Con 'corrientazo' y mascotas, así es la nueva canasta familiar en Colombia
El director del DANE analiza cómo ha evolucionado el consumo y el gasto de los hogares en Colombia y revela cuáles son los cambios que hoy tiene en cuenta la institución para elaborar este indicador, que sirve como base para medir la inflación, entre otros elementos.
Jorge Sáenz V. @jorges_v
Convertida casi en el eje central de la reforma tributaria que prepara el Gobierno, la canasta familiar es hoy la protagonista de la política fiscal del país. Colombia está a punto de estrenar una canasta que permitirá medir el gasto y patrón de consumo de los colombianos. Este indicador tiene 400 productos y servicios incorporados en la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares de 2016-2017, que define nuevos ponderadores para este escenario (el peso o la relevancia de los factores).
Lea también: ¿Devolver el IVA?: una propuesta viable, pero inconveniente
Juan Daniel Oviedo, el nuevo director del DANE, habla acerca de la nueva canasta familiar, base de la medición de la inflación y, con ella, de la política monetaria y fiscal del país.
¿Cómo se hace el análisis de la canasta familiar?
El IPC (Índice de Precios al Consumidor) sólo define una canasta familiar nacional, lo que cambia son los ponderadores según las condiciones de ingresos. Por ejemplo, los ingresos altos gastan más en arriendo porque toman predios más lujosos o gastan más en restaurantes y más en esparcimiento, tecnología y vacaciones, los ingresos bajos no tanto. En este momento Colombia tiene una canasta de bienes y tres clases de ponderadores: para ingresos bajos, medios e ingresos altos.
¿Estas tres clases de ponderadores se convierten en tres canastas?
Hay una general para el ciudadano colombiano promedio. Ese promedio se puede ver como compuesto de tres canastas en función de tres ponderadores, por eso siempre se ve en las discusiones de salarios mínimos o en los grandes debates en el Congreso que se analiza la inflación que enfrentan los pobres, porque esa es la que genera más inequidad. Por eso la gran discusión es si el IVA en la canasta familiar va o no va, porque el componente de alimentos en los ingresos bajos es más fuerte que en los ingresos altos. Hay tres posibles fuentes de una canasta promedio para todo el país en función de ingresos. Y también existe la posibilidad de que esa canasta nacional del hogar promedio se pueda ver en función del comportamiento de las ciudades. Lo que hace el DANE es poner en un canasto un grupo de objetos que son de diferentes tamaños para los ingresos bajos, medios y altos. O de diferente característica para ciudades de clima cálido o para las frías.
¿Ese tipo de canastas para los de ingresos altos qué le representa al DANE?
Ese tipo de canastas lo que está informando son las variaciones de bienes no transables como carros, equipos de sonido, computadores. Entonces la inflación de la clase alta no va a ser tan importante como la de los pobres. Eso es lo que trata de medir esos tres tipos de ponderadores de una sola canasta.
¿Cómo se manifiestan esos ponderadores en la nueva canasta familiar?
Colombia ha cambiado en 10 años. Un ejemplo particular es el grupo de artículos asociados con información y comunicaciones. Puedo mover los ponderadores dentro de ese grupo, como lo hizo el DANE el año pasado, incluyendo el servicio de datos por internet, pues tenemos que reconocer que toda la gente la usa. El DANE dice le voy a bajar a llamadas de larga distancia; ya nadie las hace porque está el celular y para las internacionales está un servicio como Skype. Entonces las llamadas de larga distancia nacionales e internacionales ya no tienen un impacto significativo sobre la canasta. Lo que hace el DANE es que analiza en los últimos 10 años el comportamiento de ese grupo: en 2008 tenía 20 puntos que le otorgaba, los quita y los pone en servicios de datos móviles. Si bien los cambios estructurales de la canasta familiar suceden cada 10 años, en el entretanto hay pequeños ajustes que se pueden hacer, como sucedió con la incorporación de las pantallas (de TV) planas, por ejemplo. En 2006-2007 tener una pantalla plana era el mayor lujo que se pudiera tener, ahora, con el reciente Mundial, creo que toda Colombia quedó equipada con pantallas planas.
¿Qué viene para la canasta familiar en 2018 y 2019?
Viene un cambio estructural de la canasta familiar que nos va a llevar a que tengamos una inflación con cambio de base. Ahora estamos viendo otros hogares que tienen mascotas, que en promedio 72 % de los hogares comen por fuera de la casa y otros que utilizan más intensivamente los datos móviles. Todas estas variaciones hacen que el ponderador cambie estructuralmente. Por ejemplo, hay hogares en donde el rubro más importante no es la comida, sino el arriendo o la cuota de la vivienda que habitan.
¿Qué novedades va a tener esa nueva canasta familiar?
En la encuesta de ingresos y gastos de 2006-2007, 42,3 % de los hogares decían que iban a comer a un restaurante, en 2016-2017 ese promedió subió a 72,7 %. En cine, hace 10 años, 3,4 % de los hogares iban a cine, 10 años después es el 7,3 %. Hace 10 años, 30 % de los hogares decían que sacaban de su bolsillo para pagar internet, ahora 70 % señala que lo hace.
¿Qué le llamó más la atención entre los nuevos hábitos o consumos de los colombianos?
Cuando vimos los resultados de la encuesta nacional de presupuesto de los hogares nos impactó el tema de restaurantes y de mascotas. El tamaño de los hogares promedio se ha reducido y casi siempre hay dos perceptores de ingresos en ese hogar: papá y mamá, que no siempre están comiendo en la casa; tienen que consumir corrientazo. Es decir, que el corrientazo va a tener una participación más importante dentro de la canasta familiar, porque mucha gente está gastando buena parte de su sueldo en este. Además, vamos a tener que incorporar un nuevo rubro dentro de la canasta: las mascotas.
¿Qué hay de las mascotas?
La tendencia cultural es darles derechos a las mascotas. Todos piensan que ya son un miembro de la familia y esto se ve dentro de los comportamientos. Hace 10 años, menos de un millón de hogares decían que gastaban en la comida (de la mascota) y para llevarla al veterinario. Ahora casi tres millones de hogares nos están diciendo que gastan en sus animales domésticos.
¿Qué otros cambios han detectado?
Hace 10 años, en la canasta promedio, 23 % de los gastos se iban para el arriendo o la cuota del crédito hipotecario; hoy esto es de 29 %, por los planes de masificación de la vivienda que lleva a que más gente tenga casa propia. Otro cambio importante está en el rubro de restaurantes y hoteles, antes sólo 16 % del sueldo de las personas se iba a este rubro, ahora es 19 %, lo que significa que hay unos cambios estructurales en los patrones de consumo en los cuales los ponderadores van a cambiar. Ya no les vamos a poder dar a los gastos de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles una participación de 23 % dentro de la canasta promedio, sino que será de 28,7%. Seguramente, va a ser entre 31 y 32 % para el colombiano de clase alta y 18 y 19 % para el de clase baja. Lo otro que vamos a hacer es que ya no se va a hablar de ingresos medios, bajos o altos, sino de clases sociales.
¿Cómo ha evolucionado la composición de los hogares?
El tamaño promedio se redujo completamente. Los hogares de la encuesta 2006-2007 tenían en promedio 3,8 personas y en la de 2016-2017 es sólo 3,3 personas. Antes era papá, mamá y dos hijos; ahora es papá, mamá, un hijo o mascota.
¿Cuál es el costo actual de la canasta familiar?
Lo que gastan los colombianos pobres, vulnerables, de clase media y alta, al mes, en su canasta familiar, vale $27 billones y el gasto promedio por hogar de hoy (3,3) es de $1,9 millones al mes, mientras que las 3,8 personas de hace 10 años gastaban, a precios de hoy, $1,8 millones. Eso indica que el poder adquisitivo de los colombianos se ajustó estructuralmente, es decir, mejoró en términos reales 27 % en 10 años.
¿Cuáles son los productos que más adquieren los colombianos?
Huevos crudos de gallina y arroz seco, lo cual quiere decir que lo que más consumen los hogares es arroz con huevo en una proporción de 80 %. El 70 % de los colombianos gastan en pan, 67 % come carne de res, otro tanto menor pollo; 64 % de los ciudadanos están gastando en aceite para fritar los huevos, hacer el arroz o fritar papa. El 63 % de los hogares están gastando en papa y 50 % de los hogares nacionales toman agua de panela.
¿Qué cosas fuera del hogar están entrando en la nueva canasta familiar?
La encuesta reflejó que 72 % de los hogares están comiendo fuera de la casa. El 62 % se come un corrientazo, 40 % un sándwich o una empanada y 34 % está desayunando fuera de casa.
¿Cómo han sido los cambios en información y comunicaciones?
Han sido muy interesantes. En la encuesta encontramos que 46 % de los hogares disponen de dinero para el pago de internet fijo, sólo 43 % tiene una línea telefónica fija, 38 % destina dinero para recargas de telefonía celular en 19,6 % hay planes de voz y 11,7 % compra celulares inteligentes y accesorios.
¿Qué se está viendo en esta nueva canasta familiar?
Lo que se ve es que nos estamos preparando para la cuarta revolución industrial. Tenemos hogares que se acercan cada vez más al modelo de países desarrollados en los que papá y mamá están trabajando, tienen un hijo y en la mayoría una mascota. Eso lleva a nuevos gastos: hay que estar conectados y sacar del presupuesto para comer por fuera de la casa.
¿Cuál va a ser la representatividad de la encuesta de hogares?
Antes sólo se hacía en 24 ciudades, ahora va a tener representatividad para 32 capitales y seis municipios priorizados; se tomó la decisión de priorizar Tumaco, Soledad, Rionegro, Buenaventura, Yumbo y Barrancabermeja, por criterios de pobreza, informalidad o gran volumen poblacional.
Convertida casi en el eje central de la reforma tributaria que prepara el Gobierno, la canasta familiar es hoy la protagonista de la política fiscal del país. Colombia está a punto de estrenar una canasta que permitirá medir el gasto y patrón de consumo de los colombianos. Este indicador tiene 400 productos y servicios incorporados en la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares de 2016-2017, que define nuevos ponderadores para este escenario (el peso o la relevancia de los factores).
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Juan Daniel Oviedo, el nuevo director del DANE, habla acerca de la nueva canasta familiar, base de la medición de la inflación y, con ella, de la política monetaria y fiscal del país.
¿Cómo se hace el análisis de la canasta familiar?
El IPC (Índice de Precios al Consumidor) sólo define una canasta familiar nacional, lo que cambia son los ponderadores según las condiciones de ingresos. Por ejemplo, los ingresos altos gastan más en arriendo porque toman predios más lujosos o gastan más en restaurantes y más en esparcimiento, tecnología y vacaciones, los ingresos bajos no tanto. En este momento Colombia tiene una canasta de bienes y tres clases de ponderadores: para ingresos bajos, medios e ingresos altos.
¿Estas tres clases de ponderadores se convierten en tres canastas?
Hay una general para el ciudadano colombiano promedio. Ese promedio se puede ver como compuesto de tres canastas en función de tres ponderadores, por eso siempre se ve en las discusiones de salarios mínimos o en los grandes debates en el Congreso que se analiza la inflación que enfrentan los pobres, porque esa es la que genera más inequidad. Por eso la gran discusión es si el IVA en la canasta familiar va o no va, porque el componente de alimentos en los ingresos bajos es más fuerte que en los ingresos altos. Hay tres posibles fuentes de una canasta promedio para todo el país en función de ingresos. Y también existe la posibilidad de que esa canasta nacional del hogar promedio se pueda ver en función del comportamiento de las ciudades. Lo que hace el DANE es poner en un canasto un grupo de objetos que son de diferentes tamaños para los ingresos bajos, medios y altos. O de diferente característica para ciudades de clima cálido o para las frías.
¿Ese tipo de canastas para los de ingresos altos qué le representa al DANE?
Ese tipo de canastas lo que está informando son las variaciones de bienes no transables como carros, equipos de sonido, computadores. Entonces la inflación de la clase alta no va a ser tan importante como la de los pobres. Eso es lo que trata de medir esos tres tipos de ponderadores de una sola canasta.
¿Cómo se manifiestan esos ponderadores en la nueva canasta familiar?
Colombia ha cambiado en 10 años. Un ejemplo particular es el grupo de artículos asociados con información y comunicaciones. Puedo mover los ponderadores dentro de ese grupo, como lo hizo el DANE el año pasado, incluyendo el servicio de datos por internet, pues tenemos que reconocer que toda la gente la usa. El DANE dice le voy a bajar a llamadas de larga distancia; ya nadie las hace porque está el celular y para las internacionales está un servicio como Skype. Entonces las llamadas de larga distancia nacionales e internacionales ya no tienen un impacto significativo sobre la canasta. Lo que hace el DANE es que analiza en los últimos 10 años el comportamiento de ese grupo: en 2008 tenía 20 puntos que le otorgaba, los quita y los pone en servicios de datos móviles. Si bien los cambios estructurales de la canasta familiar suceden cada 10 años, en el entretanto hay pequeños ajustes que se pueden hacer, como sucedió con la incorporación de las pantallas (de TV) planas, por ejemplo. En 2006-2007 tener una pantalla plana era el mayor lujo que se pudiera tener, ahora, con el reciente Mundial, creo que toda Colombia quedó equipada con pantallas planas.
¿Qué viene para la canasta familiar en 2018 y 2019?
Viene un cambio estructural de la canasta familiar que nos va a llevar a que tengamos una inflación con cambio de base. Ahora estamos viendo otros hogares que tienen mascotas, que en promedio 72 % de los hogares comen por fuera de la casa y otros que utilizan más intensivamente los datos móviles. Todas estas variaciones hacen que el ponderador cambie estructuralmente. Por ejemplo, hay hogares en donde el rubro más importante no es la comida, sino el arriendo o la cuota de la vivienda que habitan.
¿Qué novedades va a tener esa nueva canasta familiar?
En la encuesta de ingresos y gastos de 2006-2007, 42,3 % de los hogares decían que iban a comer a un restaurante, en 2016-2017 ese promedió subió a 72,7 %. En cine, hace 10 años, 3,4 % de los hogares iban a cine, 10 años después es el 7,3 %. Hace 10 años, 30 % de los hogares decían que sacaban de su bolsillo para pagar internet, ahora 70 % señala que lo hace.
¿Qué le llamó más la atención entre los nuevos hábitos o consumos de los colombianos?
Cuando vimos los resultados de la encuesta nacional de presupuesto de los hogares nos impactó el tema de restaurantes y de mascotas. El tamaño de los hogares promedio se ha reducido y casi siempre hay dos perceptores de ingresos en ese hogar: papá y mamá, que no siempre están comiendo en la casa; tienen que consumir corrientazo. Es decir, que el corrientazo va a tener una participación más importante dentro de la canasta familiar, porque mucha gente está gastando buena parte de su sueldo en este. Además, vamos a tener que incorporar un nuevo rubro dentro de la canasta: las mascotas.
¿Qué hay de las mascotas?
La tendencia cultural es darles derechos a las mascotas. Todos piensan que ya son un miembro de la familia y esto se ve dentro de los comportamientos. Hace 10 años, menos de un millón de hogares decían que gastaban en la comida (de la mascota) y para llevarla al veterinario. Ahora casi tres millones de hogares nos están diciendo que gastan en sus animales domésticos.
¿Qué otros cambios han detectado?
Hace 10 años, en la canasta promedio, 23 % de los gastos se iban para el arriendo o la cuota del crédito hipotecario; hoy esto es de 29 %, por los planes de masificación de la vivienda que lleva a que más gente tenga casa propia. Otro cambio importante está en el rubro de restaurantes y hoteles, antes sólo 16 % del sueldo de las personas se iba a este rubro, ahora es 19 %, lo que significa que hay unos cambios estructurales en los patrones de consumo en los cuales los ponderadores van a cambiar. Ya no les vamos a poder dar a los gastos de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles una participación de 23 % dentro de la canasta promedio, sino que será de 28,7%. Seguramente, va a ser entre 31 y 32 % para el colombiano de clase alta y 18 y 19 % para el de clase baja. Lo otro que vamos a hacer es que ya no se va a hablar de ingresos medios, bajos o altos, sino de clases sociales.
¿Cómo ha evolucionado la composición de los hogares?
El tamaño promedio se redujo completamente. Los hogares de la encuesta 2006-2007 tenían en promedio 3,8 personas y en la de 2016-2017 es sólo 3,3 personas. Antes era papá, mamá y dos hijos; ahora es papá, mamá, un hijo o mascota.
¿Cuál es el costo actual de la canasta familiar?
Lo que gastan los colombianos pobres, vulnerables, de clase media y alta, al mes, en su canasta familiar, vale $27 billones y el gasto promedio por hogar de hoy (3,3) es de $1,9 millones al mes, mientras que las 3,8 personas de hace 10 años gastaban, a precios de hoy, $1,8 millones. Eso indica que el poder adquisitivo de los colombianos se ajustó estructuralmente, es decir, mejoró en términos reales 27 % en 10 años.
¿Cuáles son los productos que más adquieren los colombianos?
Huevos crudos de gallina y arroz seco, lo cual quiere decir que lo que más consumen los hogares es arroz con huevo en una proporción de 80 %. El 70 % de los colombianos gastan en pan, 67 % come carne de res, otro tanto menor pollo; 64 % de los ciudadanos están gastando en aceite para fritar los huevos, hacer el arroz o fritar papa. El 63 % de los hogares están gastando en papa y 50 % de los hogares nacionales toman agua de panela.
¿Qué cosas fuera del hogar están entrando en la nueva canasta familiar?
La encuesta reflejó que 72 % de los hogares están comiendo fuera de la casa. El 62 % se come un corrientazo, 40 % un sándwich o una empanada y 34 % está desayunando fuera de casa.
¿Cómo han sido los cambios en información y comunicaciones?
Han sido muy interesantes. En la encuesta encontramos que 46 % de los hogares disponen de dinero para el pago de internet fijo, sólo 43 % tiene una línea telefónica fija, 38 % destina dinero para recargas de telefonía celular en 19,6 % hay planes de voz y 11,7 % compra celulares inteligentes y accesorios.
¿Qué se está viendo en esta nueva canasta familiar?
Lo que se ve es que nos estamos preparando para la cuarta revolución industrial. Tenemos hogares que se acercan cada vez más al modelo de países desarrollados en los que papá y mamá están trabajando, tienen un hijo y en la mayoría una mascota. Eso lleva a nuevos gastos: hay que estar conectados y sacar del presupuesto para comer por fuera de la casa.
¿Cuál va a ser la representatividad de la encuesta de hogares?
Antes sólo se hacía en 24 ciudades, ahora va a tener representatividad para 32 capitales y seis municipios priorizados; se tomó la decisión de priorizar Tumaco, Soledad, Rionegro, Buenaventura, Yumbo y Barrancabermeja, por criterios de pobreza, informalidad o gran volumen poblacional.