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Cerca de 27 millones de colombianos mejoraron sus ingresos: Andi

En el país se está construyendo “un nuevo y ancho estrato de nación, que por ingresos podríamos llamar clase media", dijo Luis Carlos Villegas.

El Espectador
15 de agosto de 2013 - 12:38 p. m.
Cerca de 27 millones de colombianos mejoraron sus ingresos: Andi
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En el país ha emergido una nueva clase que se encuentra en el umbral de la clase media tradicional, pero que aún no cumple los requisitos para ocupar ese lugar.

La explicación fue entregada por el presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas, en la instalación del congreso de los empresarios en Pereira.

Es una nueva Colombia que emerge para exigir y cada vez menos pacientemente; para protagonizar y no siempre organizadamente; para participar y no siempre espontáneamente; para tributar por primera vez, sin tolerancia con la corrupción”, dijo Villegas.

El dirigente gremial consideró que en el país se está construyendo “un nuevo y ancho estrato de nación, que por ingresos podríamos llamar clase media, pero que aún no llena los requisitos universales en acceso y calidad de su educación, o en la sostenibilidad de su prosperidad”.

Villegas explicó que son 27 millones de colombianos de mejores ingresos, angustias y aspiraciones.

“Aspiraciones, porque sus tendencias de consumo son cada vez más refinadas y sus reclamos a la política cada vez más claros. Angustias, porque en el umbral de esa nueva clase media están 15 millones de personas que no están dispuestas a volverse pobres otra vez”, dijo.

Para el presidente de la Andi, “en esta década y media, salieron de la pobreza 12 millones de colombianos”. Más que en Brasil o en China, comparativamente con la población.

Mejoras en los ingresos

En lo que se puede considerar como su última intervención al frente del más importante gremio de la producción, Luis Carlos Villegas recordó que en el pasado un colombiano necesitaba más de 75 salarios mínimos del año 2.000 para comprar un automóvil; actualmente lo adquiere con 40. Una motocicleta requería 10 salarios mínimos en ese año, y en la actualidad requiere de 5. El mercado automotriz pasó de 60.000 carros por año a 320.000, y de 57.000 motos a 600.000, dijo Villegas.

El dirigente gremial destacó que cuando despuntó el año 2000, se movilizaban 8.5 millones de pasajeros aéreos, y en 2013 se transportarán 25 millones de colombianos por avión.

“Y oigan esto: de 900.000 usuarios de internet hace una década, hoy contamos con 20 millones de conectados! Amén de más de un teléfono celular por habitante, que el 70 por ciento de los colombianos mayores de edad podría usar para su relación con el mercado financiero formal: 7 de cada diez mayores de 18 años tienen acceso a un producto del sistema bancario”, remarcó Villegas.

A manera de despedida, el presidente de la Andi, dijo que “a mi sucesor le corresponderá la ardua tarea de comparar estos logros, grandes sin duda, con otros horizontes: los del mundo desarrollado, con los promedios de la OCDE. Ser mejores que Argentina o que Costa Rica ya no será suficiente. Nuestro espejo será Polonia y después España. No debemos dejar que la coyuntura electoral impida ver los avances del país, y que caigamos en el síndrome de Nairo Quintana: en el resto del mundo confían más en nosotros, que nosotros mismos!”.
Pilares del cambio

 

Por qué ha sucedido esta revolución? se preguntó el saliente presidente de la Andi.

Básicamente las razones para esta revolución son cinco, destacó.

- La fortaleza de nuestra moneda, que ha propiciado mejor acceso a bienes durables y de capital, y a servicios antes inaccesibles para las clases populares. Requiere esta situación sin embargo, una permanente acción y atención de las autoridades económicas para no destruir la competitividad empresarial doméstica. Papel fundamental ha jugado el Banco de la República en estos años de estabilidad macroeconómica.

- La competitividad del sector privado para aumentar sus volúmenes de negocios, compitiendo cada vez más con el mundo entero, al que el consumidor, los productores e inversionistas se han vinculado estrechamente a través de los TLCs y de la política acertada de internacionalización colombiana.

- La mayor capacidad fiscal fruto de la explotación apenas inicial de nuestros recursos naturales no renovables, es decir, la renta petrolera y minera que hoy representa 35% más de capacidad de gasto social e inversión pública. Esta renta no sería hoy realidad, sin los niveles de seguridad con los que contamos gracias al esfuerzo de tres presidentes, Pastrana, Uribe y Santos, como jefes de la fuerza pública en cuatro períodos de gobierno.

- La buena política macroeconómica aplicada en nuestro país durante ya 15 años con continuidad y que nos ha permitido crecer sin interrupción a pesar de las crisis internacionales recurrentes.

- El cambio favorable en la balanza entre nuestra sociedad y el crimen organizado, especialmente el narcotráfico, objetivo que debe ser permanente.

Ya el país hizo lo más duro: dejar de ser mayoritariamente pobre, y empezar a modificar su desigualdad de manera tangible. Viene algo no menos difícil: garantizarle su permanente progreso, a los 7 millones de pobres, especialmente rurales, que ascenderán de aquí a 2020; y a los más vulnerables de la clase media, 15 millones de colombianos, que todos los factores que convergieron en su mejoría, permanecerán durante dos generaciones más: la buena economía, la creciente renta petrolera y minera, la estabilidad fiscal y cambiaria y un sector privado competitivo y abierto. Todos estos factores dentro de una férrea voluntad de derrotar al crimen organizado, y en un contexto de seguridad ciudadana y, ojalá, de paz.

La convergencia entre la calidad de vida urbana y la rural, se impone en este escenario de país desarrollado.

Si el país reflexiona y se consolida en esa dirección, nuestro papel de potencia regional estará asegurado y podremos ser ejemplo de estabilidad y progreso. Si no, si caemos en los populismos o en falsas rectificaciones económicas o en radicalismos sociales, ambientales o políticos, vayamos poniendo la barba en remojo.
 

Por El Espectador

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