China advierte a EEUU que no habrá tregua comercial si persisten los aranceles
El régimen comunista denunció este "giro" de Washington y amenazó con tomar "medidas firmes" para proteger sus intereses.
AFP
China advirtió este domingo a la administración del presidente Donald Trump que no habrá ningún acuerdo comercial entre ambos si Estados Unidos sigue aplicando aranceles a sus productos.
"Si Estados Unidos introduce sanciones comerciales, incluyendo el aumento de sus derechos de aduana, entonces los frutos de las negociaciones comerciales y económicas [entre ambos países] no tendrán efecto", dijo la agencia oficial Xinhua coincidiendo con la visita a Pekín del secretario estadounidense de Comercio, Wilbur Ross.
En el mismo sentido, los países aliados de Washington denunciaron el sábado en una cumbre del G7 Finanzas en Whistler (Canadá) la política comercial agresiva de Estados Unidos.
La reunión del G7 se terminó el sábado sin declaración común, en un contexto de críticas a Estados Unidos por parte de sus socios por la decisión de Trump de imponer aranceles al acero y al aluminio procedentes de la Unión Europea, Canadá y México.
El G7 fue "tenso y difícil", dijo el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, asegurando que en realidad fue un "G6 + 1", en el que Estados Unidos iba "solo contra todos, con el riesgo de desestabilización económica del planeta".
La Unión Europea y Canadá ya han llevado los aranceles de Trump ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) mientras que México adoptó medidas de represalia contra los productos estadounidenses.
Con China, la administración Trump opta por ir cambiando de estrategia.
Así, en las últimas semanas ambas potencias parecían haber firmado una tregua comercial. Pero el pasado martes Washington volvió a amenazar con imponer aranceles a productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares anuales.
El régimen comunista denunció este "giro" de Washington y amenazó con tomar "medidas firmes" para proteger sus intereses.
En este contexto de tensión, el secretario de Comercio Wilbur Ross visitó este sábado y domingo China para retomar las negociaciones.
Ross calificó este domingo ante la prensa de "amistosas y francas" las negociaciones con el vice primer ministro chino, Liu He, muy cercano al presidente Xi Jinping y principal responsable de la política económica del país.
Tras las reuniones, Liu, citado por la agencia Xinhua, se felicitó de los avances "positivos y concretos", todavía por confirmar, en sectores como la energía y la agricultura.
Pero en paralelo el gobierno advirtió a través de Xinhua que las negociaciones "parten del principio que ambas partes no tienen que atacarse por la retaguardia ni hacerse una guerra comercial".
Estados Unidos pide que China abra más su mercado con el objetivo de reducir el enorme déficit comercial entre ambas economías en 200.000 millones de dólares anuales (en 2017 el déficit fue de 375.000 millones a favor de China), una cifra que Pekín considera "irreal".
Trump denuncia con frecuencia las prácticas comerciales "desleales" de China, que pone barreras a las inversiones y "obliga" a las compañías extranjeras a transferirles tecnología.
Por esto Estados Unidos pide a China "cambios estructurales", aseguró el sábado el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, en la reunión del G7 Finanzas.
"Si hay cambios estructurales que garanticen a nuestras empresas una competencia libre [en China], esto tendrá un efecto en el déficit comercial", aseguró.
China advirtió este domingo a la administración del presidente Donald Trump que no habrá ningún acuerdo comercial entre ambos si Estados Unidos sigue aplicando aranceles a sus productos.
"Si Estados Unidos introduce sanciones comerciales, incluyendo el aumento de sus derechos de aduana, entonces los frutos de las negociaciones comerciales y económicas [entre ambos países] no tendrán efecto", dijo la agencia oficial Xinhua coincidiendo con la visita a Pekín del secretario estadounidense de Comercio, Wilbur Ross.
En el mismo sentido, los países aliados de Washington denunciaron el sábado en una cumbre del G7 Finanzas en Whistler (Canadá) la política comercial agresiva de Estados Unidos.
La reunión del G7 se terminó el sábado sin declaración común, en un contexto de críticas a Estados Unidos por parte de sus socios por la decisión de Trump de imponer aranceles al acero y al aluminio procedentes de la Unión Europea, Canadá y México.
El G7 fue "tenso y difícil", dijo el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, asegurando que en realidad fue un "G6 + 1", en el que Estados Unidos iba "solo contra todos, con el riesgo de desestabilización económica del planeta".
La Unión Europea y Canadá ya han llevado los aranceles de Trump ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) mientras que México adoptó medidas de represalia contra los productos estadounidenses.
Con China, la administración Trump opta por ir cambiando de estrategia.
Así, en las últimas semanas ambas potencias parecían haber firmado una tregua comercial. Pero el pasado martes Washington volvió a amenazar con imponer aranceles a productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares anuales.
El régimen comunista denunció este "giro" de Washington y amenazó con tomar "medidas firmes" para proteger sus intereses.
En este contexto de tensión, el secretario de Comercio Wilbur Ross visitó este sábado y domingo China para retomar las negociaciones.
Ross calificó este domingo ante la prensa de "amistosas y francas" las negociaciones con el vice primer ministro chino, Liu He, muy cercano al presidente Xi Jinping y principal responsable de la política económica del país.
Tras las reuniones, Liu, citado por la agencia Xinhua, se felicitó de los avances "positivos y concretos", todavía por confirmar, en sectores como la energía y la agricultura.
Pero en paralelo el gobierno advirtió a través de Xinhua que las negociaciones "parten del principio que ambas partes no tienen que atacarse por la retaguardia ni hacerse una guerra comercial".
Estados Unidos pide que China abra más su mercado con el objetivo de reducir el enorme déficit comercial entre ambas economías en 200.000 millones de dólares anuales (en 2017 el déficit fue de 375.000 millones a favor de China), una cifra que Pekín considera "irreal".
Trump denuncia con frecuencia las prácticas comerciales "desleales" de China, que pone barreras a las inversiones y "obliga" a las compañías extranjeras a transferirles tecnología.
Por esto Estados Unidos pide a China "cambios estructurales", aseguró el sábado el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, en la reunión del G7 Finanzas.
"Si hay cambios estructurales que garanticen a nuestras empresas una competencia libre [en China], esto tendrá un efecto en el déficit comercial", aseguró.