Así ha crecido el negocio de los vidrios polarizados en Colombia
La seguridad es la principal razón por la que se demanda la instalación de los polarizados, pero no hay control de las autoridades para asegurar que estos filtros se ciñan a lo que establecen las normas.
Diego Ojeda
Polarizar los vidrios de los vehículos particulares de forma legal no es novedoso. Desde hace más de dos décadas, el Ministerio de Transporte emitió una resolución (la 3777 de 2003) en la que fijó las reglas de juego.
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Polarizar los vidrios de los vehículos particulares de forma legal no es novedoso. Desde hace más de dos décadas, el Ministerio de Transporte emitió una resolución (la 3777 de 2003) en la que fijó las reglas de juego.
No obstante, en los últimos años aumentó la demanda por la instalación de este accesorio, que es una película que recubre el cristal. Aunque no hay una cifra global que describa la situación de este mercado, empresarios del sector aseguran que el negocio va bien y mejorando.
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Esteban Jiménez, director de mercadeo de Casa Británica (reconocido el año pasado como el principal concesionario de Renault en Colombia), asegura que en 2023 el 47 % de los clientes optaron por ponerle algún tipo de película a los cristales de su vehículo, mientras que en 2022 la proporción fue del 35 %.
Alejandro Cortés, gerente de la empresa Alpha Cars, también coincide en que el aumento en la demanda de la instalación de materiales para oscurecer los vidrios ha sido del 20 % en los últimos meses.
Todos concuerdan en que el apetito por este accesorio responde, ante todo, a la seguridad, por lo que estos incrementos estarían amarrados al alza que ha tenido la percepción de inseguridad en ciudades como Bogotá.
El más reciente reporte de la Secretaría de Seguridad de la capital muestra que, por ejemplo, con corte a septiembre de 2023 el hurto a personas creció 21,7 % en lo corrido del año, sobre todo a mujeres, renglón en el que se registró un repunte del 26,6 %.
El hurto de automotores aumentó 7,1 %, siendo los hombres las principales víctimas de este delito (85,8 % de los casos).
La Encuesta de Percepción y Victimización, desarrollada por la Cámara de Comercio de Bogotá, también refleja que el año pasado la sensación de inseguridad aumentó 76 %.
Otro porcentaje más reducido de propietarios busca oscurecer los vidrios de sus vehículos por razones de diseño, para que estos combinen con el color de sus espejos o llantas.
¿Cuánto cuesta polarizar los vidrios?
Como muchas otras cosas en la vida, depende. El polarizado más económico que se halla en el mercado ronda los $100.000, mientras que el más costoso puede superar los $750.000.
El precio varía dependiendo de la calidad del material y de la marca, pues el más económico es una película que oscurece los cristales por dentro y por fuera. No es tan resistente y con el paso del tiempo tiende a volverse morada, por el desgaste que generan los rayos UV del sol.
Lo que más recomiendan las empresas dedicadas a este negocio es el llamado nanocerámico, una película que se ve oscura desde el exterior, pero conserva un alto grado de transparencia desde el interior del vehículo. También tiene filtro contra los rayos UV (que mejora la sensación de frescura dentro del vehículo y protege sus partes), además de ofrecer una protección que impide que el vidrio se rompa en pedazos en caso de un accidente, agresión o intento de robo.
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Según explica Cortés, la marca también influye mucho, ya que hay nanocerámicos de origen alemán cuya instalación puede estar de $350.000 a $400.000 (dependiendo el tamaño del auto), mientras que marcas norteamericanas, como 3M, pueden llegar a doblar estos valores.
A tener en cuenta
En 2003, el Ministerio de Transporte reconoció que el uso de los polarizados en los vehículos es útil para “garantizar la seguridad y tranquilidad de la ciudadanía”, como se lee en la mencionada resolución. Sin embargo, hay unos requisitos mínimos que se deben respetar.
Según la normativa, se puede oscurecer los cristales de cualquier vehículo particular siempre y cuando el parabrisas y los vidrios laterales delanteros permitan una transmisión lumínica del 70 %, y los laterales traseros y el vidrio posterior, del 55 %. En el caso de las camionetas (o vehículos con cabina), se permite una transmisión lumínica del 14 % en sus vidrios traseros y vidrio posterior.
Aquí hay que tener en cuenta que en los talleres donde se instalan estas películas se manejan estos porcentajes invertidos, porque al referirse al material hablan de la opacidad que otorgará al vidrio. Es decir, para que haya una transmisión lumínica del 70 %, la opacidad del material es del 30 %.
Si se sobrepasa cualquiera de estos límites, el infractor recibirá una multa de ocho salarios mínimos diarios legales vigentes, que en 2024 equivalen a $347.000. Esta es una infracción tipo B10 y no da lugar a inmovilización del vehículo.
También debe saber que la normativa en el país les exige a las autoridades que para hacer el procedimiento de comparendo se debe emplear una herramienta para medir el paso de la luz sobre el cristal, como lo puede ser un fotómetro, luxómetro o similar. En otras palabras, un agente de tránsito no puede imponer esta sanción a ojo.
Por eso, antes de que decida pagar en un establecimiento por la instalación de un polarizado, nanocerámico o cualquier otra película, pregunte si tienen esa herramienta para comprobar que la opacidad de los vidrios de su vehículo cumple con lo que exigen las autoridades.
Pero, más allá de tener una opacidad legal, es importante entender que estos materiales reducen la visibilidad del conductor, por lo que manejar con oscurecimiento elevado podría poner en riesgo su vida, la de quienes lo acompañan y la de otros actores en la vía.
Según describe Cortés, lo adecuado es que los trabajadores de estos talleres orienten a los clientes en la elección de su polarizado. Él siempre recomienda una opacidad del 25 % para el panorámico.
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Ahora bien, basta con transitar (o quedarse atascado, en el caso de Bogotá) por un par de calles para darse cuenta de que los umbrales de opacidad son, como muchas cosas en Colombia, un asunto de letra muerta.
El auge de los vidrios polarizados es, a la vez, un crecimiento de conductores irreconocibles. Si la conversación es de seguridad, este fenómeno va justo en contravía de parámetros de seguridad en la vía, cuando menos.
Y aquí hay otro elemento: muchos establecimientos en donde se instalan estas películas no son controlados por las autoridades, por lo que la decisión de instalar un polarizado más allá del límite legal casi que queda en manos del cliente, por más que en algunos de estos lugares se les explique cuáles son los alcances de la ley.
Esta confluencia de factores permite que haya impunidad y falta de control frente a lo que establece la norma.
Este medio consultó a la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional sobre los controles que hacen al respecto, el uso de luxómetros por parte de los agentes de tránsito y demás información que pudieran divulgar en torno a los polarizados, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
Permisos especiales para polarizar vidrios y vehículos eximidos
La regulación en el país también permite que ciertos vehículos puedan sobrepasar los umbrales establecidos por la mencionada resolución. En el primero de los casos, cualquier propietario de un vehículo particular puede solicitar un permiso especial ante la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), en la que tendrá que pagar por el trámite 30 salarios mínimos diarios legales vigentes, así como llevar una serie de documentos que se piden en el formulario.
Sobre esto, hay que tener en cuenta que queda bajo el criterio de la DIJIN otorgar o no la autorización solicitada, ya que la sola diligencia “no implica la aprobación del permiso y el dinero no es reembolsable”, se lee en el formulario.
El otro caso son los vehículos que están eximidos de la normativa, entre ellos, los destinados al transporte del presidente y vicepresidente de la República, ministros, gerentes de empresas industriales o comerciales del Estado, gobernadores, alcaldes, congresistas, contralor general de la República, procurador general de la Nación, defensor del Pueblo y fiscal general de la Nación.
En suma, polarizar los vidrios de su vehículo es un derecho que le reconoce el Estado, ya que esta es vista como una práctica que favorece la seguridad. También es un negocio que está en crecimiento, al parecer por el aumento en la percepción de inseguridad de los últimos meses. La recomendación es acatar la normativa y reconocer que exagerar la opacidad puede ser algo que ponga su vida en peligro.
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