Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El primer brote de fiebre aftosa que se presenta en el país en ocho años, registrado en Tame, Arauca, la semana pasada, tiene en alerta a ganaderos, entidades del Gobierno y países que comercian con Colombia. La pregunta que todos se hacen es cómo sucedió. En una reunión sostenida este martes en el Ministerio de Agricultura, uno de los principales temas de discusión fue la evidencia que indica que el brote en los animales sería consecuencia de contrabando entre Colombia y Venezuela.
De acuerdo con el mapa oficial de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el país vecino, junto con Surinam y partes de Brasil, está entre las zonas y naciones de Suramérica que no cuentan con el estatus libre de aftosa, una condición que Colombia tiene en suspenso, temporalmente, a causa de la aparición de ganado enfermo: siete animales en total. Las autoridades sanitarias nacionales confirmaron esta situación en la madrugada del pasado viernes.
A causa del brote, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) decretó cuarentena en el departamento de Arauca y en los municipios de Hato Corozal y Paz de Ariporo, en Casanare. “La medida implica la prohibición para el ingreso, salida y movilización de animales como bovinos, porcinos, caprinos, ovinos, bufalinos, llamas y alpacas, desde y hacia los territorios mencionados, por el riesgo de difusión de la fiebre aftosa en esta región”, explicó la autoridad sanitaria.
Luis Humberto Martínez, gerente del ICA, aclaró que, al cierre de esta edición, Ecuador, Panamá y Perú eran los países que, preventivamente, habían suspendido importaciones desde Colombia. Nuestro país envía productos lácteos y carnes procesadas, como embutidos, a Panamá; material genético a Ecuador y carne bovina a Perú, mercado que importó cerca de 200 toneladas en 2016. El funcionario agregó que el estatus libre de aftosa podría recuperarse en tres o cuatro meses.
Autoridades y productores han insistido en que la fiebre aftosa es una enfermedad que no afecta la salud humana. Sin embargo, es muy contagiosa y representa una amenaza para la productividad ganadera. Se puede transmitir a través del aire o la ropa, zapatos, pelo, etc., de quien tenga contacto con el ganado vulnerable. Los animales enfermos presentan ampollas en el hocico, las pezuñas o las ubres, por lo que pueden perder el apetito, sufrir de cojeras o dolor durante el ordeño.
Según el reporte de la OIE, el evento del virus en el país se inició el pasado 11 de junio, se confirmó el 23 y el ente internacional fue informado un día más tarde, por lo que emitió una alerta inmediata. El ICA anunció el sacrificio de casi 300 animales, sumando los del predio donde se presentaron los casos, más los de los vecinos. De acuerdo con el Instituto, inconsistencias en los inventarios del dueño del ganado son materia de investigación, por posible contrabando.
Mantener el país libre de fiebre aftosa ha sido quizá el objetivo frente al cual más se han unido los ganaderos. Por eso, los ciclos de vacunación contra la enfermedad son una de las principales inversiones, que se hacen con los recursos parafiscales aportados por los productores. Anualmente, se realizan dos ciclos. El primero de este año, precisamente, tuvo una afectación a causa del invierno, entre el 31 de mayo y el 14 de junio, de forma parcial en Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cundinamarca y Santander, y en la totalidad de los departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda.
El fondo que actualmente contiene los parafiscales ganaderos, la Cuenta Nacional de Carne y Leche, se encuentra en licitación, que se inició en septiembre pasado, pero que, tras varias observaciones y modificaciones al cronograma, fue descartada. El nuevo proceso, que no ha estado exento de críticas de diferentes gremios, arrancó en mayo.
La licitación fue consecuencia de que el Gobierno decidió no renovar desde el año pasado el contrato con la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), que venía administrando los recursos parafiscales, por ley, desde 1993. El Ministerio de Agricultura tomó la determinación luego de que el Fondo Nacional del Ganado, creado ese mismo año, entrara a reorganización -que concluyó en la liquidación-, por ser garante de las deudas por cerca de $70.000 millones que tenían los frigoríficos Friogán, que se fueron a liquidación judicial.
De acuerdo con José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, el Ministerio de Agricultura ha “minimizado” la gravedad del brote de aftosa. Para él, es una “pésima celebración de los 20 años del Programa de Erradicación de la Fiebre Aftosa el que por cuenta de un manejo irresponsable se pongan en riesgo dos décadas de trabajo y de aportes que ya pueden alcanzar $700.000 millones”.
Lafaurie, durante 2016, sostuvo que la no renovación del contrato de administración fue el resultado de una persecución política en su contra por no estar de acuerdo con el proceso de paz con las Farc. Con base en el último aplazamiento del cronograma de la licitación pública, el proceso se cerrará el 10 de julio y, el 15 de agosto, se conocerá el resultado de la selección del nuevo administrador de casi $70.000 millones anuales.