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El profesor surcoreano Jaehak Lee vivió en Colombia durante un intercambio estudiantil en la Universidad Javeriana hace más de 25 años. Experto en temas de competitividad, líder y voz autorizada de los tanques de pensamiento, asegura que Colombia ha tenido avances importantes a nivel económico pero, muy en el fondo, considera que es el momento de que el país decida cuál es el sector productivo que quiere desarrollar para salir del rezago en el que se encuentra. No cree en la opinión pública, pues considera que los ciudadanos tienen opiniones demasiado inestables y cree que lo más adecuado es que los gobiernos tomen decisiones sobre el futuro de un país sin consultar y arriesgarse a equivocarse.
En Corea del Sur sacrificaron el sector agrario para invertir en otras aéreas de la economía. En Colombia estamos haciendo lo contrario, rescatándolo...
En los últimos siete años han duplicado su ingreso per cápita y aumentado el sueldo de los campesinos, pero no la productividad. En la medida en que aumenta el sueldo, los trabajadores gastan más, eso hace crecer la espuma de la economía, pero llegará el momento del receso económico, la espuma desaparecerá.
Hay que preguntarse si los productos del campo colombiano tienen niveles de competitividad en el mercado global o no, esa es la cuestión. El Gobierno debe subsidiarlos, porque aunque los campesinos los vendan, siempre van a tener un déficit.
¿Cuál es el camino?
Es muy difícil saberlo. Cuando aceptamos que nuestros productos agrícolas no iban a tener la competitividad, tomamos la decisión de sacrificarlos. En Colombia depende de decisiones políticas: sólo les interesa apoyar a los campesinos porque hay elecciones, por ejemplo. Entonces, sin pensar en una presión política, deben escoger un sector para desarrollar.
¿Se refiere a sacrificar los demás sectores?
Colombia no es Estados Unidos ni China, tiene recursos y mano de obra a gran escala limitados en todos los sectores y poco desarrollo tecnológico. Si quieren que su economía se base en la explotación de recursos naturales, depende mucho del mercado internacional. Por ejemplo, China está sufriendo porque no puede exportar esos recursos.
Cuando toman la decisión de sacrificar el agro, ¿cuál era el porcentaje de la población dedicada a esa actividad?
Más del 70% de la población vivía en el campo. Teníamos una dictadura militar y teníamos que salvar nuestra economía. El pueblo coreano aceptó la decisión del gobierno. Aunque había oposición política, muchos estudiantes salieron a marchar para manifestarse. Sin embargo, el gobierno siguió y pensaron que era la manera adecuada. Y aunque ahora tenemos un gobierno totalmente democratizado, seguimos pensando que esa es la manera de hacer las cosas.
¿Entonces dónde queda la participación de la gente en el futuro de un país?
Si hay popularismo y el presidente y los políticos sólo quieren escuchar al pueblo cuando quieren obtener los votos, entonces sólo habrá caos. No creo mucho en la opinión pública, porque la gente cambia lo que piensa cada minuto. Si alguien le ofrece un pedazo de pan y otro dos, las personas van a escuchar al que le ofrece dos. Es decir, la decisión política para el desarrollo del país no siempre sigue los gustos del pueblo, de vez en cuando hay que ignorar las voces de la gente, así no se sepa si la decisión es aprobada o no. En Corea la élite acertó en la decisión para el crecimiento económico.
Sería casi como vivir en una dictadura...
Pues nosotros para los 80 teníamos un dictador y aunque ya hemos cambiado de gobierno, nos mantenemos en el mismo rumbo. En los últimos diez años tuvimos gobiernos de izquierda y aún así continuamos en el mismo camino. Por ejemplo, los procesos para firmar tratados de libre comercio con Chile, Estados Unidos y Perú fueron firmados durante gobiernos de izquierda.
¿Hasta dónde llega la participación ciudadana entonces?
Hay elecciones generales y la gente siempre vota a favor de estas políticas. Los que no gustan de esa política de industria selectiva votan por los candidatos de izquierda. Lo curioso es que Corea del Sur sea partido de izquierda o de derecha, así se peleen y se odien, cuando hablamos de política industrial siempre llegan a la misma conclusión.
Sabemos que nuestra economía debe basarse en la exportación, si no exportamos será la caída. Hay que innovar constantemente. Aunque a muchos no les gusta esta idea, sabemos que tenemos recursos limitados porque somos un país muy pequeño. Es cuestión de sobrevivir.
¿Qué le interesa a Corea del Sur de un país como Colombia?
Nos interesan los recursos naturales que ustedes tienen, como el petróleo.
¿Qué pueden ofrecer ustedes a Colombia?
Transferencia tecnológica, nuestra experiencia, licencias tecnológicas, los podemos ayudar en el proceso productivo, enseñarles cómo agregar el valor a los productos.
En Colombia hay cierta tendencia a que los jóvenes no elijan las ingenieras o se interesen por el campo científico. ¿Cómo despertarles el interés?
Los jóvenes coreanos quieren ser médicos y no quieren ser ingenieros. Buscan trabajos seguros que les garanticen dinero. Nuestra situación es difícil, pero al mismo tiempo es fácil si se les ofrecen incentivos. Siempre un joven escoge el trabajo que le garantice estabilidad. El sueño es trabajar en grandes empresas, ya que el sueldo será mayor y estará en la élite. Si Colombia quiere innovar su tecnología, es importante la alianza publico-privada. El Gobierno debe establecer un centro de investigación científica y tecnológica y debe dar el fondo para que muchos jóvenes colombianos que tienen la capacidad de innovar puedan recibir un empleo permanente con sueldo, seguridad social y medicina.
¿Qué sector debería sacrificar Colombia y a cuál apostarle?
Hay que ofrecer todos los apoyos estatales a los sectores industriales que ustedes piensan que pueden tener compatibilidad en el mercado mundial. Hay que eliminar y dejar de apoyar los que no tengan capacidad de innovar.
Hay algo que hace parte del éxito de Corea, como que eliminó los impuestos de las industrias. A nivel empresarial, en Colombia se piensa que en la medida en que se paguen los impuestos el Estado podría financiar más sectores. ¿Qué opina?
En los años 60 y 70, para fortalecer la industria química y pesada les ofrecimos protección selectiva, préstamos diferenciales bancarios, pero hoy en día es imposible, es prohibido a nivel internacional. Aunque antes no pagaban impuestos, hoy todas las empresas pagan gravámenes por igual.
oguesguan@elespectador.com