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El 29.º Congreso MEM presentó un segundo día cargado de análisis y propuestas centradas en el futuro energético de Colombia, abordando desde los desafíos de la transición hacia fuentes renovables, hasta la incorporación de la energía nuclear en la matriz energética.
Con ponentes nacionales e internacionales, el evento resaltó la urgencia de desarrollar estrategias adaptativas frente a la creciente demanda energética y los cambios climáticos extremos, así como la necesidad de actualizar regulaciones y fortalecer el marco colaborativo entre el sector público y privado.
Bárbara Tapia, de la Organización Meteorológica Mundial, enfatizó que 2023 marcó récords en eventos climáticos extremos, como el Fenómeno de la Niña y el inicio de El Niño, exigiendo una adaptación en sectores clave como la agricultura y los recursos hídricos y energía.
El primero lo enfocó en la mejora de la gestión del riesgo climático; el segundo, en el incremento de resiliencia ante eventos externo.
Además, mencionó el proyecto Enandes, el cual promueve la colaboración entre servicios climáticos y sectores energéticos en Chile, Colombia y Perú.
Por su parte, María Nohemi Arboleda, gerente general de XM, expuso el plan de la empresa para modernizar el Sistema Interconectado Nacional (SIN). La líder destacó las prioridades en ciberseguridad y supervisión avanzada, mediante herramientas necesarias para la transición; integración de energías renovables, tomando en cuenta que 9 % de la capacidad en Colombia es solar y eólica, en la que se espera un aumento en 2024. Y por último, la automatización de la realidad aumentada, lo que ayudará en la administración de riesgos y análisis en tiempo real.
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Energía nuclear: una alternativa sostenible
Javier Campillo, viceministro de Energía, destacó que para lograr la meta de descarbonización al 2050, la inclusión de la energía nuclear será esencial por su alta eficiencia con baja huella de suelo y la seguridad energética al operar de manera constante.
“Sabemos que si no incluimos energía nuclear a 2050 no llegamos a la meta de descarbonización”, dijo Campillo. Sin embargo, recalcó los desafíos técnicos y de regulación que deben resolverse, incluyendo una normativa que permita una inversión segura y sostenible.
En cuanto a la coordinación del sector eléctrico entre generación y transmisión, la consultora Carmenza Chahín resaltó la importancia de coordinar adecuadamente la generación y transmisión de energía, señalando que la falta de planeación entre ambos ha causado un exceso de solicitudes de conexión.
La experta recomendó:
- Adaptación a nuevas condiciones climáticas: incorporar proyecciones climáticas en la expansión del sistema.
- Señales regulatorias claras: reducción de solicitudes excesivas y mejora en la capacidad de transmisión.
La intervención concluyó que la transición energética sin una planificación precisa podría generar precios negativos, un fenómeno que ya experimentan países en transiciones aceleradas.
Esto implica, pues, la modernización en la contratación de energía, con cambios en los contratos estandarizados y anónimos, y la diversificación de contratación para promover la competencia y estabilidad de precios.
El Congreso subrayó que la transición energética es un proceso complejo que demanda flexibilidad, inversión en nuevas tecnologías y una colaboración sólida entre actores públicos y privados. A través de discusiones sobre energía nuclear, modernización del sistema eléctrico y mejoras en la contratación de energía, los participantes proyectaron un camino hacia un sistema energético más resiliente y sostenible para Colombia.
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