Crisis climática: las instalaciones de energía limpia deben triplicarse para 2030
En un informe reciente, la Agencia Internacional de Energía ofrece un camino para intentar evitar lo peor del cambio climático. Parte de las acciones incluyen incrementar sensiblemente el número de plantas generadoras de energía a partir de fuentes renovables.
A pesar de una disminución temporal en 2020, el momento más duro de la pandemia, las emisiones globales de dióxido de carbono relacionadas con el sector energía llegaron a un punto récord en 2022: 36.800 toneladas métricas, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
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A pesar de una disminución temporal en 2020, el momento más duro de la pandemia, las emisiones globales de dióxido de carbono relacionadas con el sector energía llegaron a un punto récord en 2022: 36.800 toneladas métricas, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Para este punto de la historia, la energía limpia se ha vuelto tan asequible y las aspiraciones de políticas climáticas, tan comunes, que juntas podrían llegar a reducir el calentamiento global proyectado a 1,7 °C sobre los niveles preindustriales para el año 2100, según la Agencia.
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Esas son las buenas noticias, si se quiere. Las malas es que los acuerdos de París hablaban de 1,5 grados centígrados, por un lado. Y, por el otro, que no resulta claro si todas las acciones necesarias para alcanzar las metas climáticas serán tomadas en general y a tiempo, en particular.
Un nuevo informe de la AIE ofrece una especie de camino para alcanzar las metas climáticas en el tiempo necesario. Esta transformación se apoya en cuatro pilares clave.
En primer lugar, el sector energético debe generar más electricidad con fuentes limpias, aumentar la eficiencia y electrificar los elementos que consumen mucho gas, como vehículos y calderas domésticas.
Así mismo, es vital que, para 2030, las instalaciones de energía renovable crezcan tres veces frente las cifras récord de 275 teravatios-hora que fueron alcanzados en 2022.
Por otra parte, los automóviles eléctricos, que representaron el 14 % de las ventas el año pasado, deben ganar un 60 % de participación de mercado para fines de la década.
En el segundo pilar, la AIE afirma que la deforestación debe frenarse para 2030, que fue el compromiso al que llegaron 145 Estados en las negociaciones climáticas de la ONU celebradas en Glasgow en 2021. Este punto es vital, si se tiene en cuenta que la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra representan alrededor de una quinta parte de la contaminación por gases de efecto invernadero, principalmente de metano y óxido nitroso.
En el tercer lugar, la Agencia aseguró que los gases de efecto invernadero distintos del CO₂ que provienen de la industria y la agricultura deben disminuir, al menos, con la misma rapidez con que se planeó en el pacto de la ONU de 2016 alcanzado en Kigali, Ruanda, que apunta a los gases refrigerantes que atrapan el calor en la atmósfera.
Finalmente, la AIE dijo que los países deben actuar más rápido en la implementación de infraestructura de captura y almacenamiento de carbono para instalaciones industriales contaminantes y en la construcción de operaciones para extraer el CO₂ directamente del aire. Los 300 millones de toneladas métricas de CO₂ que se proyecta capturar en 2030 deben cuadruplicarse para 2100 en el escenario de cero neto más agresivo de la AIE.
La cuesta arriba de los objetivos
Algunas de las metas planteadas por la Agencia pueden ser complicadas en países menos desarrolladas, como Colombia. Aunque la matriz energética del país es considerablemente más limpia que la de otros países (68 % del suministro proviene de hidroeléctricas), la economía nacional depende en buena parte de la explotación de recursos minero energéticos. Así mismo, se estima que al menos 30 % de la energía que se consume nacionalmente proviene de plantas térmicas (que operan con gas y carbón).
El país tiene un potencial, así como una gran apuesta, en energías renovables, especialmente en solar y eólica. Se calcula que sólo en La Guajira puede haber unos 18 gigavatios en energía proveniente del viento. En esta región se espera que se construyan unos 16 parques eólicos, según cuentas del Ministerio de Minas.
Pero estos planes han ido encontrando problemas en temas como licenciamiento ambiental y trabajo con las comunidades (en temas como consulta previa, por ejemplo). De acuerdo con información de SER Colombia, gremio que agrupa a las empresas de energía renovable, hay 80 proyectos en energías no convencionales que están cursando actualmente en el país. De estos, 28 deben entrar en operación este año o el próximo y avanzan sin problemas. Sin embargo, en varios de los 52 restantes hay problemas significativos y dudas acerca de su puesta en funcionamiento.
Esto se suma a la suspensión de las obras de construcción del parque eólico Windpeshi de 205 MW (megavatios) en La Guajira por parte de la empresa Enel Green Power Colombia, hecho que prendió las alarmas en la industria.
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