Cortocircuito: los fantasmas que acechan al sistema eléctrico en Colombia
La Contraloría General alertó sobre la posibilidad de tener un problema de abastecimiento energético, por cuenta de El Niño, pero también por falta de acciones institucionales. Hay incertidumbre, que no beneficia a los jugadores del mercado, pero que también puede impactar a los usuarios, especialmente a los más vulnerables.
Jorge Sáenz
La incertidumbre en el sector eléctrico colombiano se acrecienta cada vez más, mientras se siente con más claridad la presencia del fenómeno de El Niño, que puede dar al traste con la seguridad energética de los colombianos y acelerar la subida en el costo de la electricidad, con especial afectación para el bolsillo de los consumidores de menores ingresos.
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La incertidumbre en el sector eléctrico colombiano se acrecienta cada vez más, mientras se siente con más claridad la presencia del fenómeno de El Niño, que puede dar al traste con la seguridad energética de los colombianos y acelerar la subida en el costo de la electricidad, con especial afectación para el bolsillo de los consumidores de menores ingresos.
Mientras esto sucede en el país, al otro lado del Atlántico, la Unión Europea avanza hacia una reforma del mercado eléctrico buscando contratos de suministro a largo plazo. La indecisión para tomar medidas urgentes a fin de fortalecer nuestro sistema eléctrico queda en evidencia ante la no designación en firme de los expertos de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), entidad encargada de reglamentar el sistema.
Recientemente, la procuradora general de la Nación, Margarita Cabello, hizo un llamado al Gobierno para que defina los cargos que están en provisionalidad en esa comisión. En tanto, el vicecontralor en funciones de contralor general, Carlos Mario Zuluaga, alertó sobre la posibilidad de tener un problema de abastecimiento energético que se puede agudizar “si no se oxigena el sector” con el pago de las deudas que soportan las empresas distribuidoras y comercializadoras. “Eso hace que tengamos un problema de riesgo de financiación del sector y un problema que se puede agudizar si el fenómeno de El Niño nos trae otra complicación como en la generación de energía hidráulica”, sostuvo.
Precisamente XM, administrador del mercado de energía, informó que el nivel de los embalses se encuentra en 72 % a octubre de este año, cuando en 2022 para la misma fecha era de 85,67 %. Cuando esto sucede se eleva el costo de la generación de las plantas térmicas que trabajan con gas, carbón o diésel. En la combinación de menor generación hidráulica y mayor térmica se expone a los consumidores a pagar más por la electricidad.
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Según el DANE, en septiembre de 2023 en comparación con diciembre de 2022, el costo de la electricidad registra un incremento de 9,53 %. Hasta octubre de este año el precio del kilovatio hora en bolsa ha sobrepasado la barrera de los $1.100, señaló XM.
El suministro de energía eléctrica estaría en riesgo, puesto que, al disminuir el recurso hidráulico, se podrían presentar limitaciones en el balance de oferta y demanda y un excesivo aumento de precios con impacto en los usuarios. “Parte de esta situación se ha reflejado en el aumento del precio del kilovatio hora en la bolsa de energía, que pasó de $300 en enero de este año a estar por encima de los $1.060 en las últimas semanas”, precisó Daniel Enrique Medina, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (ACIEM).
El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, no ha anunciado las acciones que desarrollarán las entidades del sector para evitar una disparada en el precio de la factura eléctrica y en eventuales cortes de luz. Como hecho concreto para tratar de conjurar la sequía financiera en la que pueden incurrir varias electrificadoras, Findeter, banca de desarrollo territorial, aprobó una línea de crédito directo con tasa compensada por $1 billón para empresas distribuidoras y comercializadoras de energía en todo el país.
A instancias de los órganos de control que han mostrado preocupación por la baja acción de las autoridades eléctricas del país para hacerle frente a los efectos del fenómeno de El Niño, se programaron mesas técnicas para el próximo 12 de noviembre con la presencia de las empresas eléctricas y la comunidad.
“A medida que pasa el tiempo se está poniendo en riesgo la seguridad energética del país y los márgenes entre oferta y demanda en el corto y largo plazo se están volviendo críticos”, indicaron gremios como Acolgen y Andesco.
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Preocupación de los consumidores
Ante este panorama, la Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales (Asoenergía) sostiene que “la situación de abastecimiento y precios es compleja”. Sandra Fonseca, directora del gremio, comenta que esta es la situación que advierten desde la demanda no regulada, especialmente la industria, que consume cerca de 35 % de la energía eléctrica del país.
Se sigue enfocando la seguridad del sistema desde la parte hidráulica, “que sí es altamente preocupante por el fenómeno de El Niño y por el retraso en la entrada del 75 % restante de la capacidad de generación de Hidroituango”. Para Fonseca, “se requiere disponer de generación térmica eficiente”.
La presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham Colombia), María Claudia Lacouture, señala que se deben implementar programas para el uso racional de energía. “No sabemos la intensidad del fenómeno (de El Niño) ni los efectos, pero hay que estar preparados. El Gobierno debe, además, establecer políticas de gestión de la demanda que incentiven el consumo responsable de energía durante períodos críticos”, dijo.
Andesco y Acolgen proponen que los comercializadores con mayor exposición a bolsa, que atienden demanda regulada, puedan acceder a la energía no comprometida que los generadores puedan poner a disposición a un mejor costo respecto al precio de bolsa.
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A juicio de Asoenergía, la estructura tarifaria en Colombia ya está en un nivel de base muy alto por la falta de acción oportuna en limitar el efecto acumulado de los indexadores de su componente con el índice de precios al productor (IPP). Además, dice el gremio, hay que tener en cuenta los precios de la bolsa de energía, que subieron drásticamente también por la carencia de acción regulatoria y de control.
La revisión del esquema tarifario es un imperativo que no ha sabido cómo asumir este Gobierno. Varios han sido los anuncios, pero escasos los resultados. Las empresas del sector le han manifestado a la administración del presidente Gustavo Petro su disposición para actuar en procura de aliviar el costo de la tarifa eléctrica, sobre todo para favorecer a las familias de menores ingresos.
Asoenergía advierte que no solo un alto volumen de restricciones en el suministro es importante, sino que la calidad en términos de continuidad y frecuencia de eventos de desconexión, incluso de mínima duración, afectan a la industria, su producción y sus costos. “El sistema interconectado tiene baja tolerancia a eventos sistémicos dada su baja reserva real en generación, su inflexibilidad en transmisión y su saturación en distribución”, remarcó Sandra Fonseca.
El llamado de los consumidores representados por Asoenergía es que “se debe ampliar la participación de la demanda a través de mecanismos económicos explícitos, se debe respetar y cuidar la institucionalidad, y se debe actuar con responsabilidad y consistencia desde las autoridades sectoriales”.
Mientras tanto, según la posición de los empresarios asociados en Amcham Colombia, se requiere incentivar la generación de fuentes de energía como la solar y la eólica, menos vulnerables a los impactos climáticos y que pueden contribuir a reducir la dependencia de la energía hidroeléctrica, que a menudo se ve afectada durante sequías asociadas a El Niño. “La combinación de estas medidas puede ayudar a estabilizar las tarifas eléctricas y prevenir cortes de electricidad en momentos críticos”, señala María Claudia Lacouture.
Con la incertidumbre reinante en el sistema eléctrico colombiano, es muy posible que se produzca un alza en el costo de la electricidad para los usuarios, afectando a las personas de menores ingresos, y con crecientes posibilidades de sufrir cortes en el servicio.
Esto está relacionado con los retrasos y abandonos en varios proyectos. A la queja de Isagen se sumó la empresa francesa EDF Renewables, que abandonó las obras de una iniciativa de energía solar en Girardot. Recientemente, la canadiense Canacol anunció la suspensión del contrato de venta de gas a EPM, así como una reducción de inversiones en el país.
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