El presidente Juan Manuel Santos firmó este jueves el decreto que crea la primera zona de interés de desarrollo rural, económico y social (zidres), en Puerto López, Meta. Tal y como se había anunciado, la zona estará compuesta por 175.000 hectáreas y 860 predios.
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La figura de las zidres nació en 2016, a través de la Ley 1776, y, después de varias demandas por inconstitucionalidad, pasó el examen de la Corte, que condicionó su implementación a que cada zidres fuera concertada en el territorio.
Tanto el documento Conpes a través del cual se calculó técnicamente esta primera zidres como el borrador del decreto (cuya recepción de comentarios terminó esta semana) mencionaron que dicha concertación se llevó a cabo con el concejo municipal de Puerto López, corporación que emitió al respecto la resolución 030 del 11 de julio de 2018.
Durante la firma de la norma, Santos invitó al próximo gobierno a “sacarle jugo” a esa figura, que, según sus promotores, está pensada para desarrollar zonas apartadas de centros urbanos, con baja densidad poblacional, altos índices de pobreza y costos elevados para poner a producir la tierra. La ley de zidres fue una de las pocas iniciativas legislativas en las que, con tanta contundencia durante los últimos años, coincidieron el gobierno y la oposición del Centro Democrático en los debates del Congreso de la República.
Pero al mismo tiempo se convirtió en una figura criticada por organizaciones campesinas, defensoras de derechos humanos, académicos, parlamentarios de la Alianza Verde y el Polo Democrático, e incluso magistrados de la Corte que rechazaban la creación de estas zonas por considerarlas como contrarias al derecho al acceso a tierras por parte de campesinos.
En su discurso, Santos se refirió en términos generales a esas críticas, y las desmintió afirmando que la inversión que las nuevas zonas van a atraer “ayudarán” a los pequeños y medianos productores.
De acuerdo con otro documento Conpes publicado en febrero pasado, en Colombia hay más de 7 millones de hectáreas potenciales para constituir zidres, es decir, 6,4 % del territorio continental del país. Mientras el gobierno y algunos sectores de la producción agropecuaria las ven como algo positivo, hay quienes insisten en que, entre otras cosas, constituyen una forma de legitimar la acumulación irregular de tierras.
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