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Este lunes, el tribunal de arbitramento que estudiaba la demanda de la concesión a cargo de la vía Bogotá-Villavicencio, Coviandes (a través de la empresa Coninvial), contra Gisaico, la empresa que diseñó y construyó el viaducto de Chirajara, negó que el constructor fuera responsable del desplome de la estructura. El viaducto se cayó mientras estaba en construcción, hecho que cobró la vida de nueve personas el 15 de enero de 2018.
Los árbitros resolvieron que "no está probado en el expediente que el error de diseño haya sido la única causa del desplome de la pila B". También aseguraron que no existe prueba de que se haya presentado un caso fortuito o fuerza mayor a la cual se atribuyan los hechos.
Sin embargo, el fallo tampoco exime del todo al constructor (Gisaico). Para decirlo de una forma simple: el tribunal determinó que sí hay errores en el diseño y el proceso constructivo del viaducto de Chirajara. Pero estas fallas, con la evidencia de la que dispuso el tribunal, no son suficientes para determinar que el puente se cayó por estas razones.
El tribunal también afirmó que en las pruebas tampoco encontró evidencia de que hubiera problemas en la cimentación de la estructura o en el suelo que la soporta, que era la hipótesis de Gisaico (y ambos asuntos son responsabilidad de Coviandes).
"Se encuentra probado efectivamente una deficiencia en el diseño del Puente Chirajara. La prueba técnica mostró que el diseño no fue idóneo y no ofreció ni la resistencia ni la seguridad requeridas, además de coincidir en que esta deficiencia estaba en la falta de refuerzo necesario para la conexión de la parte media del diamante, conformada por la losa cabezal, los brazos inferiores y el tabique o diafragma pantalla", se lee en el laudo de más de 300 páginas.
Los tres árbitros agregaron: "Igualmente, se encuentra probada también una desatención del proceso constructivo, pues de conformidad con la evaluación de las pruebas técnicas, las actividades de hormigonado de la estructura presentaron errores que pudieron incidir en el deslizamiento de los refuerzos del tabique, los cuales, en consecuencia, se encontraban en una situación crítica de adherencia".
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Si bien el tribunal terminó y liquidó el contrato que celebraron las dos partes en abril de 2016, también obligó a Gisaico a pagar más de $6.000 millones como indemnización por los perjuicios ocasionados a Coninvial, porque el acuerdo obligaba a entregar el puente a más tardar el 28 de febrero de 2018.
La conclusión del tribunal fue: "En tanto que sí se encontró probado que el diseño tuvo errores y existió una desatención en el proceso constructivo, lo que resultó en un incumplimiento de las obligaciones contractuales que tenía a su cargo Gisaico, a pesar de que no haya quedado establecido que los susodichos errores y desatenciones en el proceso constructivo hayan por sí solos ocasionado el colapso, situación que en todo caso no exonera a Gisaico de su responsabilidad".
El fallo fue proferido por los árbitros del Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá Juan Pablo Cárdenas Mejía, abogado de la Universidad del Rosario con especialización en derecho civil y comercial y experiencia en infraestructura, y César Negret Mosquera, abogado de la Universidad del Cauca experto en derecho administrativo y de infraestructura, junto a una serie de peritos que estudiaron la evidencia, incluidos ochos estudios que se han elaborado en Colombia y el extranjero sobre las razones del colapso.
Nuevo Chirajara sigue en veremos
El grupo francés Eiffage —el tercero más importante de Francia y el octavo en Europa—, en su alianza con la firma colombiana Puentes y Torones, fue seleccionado en octubre de 2018 como el encargado del diseño y la construcción del nuevo viaducto de Chirajara, en la vía Bogotá-Villavicencio, tras concluir el proceso de licitación privada de Coviandes.El consorcio Eiffage Puentes y Torones presentó una propuesta inicial de un puente atirantado de 446 metros de longitud, soportado por torres en forma de Y, con el que los vehículos pasarían 150 metros por encima de la quebrada Chirajara. El cronograma acordado proyectaba un plazo de 27 meses (cinco de solo estudios, tres de estudios y preconstrucción, y 19 de construcción) para poner el puente en servicio en febrero de 2021.
Para cumplir con esta fecha el proceso de construcción debía comenzar en mayo de 2019, pero a la fecha no han arrancado los trabajos, pues hay una discrepancia sobre la norma técnica aplicable al diseño del puente que no ha resuelto la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). A principios de este año el Gobierno autorizó que se hicieran unas perforaciones junto a las bases del viaducto para analizar las condiciones topográficas y de estabilidad de la zona, y establecer cuál es el mejor proceso constructivo para empezar la ejecución de las obras en marzo.
El Espectador pudo conocer que Eiffage Puentes y Torones y Coviandes están discutiendo un aplazamiento del contrato dados los retrasos en el cronograma, especialmente porque la firma colombofrancesa tiene equipos en la zona que no han podido utilizarse y que le generan costos.