Medio del Magdalena se estima que hay entre cuatro y 13 terapiés. En reservas de crudo se podría contar con un potencial de 7.000 millones de barriles.

El contralor general, Carlos Felipe Córdoba, reiteró que no se opone al fracking. Lo que cuestiona es que se hayan adjudicado algunos bloques sin que el país disponga de una línea base ambiental soportada técnicamente e insiste en la implementación de un piloto que permita conocer los riesgos y beneficios antes de hacer masiva la técnica de exploración y explotación hidráulica. Además cuestionó que el país estuviera listo para desarrollar un fracking responsable.

Según la Agencia de Información Energética de Estados Unidos, Colombia tendría no menos de 6.800 millones de barriles recuperables mediante el uso del facturamiento hidráulico, y se calcula que tendría 55 terapiés cúbicos de gas, recordó Córdoba. “Estamos ad portas de perder la autosuficiencia energética y combinar el conocimiento con ese riesgo de autosuficiencia energética es fundamental para que tomemos la vía correcta”, señaló María Fernanda Suárez.

Mientras las reservas petroleras se agotan y el país se ve abocado a ser de nuevo importador de hidrocarburos, la decisión respecto a los yacimientos no convencionales (YNC), lo que para el debate nacional se refiere al fracking, sigue pendiente.

Hay algunas cifras que buscan inclinar la balanza hacia la puesta en marcha de los primeros pilotos que recomiendan expertos en el tema: las reservas petroleras pasarían de los actuales siete años a 20 y las de gas llegarían a los 50 años. Para las regiones productoras las regalías serían de US$1.000 millones y habría por lo menos US$15.000 millones en exportaciones al año.

Tradicionalmente, este tipo de discusiones en el país toman años para concluir en una decisión. Cuando se llega a un consenso se alcanza a destiempo, piensan analistas reunidos en un foro sobre el fracking organizado por el diario La República. Según la ministra de Minas, María Fernanda Suárez, el país terminaría no desarrollando su riqueza e importando gas del fracking de Estados Unidos o del gas de Venezuela. “Una decisión tan trascendental para Colombia no puede ser un debate de Twitter. Es muy poco serio que el debate termine en Twitter”, dijo la funcionaria.

Recordó que una de las recomendaciones de los expertos es hacer unos pilotos de investigación integral. En un evento en la Universidad Javeriana realizado hace pocos días, Suárez afirmó que el Gobierno seguirá las recomendaciones del comité de expertos convocados para analizar esta materia, quienes sugirieron cumplir ciertas condiciones antes de aventurarse a hacer pilotos, como mayores niveles de información y una capacidad institucional más robusta.

A juzgar por lo que dice la titular de la cartera energética, en el Gobierno se ha ido abriendo la puerta para que la industria petrolera del país reciba la nueva técnica, que elevaría considerablemente las reservas de hidrocarburos. Así no se pondría en riesgo la sostenibilidad fiscal del país, como lo advirtió el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), Francisco Lloreda.

Un jugador importante en el suministro de reservas petroleras es Ecopetrol. La empresa colombiana está en el partidor lista para arrancar con los pilotos de fracking. Su presidente, Felipe Bayón, mostró las zonas que pueden repotenciar las reservas gasíferas: en Ranchería (Cesar) hay unos 10 terapiés cúbicos; en el convulsionado Catatumbo, cerca de dos teras, y en el Valle Medio del Magdalena se estima que hay entre cuatro y 13 terapiés. En reservas de crudo se podría contar con un potencial de 7.000 millones de barriles.

El contralor general, Carlos Felipe Córdoba, reiteró que no se opone al fracking. Lo que cuestiona es que se hayan adjudicado algunos bloques sin que el país disponga de una línea base ambiental soportada técnicamente e insiste en la implementación de un piloto que permita conocer los riesgos y beneficios antes de hacer masiva la técnica de exploración y explotación hidráulica. Además cuestionó que el país estuviera listo para desarrollar un fracking responsable.

Según la Agencia de Información Energética de Estados Unidos, Colombia tendría no menos de 6.800 millones de barriles recuperables mediante el uso del facturamiento hidráulico, y se calcula que tendría 55 terapiés cúbicos de gas, recordó Córdoba. “Estamos ad portas de perder la autosuficiencia energética y combinar el conocimiento con ese riesgo de autosuficiencia energética es fundamental para que tomemos la vía correcta”, señaló María Fernanda Suárez.