Según cifras de Fedesarrollo, el sector de infraestructura pasó de invertir $100 antes de la pandemia a $62 en la actualidad, una caída de 38 %.
Foto: Juan Camilo Ramírez - Gobernación de Antioquia
Si la economía fuera un cuerpo humano, la infraestructura podría verse como parte del sistema circulatorio: sin ella, las regiones no se comunican, el comercio no fluye y las ciudades colapsan. Sin embargo, en un momento en el que las grandes obras de infraestructura prometen reactivar la economía, las grietas en carreteras, los retos en licenciamiento y trabajo con las comunidades, además de los sobrecostos, parecen ser la constante de un sector que, en medio de obstáculos, busca ser motor clave de desarrollo.
Con una inversión proyectada de...
Por Alejandro Rodríguez Torres
Comunicador social y periodista apasionado por el mundo digital y la edición multimedia. Desde mayo de 2024 escribe en la sección Negocios sobre infraestructura y transporte. Le encanta la literatura y debatir hasta agotar las ideas.@alejandrorodtarodriguezt@elespectador.com