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La regla apunta a déficit fiscales cada vez más estrechos y estaba destinada a fijar la carga de deuda de Colombia en una senda descendente. Sin embargo, la carga de deuda de la nación se ha elevado desde que se aprobó la ley en 2011.
Marc Hofstetter, un economista que formó parte de un comité que ayuda al panel que establece los objetivos de déficit, renunció el mes pasado y dijo que los vacíos en la regla fiscal la hacen “inútil”.
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El Gobierno ha considerado enviar un proyecto de ley al Congreso para enmendar la regla, aunque todavía no se ha tomado una decisión, dijo Juan Pablo Zárate, viceministro de Hacienda.
“La regla fiscal es muy buena como instrumento, pero ciertamente tiene muchas opciones de mejora”, señaló Zárate en una entrevista en su oficina en Bogotá. “Cuando uno habla con economistas que no están en el gobierno, informalmente yo creo que el consenso va creciendo de que la regla tiene muchas opciones de mejora”, agregó.
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La regla fiscal logró aumentar la confianza en Colombia y las agencias calificadoras elevaron la calificación del país a grado de inversión el año en que se aprobó. Junto con la reducción de los impuestos a las ganancias de los bonos que se produjo después, ayudó a atraer inversionistas extranjeros a la deuda local del Gobierno, con un aumento de las tenencias a aproximadamente una cuarta parte del total, desde menos del 4 % cuando se aprobó la ley.
También se suponía que reduciría la deuda de la nación y esto no ha sucedido. La deuda neta del Gobierno central aumentó al 50 % del producto interno bruto el año pasado, según el Gobierno, del 34 % al momento en que se aprobó la ley.
En su carta de renuncia al panel, Hofstetter, quien es catedrático de economía en la Universidad de los Andes en Bogotá, mencionó que el Gobierno puede superar fácilmente los límites utilizando maniobras contables.
“Quería mandar un mensaje que nos estamos engañando”, aseguró Hofstetter en una entrevista. “Como desde el año pasado se volvió complejo cumplir con ese número, lo que hizo el gobierno fue cumplirlo con otros mecanismos”.
Para lograr el objetivo de déficit fiscal del 2,2 % del PIB de este año, el Gobierno en 2019 cambió la forma en que mide sus ingresos para incluir las ganancias del banco central, que anteriormente no se incorporaron, dijo Hofstetter. La ganancia del banco el año pasado fue de $7,1 billones.
Zárate dijo que las prácticas contables cambian todo el tiempo y que el gobierno sigue las pautas del Fondo Monetario Internacional que permiten que se incluyan las ganancias del banco central al momento de calcular el déficit fiscal.
Munir Jalil, un economista de BTG Pactual en Colombia, contó que la regla fiscal podría pasar a enfocarse en la relación deuda/PIB en lugar del balance fiscal.
Según Hofstetter, el débil apoyo al Gobierno en el Congreso puede ser una razón para evitar que intente aprobar un proyecto de ley fiscal modificado. Incluso una regla fiscal modificada no será “a prueba de balas” si un Gobierno está decidido a eludirla.