Crece la distancia entre ricos y pobres
“Seguimos siendo un país de alta desigualdad, probablemente entre los que monitorea la OCDE”, admite el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.
Jorge Sáenz V. /@JorgeS_V
La riqueza que genera el crecimiento de la economía no está beneficiando a la mayoría de colombianos. Un segmento de la población se vuelve más rica y el otro se sume en la pobreza.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que Colombia aspira a ingresar pronto, a la vez que alabó los logros del país en materia de implementar algunas reformas económicas, dio un tirón de orejas por el crecimiento de la brecha, no sólo entre ricos y pobres, sino en el mercado laboral.
El director de estudios económicos de la OCDE, Álvaro Pereira, manifestó que, a pesar de que los niveles de vida han mejorado y la pobreza disminuido, “la brecha entre ricos y pobres es una de las más altas de América Latina”.
La OCDE recomendó al Gobierno que, para cambiar este sombrío panorama, es el momento de retomar la senda del crecimiento económico, “mediante reformas estructurales adicionales (pensional y laboral), a fin de reducir la desigualdad y difundir los beneficios del crecimiento para todos los colombianos”, dijo Pereira.
De acuerdo con la OCDE, para alcanzar un crecimiento estimado de 2,3 % en este año y 3 % en 2018 se requiere también “introducir reformas para reforzar la calidad de la educación, reducir la informalidad en la economía y mejorar las oportunidades laborales de las mujeres”. Pereira señaló que se espera que la expansión del Producto Interno Bruto para este y los siguientes años esté sostenida por las exportaciones y por el aumento de la inversión. Igualmente espera un descenso en el desempleo, no muy pronunciado, pero considera que se puede presentar.
La organización económica reconoció que el fin del conflicto armado le abre al país un camino hacia un mayor crecimiento. “En la última década, Colombia ha registrado un progreso notable. El nivel de vida ha mejorado bastante, el crecimiento se ha acelerado con reformas que se han hecho recientemente (reforma tributaria) y pensamos que puede crecer más”, dijo el director de estudios económicos de la OCDE.
El informe reconoce que la tasa de pobreza ha bajado bastante. En 2010, la pobreza multidimensional era de 30,4 % y seis años después se ha reducido hasta 17,8 %, según las cifras del Gobierno. Este indicador contempla más aspectos de la calidad de vida de las personas.
“Las políticas de apoyo a los más desfavorecidos son muy importantes para bajar la tasa de pobreza”, dijo Pereira, resaltando que “Colombia es una creciente potencia regional” y para continuar necesita implementar más reformas estructurales.
Destaca que la reforma tributaria aprobada el año pasado “es un ejemplo que debe ser seguido en otros países de América Latina para modernizar sus sistemas fiscales, aumentar la recaudación y mejorar el crecimiento”.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, admitió que el país tiene mucha informalidad. “Es un problema serio que nos pone entre los países con mayores niveles de informalidad dentro del grupo de países que sigue la OCDE”.
Indicó que se han tenido avances en reducción del coeficiente GINI, que mide la desigualdad de los ingresos, desde 0,56 a 0,52, pero “todavía seguimos siendo un país de alta desigualdad, probablemente entre los países que monitorea la OCDE o que aspiran a ser miembros, como el caso nuestro”.
Empresarios y gremios
La presentación del informe de la OCDE sobre la economía colombiana fue hecha ante líderes gremiales, varios codirectores del banco central y miembros del Gobierno. Sandra Forero, presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), dijo que en el estudio se ve “una cantidad de retos hacia el futuro, muchas reformas pendientes y el impacto positivo de algunas medidas que se han tomado y muestra el camino que tenemos que seguir”. El país tiene mucha informalidad y esas directrices “nos marcan la ruta para superar las dificultades y sobre todo tener un crecimiento sostenido en el largo plazo”.
El presidente de Confecámaras, Julián Domínguez, reconoció que del informe llama la atención lo que hay que hacer en educación: “Si estamos invirtiendo el 35 % del PIB en temas de educación y es el primer sector que se privilegia como inversión y gasto, es clave que se traduzca en mejor calidad de los estudiantes”.
Preocupa el freno que se presenta en la infraestructura y el tema pensional, destacó el dirigente gremial. Domínguez advirtió que es clave acometer la informalidad empresarial, “apuntar a una estrategia integral de formalización empresarial, que es lo que venimos reclamando desde diversos sectores”.
Tareas o exigencias
La OCDE le ha dejado varias tareas al gobierno colombiano. El primer reto tiene que ver con la creación de empleos de mejor calidad. “La informalidad es alta y la brecha de los ingresos de trabajadores formales e informales sigue siendo grande”, indicó Pereira. El segundo es elevar la calidad de la educación en todos los niveles. “El estudiante promedio en Colombia todavía tiene un resultado de Pisa por debajo del promedio de la OCDE”, dijo. El tercero es impulsar la infraestructura y mejorar el clima de negocios, pues “la calidad de las carreteras y ferrocarriles es relativamente baja”.
La riqueza que genera el crecimiento de la economía no está beneficiando a la mayoría de colombianos. Un segmento de la población se vuelve más rica y el otro se sume en la pobreza.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que Colombia aspira a ingresar pronto, a la vez que alabó los logros del país en materia de implementar algunas reformas económicas, dio un tirón de orejas por el crecimiento de la brecha, no sólo entre ricos y pobres, sino en el mercado laboral.
El director de estudios económicos de la OCDE, Álvaro Pereira, manifestó que, a pesar de que los niveles de vida han mejorado y la pobreza disminuido, “la brecha entre ricos y pobres es una de las más altas de América Latina”.
La OCDE recomendó al Gobierno que, para cambiar este sombrío panorama, es el momento de retomar la senda del crecimiento económico, “mediante reformas estructurales adicionales (pensional y laboral), a fin de reducir la desigualdad y difundir los beneficios del crecimiento para todos los colombianos”, dijo Pereira.
De acuerdo con la OCDE, para alcanzar un crecimiento estimado de 2,3 % en este año y 3 % en 2018 se requiere también “introducir reformas para reforzar la calidad de la educación, reducir la informalidad en la economía y mejorar las oportunidades laborales de las mujeres”. Pereira señaló que se espera que la expansión del Producto Interno Bruto para este y los siguientes años esté sostenida por las exportaciones y por el aumento de la inversión. Igualmente espera un descenso en el desempleo, no muy pronunciado, pero considera que se puede presentar.
La organización económica reconoció que el fin del conflicto armado le abre al país un camino hacia un mayor crecimiento. “En la última década, Colombia ha registrado un progreso notable. El nivel de vida ha mejorado bastante, el crecimiento se ha acelerado con reformas que se han hecho recientemente (reforma tributaria) y pensamos que puede crecer más”, dijo el director de estudios económicos de la OCDE.
El informe reconoce que la tasa de pobreza ha bajado bastante. En 2010, la pobreza multidimensional era de 30,4 % y seis años después se ha reducido hasta 17,8 %, según las cifras del Gobierno. Este indicador contempla más aspectos de la calidad de vida de las personas.
“Las políticas de apoyo a los más desfavorecidos son muy importantes para bajar la tasa de pobreza”, dijo Pereira, resaltando que “Colombia es una creciente potencia regional” y para continuar necesita implementar más reformas estructurales.
Destaca que la reforma tributaria aprobada el año pasado “es un ejemplo que debe ser seguido en otros países de América Latina para modernizar sus sistemas fiscales, aumentar la recaudación y mejorar el crecimiento”.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, admitió que el país tiene mucha informalidad. “Es un problema serio que nos pone entre los países con mayores niveles de informalidad dentro del grupo de países que sigue la OCDE”.
Indicó que se han tenido avances en reducción del coeficiente GINI, que mide la desigualdad de los ingresos, desde 0,56 a 0,52, pero “todavía seguimos siendo un país de alta desigualdad, probablemente entre los países que monitorea la OCDE o que aspiran a ser miembros, como el caso nuestro”.
Empresarios y gremios
La presentación del informe de la OCDE sobre la economía colombiana fue hecha ante líderes gremiales, varios codirectores del banco central y miembros del Gobierno. Sandra Forero, presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), dijo que en el estudio se ve “una cantidad de retos hacia el futuro, muchas reformas pendientes y el impacto positivo de algunas medidas que se han tomado y muestra el camino que tenemos que seguir”. El país tiene mucha informalidad y esas directrices “nos marcan la ruta para superar las dificultades y sobre todo tener un crecimiento sostenido en el largo plazo”.
El presidente de Confecámaras, Julián Domínguez, reconoció que del informe llama la atención lo que hay que hacer en educación: “Si estamos invirtiendo el 35 % del PIB en temas de educación y es el primer sector que se privilegia como inversión y gasto, es clave que se traduzca en mejor calidad de los estudiantes”.
Preocupa el freno que se presenta en la infraestructura y el tema pensional, destacó el dirigente gremial. Domínguez advirtió que es clave acometer la informalidad empresarial, “apuntar a una estrategia integral de formalización empresarial, que es lo que venimos reclamando desde diversos sectores”.
Tareas o exigencias
La OCDE le ha dejado varias tareas al gobierno colombiano. El primer reto tiene que ver con la creación de empleos de mejor calidad. “La informalidad es alta y la brecha de los ingresos de trabajadores formales e informales sigue siendo grande”, indicó Pereira. El segundo es elevar la calidad de la educación en todos los niveles. “El estudiante promedio en Colombia todavía tiene un resultado de Pisa por debajo del promedio de la OCDE”, dijo. El tercero es impulsar la infraestructura y mejorar el clima de negocios, pues “la calidad de las carreteras y ferrocarriles es relativamente baja”.