China no es como lo pintan
Mauricio Cárdenas advierte sobre inconvenientes en la relación con ese país.
Luis Fernando Gutiérrez A.
Las campanas se echaron al vuelo cuando se conoció que las exportaciones colombianas a China crecieron 490% en el primer bimestre del este año, comparado con el mismo período de 2009, según estadísticas del DANE, que las situaron en US$396,8 millones.
Pero Mauricio Cárdenas, director de la Iniciativa para América Latina de Brookings, llama la atención sobre inconvenientes en los vínculos con el país asiático.
¿Cómo ve las relaciones comerciales con China?
En Colombia no hemos tomado conciencia de que la situación en el país y en América Latina ha estado bien en los últimos años por el desempeño de China. Pero esa situación esconde dos realidades. El crecimiento chino algunos lo califican como insostenible por una gran expansión del crédito, lo cual ha generado una burbuja de precios, incluyendo la finca raíz, pero con incrementos en la morosidad y la cartera vencida; en algún momento tendrán que frenar esa situación y el crecimiento puede tener un retroceso.
¿Cómo nos afectaría?
Bajarán los precios de los productos que exportamos. Quiere decir que el entorno internacional no luce muy positivo, no sólo porque EE.UU. esté emproblemado y le será difícil retomar un crecimiento alto, sino porque de Asia pueden venir malas noticias en dos años.
Frente a esta situación, ¿qué puede hacer Colombia?
Es claro que nuestro mercado externo tiene problemas, Venezuela, EE.UU., lo que comento de China. Por ello hay que estimular la demanda doméstica. Llevamos 15 años poniendo mucho empeño en impulsar las exportaciones, eso es importante, pero ahora tenemos que balancear la ecuación y pensar qué necesitamos para integrar más nuestro mercado doméstico, para expandir más la clase media en Colombia y que el consumidor tenga mayor capacidad adquisitiva.
¿Cómo hacerlo?
No sobre la base del crédito sino con capacidad de ingresos, lo que significa menos desempleo. Para ello, la vivienda y la infraestructura son buenas estrategias.
¿Y el segundo tema de China?
Es la revaluación de la moneda. En Colombia nos hemos preocupado mucho por la apreciación de nuestra moneda, es un fenómeno que se presenta en todos los países adonde entran capitales, porque hay confianza. El problema es que en China, donde los excedentes son mayores, en relación con el tamaño de su economía, la moneda no se revalúa porque la manipulan. La situación de Colombia sería distinta si China revalúa, así nosotros no perderíamos competitividad por cuenta de nuestra revaluación. Las importaciones de productos chinos no serían fuente de inconvenientes. Hay que decir con fuerza que el problema no es la revaluación, sino la manipulación de la moneda china.
¿Por qué no se ha hecho?
Por la dependencia de lo que se le vende a ese país y nadie quiere casar peleas con ellos. Nosotros, sin ser conscientes de esto, hablo como latinoamericano, al volver a montarnos en un tema de desarrollo de productos básicos hemos creado una nueva dependencia: se llama China y esta nación va a aprovechar esta dependencia para inundarnos con sus manufacturas, sin que podamos hacer nada. Argentina trató de frenar las importaciones manufactureras de China, con medidas compensatorias frente al dumping y recibieron una amenaza, que les van a dejar de comprar aceite de soya.
Las campanas se echaron al vuelo cuando se conoció que las exportaciones colombianas a China crecieron 490% en el primer bimestre del este año, comparado con el mismo período de 2009, según estadísticas del DANE, que las situaron en US$396,8 millones.
Pero Mauricio Cárdenas, director de la Iniciativa para América Latina de Brookings, llama la atención sobre inconvenientes en los vínculos con el país asiático.
¿Cómo ve las relaciones comerciales con China?
En Colombia no hemos tomado conciencia de que la situación en el país y en América Latina ha estado bien en los últimos años por el desempeño de China. Pero esa situación esconde dos realidades. El crecimiento chino algunos lo califican como insostenible por una gran expansión del crédito, lo cual ha generado una burbuja de precios, incluyendo la finca raíz, pero con incrementos en la morosidad y la cartera vencida; en algún momento tendrán que frenar esa situación y el crecimiento puede tener un retroceso.
¿Cómo nos afectaría?
Bajarán los precios de los productos que exportamos. Quiere decir que el entorno internacional no luce muy positivo, no sólo porque EE.UU. esté emproblemado y le será difícil retomar un crecimiento alto, sino porque de Asia pueden venir malas noticias en dos años.
Frente a esta situación, ¿qué puede hacer Colombia?
Es claro que nuestro mercado externo tiene problemas, Venezuela, EE.UU., lo que comento de China. Por ello hay que estimular la demanda doméstica. Llevamos 15 años poniendo mucho empeño en impulsar las exportaciones, eso es importante, pero ahora tenemos que balancear la ecuación y pensar qué necesitamos para integrar más nuestro mercado doméstico, para expandir más la clase media en Colombia y que el consumidor tenga mayor capacidad adquisitiva.
¿Cómo hacerlo?
No sobre la base del crédito sino con capacidad de ingresos, lo que significa menos desempleo. Para ello, la vivienda y la infraestructura son buenas estrategias.
¿Y el segundo tema de China?
Es la revaluación de la moneda. En Colombia nos hemos preocupado mucho por la apreciación de nuestra moneda, es un fenómeno que se presenta en todos los países adonde entran capitales, porque hay confianza. El problema es que en China, donde los excedentes son mayores, en relación con el tamaño de su economía, la moneda no se revalúa porque la manipulan. La situación de Colombia sería distinta si China revalúa, así nosotros no perderíamos competitividad por cuenta de nuestra revaluación. Las importaciones de productos chinos no serían fuente de inconvenientes. Hay que decir con fuerza que el problema no es la revaluación, sino la manipulación de la moneda china.
¿Por qué no se ha hecho?
Por la dependencia de lo que se le vende a ese país y nadie quiere casar peleas con ellos. Nosotros, sin ser conscientes de esto, hablo como latinoamericano, al volver a montarnos en un tema de desarrollo de productos básicos hemos creado una nueva dependencia: se llama China y esta nación va a aprovechar esta dependencia para inundarnos con sus manufacturas, sin que podamos hacer nada. Argentina trató de frenar las importaciones manufactureras de China, con medidas compensatorias frente al dumping y recibieron una amenaza, que les van a dejar de comprar aceite de soya.