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Los ministros de Economía y Finanzas y los presidentes de los bancos centrales del G20 concluyeron su reunión de Riad con una declaración en la que se reconoce la preocupación para la economía mundial como consecuencia del coronavirus y la crisis climática, además de la fiscalidad digital.
Los responsables de economía del G20 insistieron en la necesidad de llegar a una solución sobre el régimen fiscal que se debe aplicar a los gigantes transnacionales tecnológicos, en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y de ayudar a los países en la transformación tecnológica.
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Del coronavirus a la crisis climática
Los países del G20 no pudieron abstraerse de los efectos que el coronavirus puede tener para la economía mundial y señalaron que "el crecimiento económico global sigue lento y los riesgos de inconvenientes continúan, incluyendo los derivados de las tensiones geopolíticas y comerciales y de la incertidumbre política".
En ese sentido manifestaron su apoyo a aumentar "el monitoreo del riesgo global incluyendo el reciente brote de COVID-19" y dijeron estar listos para adoptar más "acciones para resolver estos riesgos", afirmaron en la declaración.
El G20 incluyó por primera vez en un comunicado de este tipo de reuniones los riesgos que acarrea el cambio calimático, señalando que el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) examina "las implicaciones para la estabilidad financiera" de ese fenómeno.
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Fiscalidad digital
Además, en la declaración se hizo un elogio del "reciente progreso realizado en solucionar los desafíos impositivos que surgen de la digitalización de la economía" y apoyó el boceto del Enfoque Unificado del Pilar I, referido al modo de asignar los beneficios de las empresas digitales a una jurisdicción para que paguen impuestos.
Los países también destacaron el "avance" en el Pilar II (el referido al nivel mínimo de impuestos que deberían pagar las multinacionales en todos los países para garantizar que no trasladan beneficios a otras jurisdicciones) como base de las negociaciones.
Ambos avances fueron acordados en el marco de la iniciativa BEPS para la evasión de impuestos por parte de las multinacionales del G20-OCDE.
"Llamamos a hacer más progresos en ambos pilares para superar las diferencias que quedan y reafirmamos nuestro compromiso para alcanzar una solución de consenso con el reporte final que debe cumplirse para finales de 2020", señalaron.
Mercados emergentes, inclusión y tareas
Asimismo destacaron la importancia de acelerar los esfuerzos para el desarrollo de mercados de capital nacionales como apoyo al crecimiento y para conseguir resistencia financiera e inclusión.
Y reiteraron su compromiso en la identificación, vigilancia y en la medida en que sea necesario solucionar vulnerabilidades y riesgos emergentes para la estabilidad financiera, incluyendo los relacionados con la financiación no bancaria.
Por otra parte, reconocieron en el texto la necesidad de impulsar acuerdos para los pagos entre países para facilitar transferencias de bajo coste y más rápidas, incluyendo las remesas.
Las 20 economías más grandes hicieron mención a los mercados de bonos en economías emergentes y a los esfuerzos en mercados de capital nacionales, especialmente en mercados emergentes, teniendo en cuenta las circunstancias específicas de cada país.
Entre las tareas que dejaron asignadas los países del G20 está que el Grupo del Marco de Trabajo informe sobre las opciones de políticas para impulsar lo que se ha denominado "oportunidades para todos".
También llamaron a desarrollar la agenda de la "Infra-Tech" o infraestructura tecnológica, "con el objetivo de aprovechar los beneficios de la tecnología y producir elementos eficientes, conectados, automatizados, resistentes y ágiles.