China no financiará centrales de carbón en el mundo: ¿qué cambia con la medida?
El presidente chino, Xi Jinping, anunció que su país no continuará alimentando financieramente la construcción de nuevas centrales eléctricas a base de carbón por fuera de territorio chino. Aunque la decisión es una buena señal a nivel global, algunos la califican de tardía y dudan de su efectividad para reducir drásticamente las emisiones globales.
China dejará de participar en la construcción de plantas eléctricas de carbón en el extranjero como parte de sus planes para combatir el cambio climático, dijo el presidente chino Xi Jinping durante su intervención en la asamblea de las Naciones Unidas, que se celebra en Nueva York.
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China dejará de participar en la construcción de plantas eléctricas de carbón en el extranjero como parte de sus planes para combatir el cambio climático, dijo el presidente chino Xi Jinping durante su intervención en la asamblea de las Naciones Unidas, que se celebra en Nueva York.
“Tenemos que acelerar la transición a una economía verde y baja en emisiones de carbono. China intensificará el apoyo a otros países en desarrollo en el desarrollo de energía verde y baja en carbono, y no construirá nuevos proyectos de energía a carbón en el extranjero”, dijo el mandatario durante su intervención.
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La frase es de particular importancia porque este país, a través del Banco de China (controlado por el Estado), es el mayor financiador de plantas de energía con base en carbón en el mundo.
Para 2050, según la organización End Coal, el gobierno chino planeaba financiar centrales para producir más de 56.000 megavatios de electricidad, principalmente en Asia y Oceanía. A modo de comparación, el siguiente financiador en la lista (Corea del Sur) tenía un horizonte de producción de 7.800 megavatios en el mismo horizonte de tiempo.
Más del 70 % de todas las plantas de carbón construidas actualmente dependen de la financiación china. Pero llama la atención que en el primer semestre de este año, por primera vez desde 2013, no hubo financiación de este país a centrales eléctricas de este tipo.
La medida sólo afectará las construcciones en el exterior, pues en territorio chino se sigue invirtiendo en plantas de carbón y añadiendo capacidad eléctrica por esta vía año tras año, lo que complica los esfuerzos climáticos.
China es uno de los principales consumidores de carbón en el mundo (y uno de los compradores claves de las exportaciones colombianas de este mineral, valga la pena decirlo). El país depende mucho de este combustible. En 2020, añadió 38,4 GigaWatts (GW) de energía fruto del carbón, tres veces la capacidad instalada ese año en otros países, según cifras de la organización estadounidense Global Energy Monitor (GEM).
El anuncio de esta semana se produce un año después de que Xi sorprendiera a los líderes mundiales al comprometerse a hacer que China sea neutral en carbono para 2060 después de alcanzar el pico de emisiones hacia fines de la década. El líder chino ha estado bajo presión para respaldar esa promesa con objetivos concretos a corto plazo antes de las conversaciones sobre el clima mundial, conocidas como COP26, que se celebrarán en Glasgow, Escocia, en noviembre.
Como la nación más poblada del mundo y el principal emisor de gases de efecto invernadero, China puede hacer más que cualquier otro país para ayudar al planeta a evitar los peores efectos del cambio climático. John Kerry, enviado especial de EE.UU. para el cambio climático, y Alok Sharma, contacto del Reino Unido para la COP, visitaron China en las últimas semanas en busca de nuevos compromisos ecológicos. China ha argumentado que las naciones desarrolladas deben hacer más para reducir su propia contaminación, mientras recaudan más fondos para ayudar a los países más pobres a descarbonizar.
Sin embargo, China todavía está en el proceso de desarrollar una hoja de ruta oficial para alcanzar las cero las emisiones netas. El plan de la nación para los próximos cinco años pretende reducir las emisiones de carbono por unidad de producto interno bruto en un 18% hasta 2025 y reducir el uso de energía por unidad del PIB en un 13,5%. También incluyó planes para impulsar los combustibles no fósiles al 20% del uso de energía para entonces.
A pesar de que tiene el compromiso de recortar su consumo de carbón para 2026, “no hay límite en cuanto a las emisiones chinas antes de reducirlas”, según le dijo a la AFP Yuan Jiahai, de la universidad de Electricidad del norte de China, en Pekín. Jiahai lo dice tajantemente: “O sea, puede contaminar todo lo que quiera antes del plazo límite”.
Ahora bien, vale la pena aclarar que los otros grandes financiadores de centrales eléctricas con carbón (Corea del Sur y Japón) ya habían anunciado que cerrarían el grifo del dinero hacia estos proyectos a finales del año pasado. En el top 3 de esta lista, China fue el último jugador en subirse a bordo de ese bus, aunque, como ya se dijo, sigue siendo el peso pesado en ese escenario.
A pesar del anuncio chino, algunos no están convencidos sobre el impacto real que la medida tendrá en la generación de nuevas emisiones en un momento clave de la crisis climática global.
Por ejemplo, hay dos preguntas críticas que no han sido resueltas: ¿Desde cuándo se aplicará la medida? ¿Está pensada para bloquear solamente inversiones de bancos públicos o también de privados?
De acuerdo con cálculos de organizaciones ambientales, en los últimos dos años, fue la banca privada japonesa la mayor financiadora de centrales de carbón en economías en desarrollo.
“China pasa lentamente de una era (...) en que privilegiaba recaudar dinero y ahora se mueve para mejorar la calidad de sus proyectos”, dijo Li Shuo, de Greenpeace China a la agencia AFP.
En Colombia, según análisis de la propia industria y las autoridades del sector resulta estratégico ajustar el foco de esta actividad hacia productos como el oro, níquel o cobre, debido, entre otros factores, al futuro sombrío del carbón: según la Agencia Internacional de Energía, la demanda mundial de este producto muestra un estancamiento a futuro, después de haber registrado el peor descenso en medio siglo en 2020 (por cuenta de la pandemia, claro está).
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Y toda esta conversación se enmarca en la crisis climática global, que representa la amenaza más grande para todas las especies que habitan el planeta, incluyendo al hombre y sus actividades económicas. De acuerdo con el más reciente informe del IPCC, “es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”. Una gran parte de esta influencia está relacionada con la extracción y el uso de combustibles fósiles y elementos de las industrias extractivas.
Es en esta discusión que han ganado relevancia términos como transición energética, descarbonización y economía verde. Colombia se comprometió a reducir en 51 % de sus emisiones para 2030.