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Diana Chávez, mexicana, profesional en literatura inglesa y magíster en administración y relaciones internacionales, está sentada en su oficina en el norte de Bogotá recordando un discurso que el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, pronunció en la Cumbre Económica Mundial de Davos. Fue en enero de 1999, cuando Annan propuso un Pacto Mundial entre las empresas transnacionales y las Naciones Unidas. El objetivo: que dentro de sus planes de trabajo las compañías lideraran estrategias en materia de Derechos Humanos, normas laborales, medio ambiente y lucha contra la corrupción.
Ese pacto es la razón por la cual Chávez está desde hace dos meses en Colombia. Ella es la persona que está al frente del Centro Regional para América Latina, una corporación independiente que tiene como objetivo apoyar el Pacto Mundial de la ONU. Por ahora su sede es una oficina pequeñita en el mismo edificio de la Andi, pero la idea es que en unas semanas el Centro crezca y agrupe a las empresas de la región al rededor del tema de la responsabilidad social. El Centro fue fundado por diez compañías que quieren apoyar y promover la causa de la ONU en Latinoamérica, ocho de éstas colombianas (Alpina, Aviatur, Bavaria, Carbones del Cerrejón, Cementos Argos, Corona, ISA y Sociedades Bolívar). Las multinacionales Endesa y Telefónica completan el listado.
“¿Por qué Colombia es la sede? Porque la Cancillería nos hizo una invitación expresa y además los socios fundadores, que reconocen la importancia del Pacto Mundial, propusieron al país”, cuenta Chávez y explica además que en Colombia se está viviendo un momento importante en el tema de la responsabilidad social. “Aquí se está trabajando para expandir las redes hacia organizaciones de la sociedad civil y para sumar otros grupos de interés como los gobiernos locales. Incluso, se está viendo cómo a través de la empresa se puede contribuir a alcanzar la paz”.
Camilo Acero es jefe de responsabilidad social de Alpina, uno de los socios fundadores. Él explica que la compañía se unió al pacto y promovió la creación del Centro Regional porque “tienen un compromiso muy grande con la sostenibilidad”. Según Acero, “la marca Alpina es una promesa muy grande, y para poder cumplir con esa promesa es clave la sostenibilidad de la compañía y generar bienestar en todos nuestros actores de interés”. Luego, asegura que el Centro Regional es un espacio que les permitirá posibles alianzas y discutir temas que sean de interés paras toda la región.
En ese propósito también es reiterativa Diana Chávez, quien dice una y otra vez que el Centro permitirá alimentar el debate entre los participantes y crear estrategias de responsabilidad social en conjunto. Ella conoce bien el tema a nivel global, por eso asegura: “En América Latina estamos sentando las bases para una buena acción. Es un tema que ya está presente en el vocabulario de las empresas y de los actores estratégicos. La región está en un momento clave y tenemos que aprovechar a los actores que están surgiendo y sumar más a la causa”.