¿Casa propia o en arriendo?: Así está la tenencia de vivienda en Colombia
La Encuesta de Calidad de Vida del DANE dio a conocer las condiciones en las que los colombianos habitan sus viviendas. Dos de cada diez personas en el país viven en inmuebles con deficiencias.
Este miércoles el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) publicó los resultados de su Encuesta de Calidad de Vida (con referencia al año 2023). Entre los múltiples datos aportados, resaltan los que tienen que ver con las condiciones en las que los colombianos habitan sus viviendas.
Según lo informado, el 40,3 % de los hogares habita mediante la modalidad de arriendo o subarriendo. Esto se traduce en un repunte de 4,6 puntos porcentuales frente a la cifra consolidada en 2019.
El 35 % vive en una casa propia totalmente pagada, el 14,5 % habita con permiso del propietario sin que exista un pago; el 4,1 % vive en una casa propia que la está pagando; el 3,4 % vive en un terreno sin título (ocupante de hecho) y el 2,5 % en un inmueble que es de propiedad colectiva.
Lea también: Lo que dicen las cifras del DANE sobre la calidad de vida de los colombianos
Al analizar la composición de los hogares se encuentra que la condición de arrendatarios predomina en los que son monoparentales y unipersonales, mientras que la de propietarios en los hogares biparentales (padre y madre, con o sin hijos).
En 2023, un 28,9 % de los hogares vivió en un inmueble con deficiencias habitacionales. El 6,8 % experimentó deficiencias cuantitativas, es decir, con deficiencias estructurales o de espacio que demandan una ampliación y que conllevan a una cohabitación (varios núcleos familiares compartiendo el mismo espacio), o hacinamiento no mitigable (familias que se ven obligadas a que tres personas o más compartan una misma habitación).
Un 22,1 % experimentó lo que se conoce como déficit cualitativo, es decir, deficiencias no estructurales que son susceptibles a mejoras como, hacinamiento, el material de los pisos, condiciones de la cocina, acceso a agua para cocinar, servicio de alcantarillado, energía y recolección de basuras.
Sobre esto último hay que decir que tanto el déficit cuantitativo como el cualitativo ha experimentado reducciones en los últimos años. Para el caso del primero se pasó de registrar una tasa del 32,8 % en 2010 a la ya mencionada 28,9 %; mientras que para el segundo se pasó del 24,6 % al 22,1 %.
Las regiones en donde se experimentan mayores niveles de déficit habitacional son Vichada, Guainía, Vaupés, Amazonas y Chocó en donde el rango alcanza niveles tan altos como el 79 % o más.
Los mayores problemas que experimentan los hogares colombianos en el entorno en donde están sus viviendas son la presencia de insectos y roedores (53 %), ruidos molestos provenientes del exterior (42,1 %), presencia de basuras en las calles (41,8 %), malos olores provenientes del exterior (40,9 %) y presencia de animales que causan molestias (39 %).
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Este miércoles el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) publicó los resultados de su Encuesta de Calidad de Vida (con referencia al año 2023). Entre los múltiples datos aportados, resaltan los que tienen que ver con las condiciones en las que los colombianos habitan sus viviendas.
Según lo informado, el 40,3 % de los hogares habita mediante la modalidad de arriendo o subarriendo. Esto se traduce en un repunte de 4,6 puntos porcentuales frente a la cifra consolidada en 2019.
El 35 % vive en una casa propia totalmente pagada, el 14,5 % habita con permiso del propietario sin que exista un pago; el 4,1 % vive en una casa propia que la está pagando; el 3,4 % vive en un terreno sin título (ocupante de hecho) y el 2,5 % en un inmueble que es de propiedad colectiva.
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Al analizar la composición de los hogares se encuentra que la condición de arrendatarios predomina en los que son monoparentales y unipersonales, mientras que la de propietarios en los hogares biparentales (padre y madre, con o sin hijos).
En 2023, un 28,9 % de los hogares vivió en un inmueble con deficiencias habitacionales. El 6,8 % experimentó deficiencias cuantitativas, es decir, con deficiencias estructurales o de espacio que demandan una ampliación y que conllevan a una cohabitación (varios núcleos familiares compartiendo el mismo espacio), o hacinamiento no mitigable (familias que se ven obligadas a que tres personas o más compartan una misma habitación).
Un 22,1 % experimentó lo que se conoce como déficit cualitativo, es decir, deficiencias no estructurales que son susceptibles a mejoras como, hacinamiento, el material de los pisos, condiciones de la cocina, acceso a agua para cocinar, servicio de alcantarillado, energía y recolección de basuras.
Sobre esto último hay que decir que tanto el déficit cuantitativo como el cualitativo ha experimentado reducciones en los últimos años. Para el caso del primero se pasó de registrar una tasa del 32,8 % en 2010 a la ya mencionada 28,9 %; mientras que para el segundo se pasó del 24,6 % al 22,1 %.
Las regiones en donde se experimentan mayores niveles de déficit habitacional son Vichada, Guainía, Vaupés, Amazonas y Chocó en donde el rango alcanza niveles tan altos como el 79 % o más.
Los mayores problemas que experimentan los hogares colombianos en el entorno en donde están sus viviendas son la presencia de insectos y roedores (53 %), ruidos molestos provenientes del exterior (42,1 %), presencia de basuras en las calles (41,8 %), malos olores provenientes del exterior (40,9 %) y presencia de animales que causan molestias (39 %).
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